¡No queremos PCR, queremos libertad! ha sido una de las proclamas de las protestas que se han extendido durante el fin de semana por las principales ciudades del gigante asiático, que mantiene una política draconiana para mantener la epidemia del coronavirus a raya.
Las deficiencias del sistema de salud, la calidad de las vacunas Chinas -las únicas permitidas- y la baja tasa de vacunación aparecen como responsables de los altos índices de contagio que aún registra el país.
Se calcula que unos 267 millones de personas mayores de 60 años aún no han recibido las dosis de refuerzo.
Durante los picos más altos de la pandemia, las fábricas establecen un sistema de burbuja bajo el cual los empleados no pueden salir de la planta para evitar contagios.
La población tiene que someterse a pruebas PCR a diario y edificios enteros son cerrados tras confirmarse algún positivo en coronavirus.
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Política de control
Tras la celebración del XX Congreso del Partido Comunista chino celebrado en octubre, el presidente Xi Jinping recalcó la necesidad de continuar con las medidas anticovid: “Nos hemos adherido a la supremacía del pueblo y de la vida; nos hemos adherido a la estrategia de Covid cero y hemos logrado importantes resultados positivos en la prevención y el control general de la pandemia, así como en el desarrollo económico y social”.
Adicionalmente, durante el congreso fue nombrado como número dos del partido Li Quiang, quien fuera responsable del confinamiento de 26 millones de personas en Shanghái en 2020, causando un serio desabastecimiento de comida y fármacos.
Marchas contra el confinamiento
Las protestas estallaron después de que el jueves se produjera un incendio en un edificio de apartamentos en la ciudad de Urumqi en el que murieron al menos 10 personas, ya que la acción de los bomberos fue retardada por las fuertes medidas anticovid.
Pero ese no ha sido el único suceso trágico que lamentar.
A principios de noviembre, una mujer de 55 años cayó al vacío desde un piso 12 en un complejo de apartamentos en Hohhot que fue cerrado con barricadas después de que se registraran dos casos de coronavirus.
Otros fallecimientos se han producido por la imposibilidad de acceder a los servicios médicos a tiempo debido a los confinamientos y bloqueos establecidos por los organismos de seguridad.
En un acto nada usual, este fin de semana los chinos se abocaron a las calles de Shanghái para protestar contra la política Covid cero pero pronto las manifestaciones se extendieron a otras ciudades empezando por Beijing, siendo la mayor demostración de oposición al partido gobernante en décadas.
