A diferencia de otros casos, la rapidez de las autoridades ha resultado providencial para que el resultado no haya sido peor. De los cuatro estadounidenses secuestrados, dos han aparecido muertos, Shaeed Woodard y Zindell Brown. Un tercero, Eric Williams, tenía una herida de bala en la pierna y la cuarta, Latavia “Tay” McGee, estaba en perfecto estado de salud.
Hasta ocho vehículos de un grupo criminal participaron en el seguimiento y el secuestro de los tres hombres y la mujer, el viernes pasado. El fiscal lo achaca a una confusión.
El fiscal de Tamaulipas, Irving Barrios, ha informado de que la principal línea de investigación apunta a una “confusión”, aunque no ha dado más detalles. ¿Los criminales confundieron a los cuatro amigos con un grupo de traficantes de droga haitianos, como han especulado estos días algunos medios de EE UU? Barrios no ha dicho nada. Preguntado por el grupo criminal que podría estar detrás del secuestro, el fiscal ha dicho que Matamoros ha sido históricamente el bastión del Cartel del Golfo.
Las siguientes líneas resumen lo sucedido, a partir de información recopilada por la Fiscalía de Tamaulipas y oficiales del gobierno de EE UU.
Los amigos habían salido de Lake City, en Carolina del Sur. La idea era que se fueran turnando al volante de la Chrysler Pacífica, con matrícula de Carolina del Norte. A bordo de la miniván iban Woodard, Brown, Williams y Tay McGee, de 33 años. El grupo de amigos estaba muy unido, según Zalandria Brown, vecina de Florence, Carolina del Sur, y hermana de Brown, uno de los dos estadounidenses asesinados. Entre Lake City, desde la que partieron, y Matamoros hay unos 2.300 kilómetros y los viajeros atravesaron cuatro Estados (Georgia, Alabama, Luisiana y Texas) antes de cruzar la frontera a la altura de Brownsville.
A las 9.18 del viernes, la Chrysler Pacífica, llegó a la frontera. La mujer iba a realizarse una abdominoplastia, una operación de cirugía estética.
Las cámaras de seguridad pública les ubicaron, antes de las 11.00, en una de sus principales arterias, el bulevar Cavazos Lerma. La Pacífica aparece en otras cámaras hasta que, ya a las 11.00, el sistema de videovigilancia detecta que un Volkswagen Jetta gris empieza a seguirlos. A lo largo de los siguientes 45 minutos, hasta ocho vehículos distintos participan en el seguimiento, la intercepción y el secuestro.
Entre los vehículos involucrados hay una Suburban negra, dos Silverado negras y una dorada, un Aveo blanco y la célebre GMC Sierra color blanco. En esta última, los criminales obligaron a subir a los cuatro, después de interceptarlos, escena que quedo registrada en un video compartido en redes sociales el mismo viernes. Por lo que cuenta la Fiscalía de Tamaulipas, los atacantes se llevaron en un primer momento al grupo de amigos, pero estos intentaron huir. Fue entonces cuando les dispararon.
Los vídeos que empezaría a circular el viernes recogen este último momento, ya después de los disparos, cuando los criminales cargan a los amigos en la batea de la Sierra blanca y se los llevan de Avenida Lauro Villar y calle Primera, muy cerca del centro. Cuando llegaron las autoridades, encontraron dentro del coche tres dólares en efectivo, varias tarjetas bancarios y membresías de distintos establecimientos y unos recibos. Al parecer, eran recibos médicos que les permitió a los investigadores afinar la posible identidad de las víctimas.
Las autoridades de Tamaulipas se pusieron en contacto con los responsables del consulado de EE UU en Matamoros. A la vez, personal de la Fiscalía visitó varias clínicas y hospitales de la ciudad para ver si encontraban a alguno de los cuatro.
La única víctima confirmada entonces era una mujer mexicana, de 33 años. Una de las balas que los secuestradores dispararon voló a cuadra y media de distancia del lugar de los hechos, impactando en la mujer, que murió poco después.
Hasta hoy, el número de personas que participaron en el seguimiento, el ataque y el secuestro sigue siendo un misterio. La Fiscalía solo ha dicho que detectó a cuatro hombres armados, cuando descendieron de una de las Silverado negras.
Sin que hayan explicado por qué, los investigadores volvieron este martes temprano al paraje de La Lagunona, en el Ejido El Tecolote. Esta vez sí, el grupo de búsqueda encontró a los cuatro desaparecidos en una pequeña caseta de madera. Allí detuvieron además a un hombre de 24 años, José Guadalupe N, que, al parecer, hacía de vigilante.
Cuando las autoridades llegaron, dos de los cuatro estaban muertos. No se sabe cómo murieron. Preguntados al respecto, ni el fiscal Barrios ni el gobernador Villarreal han detallado las heridas que sufrían. Barrios ha dicho que peritos de la Fiscalía están realizando las necropsias.
Mientras las autoridades daban con los cuatro amigos, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofrecía una conferencia de prensa, como cada mañana, en Palacio Nacional, en Ciudad de México. A las 9.00, a dos horas de que empezara, una periodista por fin preguntó por el caso. Justo entonces, la secretaría de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, le dijo en voz baja al presidente: “Ya los encontraron”. El mandatario pidió entonces a su funcionaria que informara y esta le pasó su celular. El gobernador Villarreal estaba al teléfono.