Una serie de ataques orquestados por bandas criminales, con incendios y disparos contra oficinas públicas, comercios y vehÃculos, se proodujeron en seis ciudades del noreste de Brasil.
Los disturbios ocurrieron en el estado de Rio Grande do Norte, donde se extendieron a una veintena de ciudades en las primeras horas del martes.
Pese al fortalecimiento de la seguridad, los ataques se repitieron este miércoles en al menos seis urbes, entre ellas Natal, la capital del estado.
El ministro de Seguridad Pública, Flavio Dino, detalló en Twitter que fueron enviados «220 policÃas (federales) para auxiliar a las fuerzas del estado», y que ese número podrá ampliarse «hasta la cantidad que se considere necesaria».
Imágenes difundidas por redes sociales y medios locales mostraron autobuses, camiones y otros automóviles en llamas, y patrullas policiales con orificios de balas.
En medio de los ataques, dos hombres supuestamente vinculados a los ataques murieron en enfrentamientos con la policÃa y dos resultaron heridos, según el sitio de noticias.
Hasta el momento, 30 personas fueron detenidas, de acuerdo con un balance de la policia.
Las autoridades de Rio Grande do Norte indicaron que trabajan con la hipótesis de que los ataques, planeados desde el interior de las prisiones, son una respuesta de grupos criminales ante un endurecimiento de las medidas de control en esas instituciones del estado.
La violencia es «una reacción del llamado crimen organizado a las medidas firmes y asertivas que el gobierno de Rio Grande do Norte ha adoptado en el control del sistema de prisiones para enfrentar la criminalidad y la violencia», dijo la gobernadora Fatima Bezerra.
Los presos demandan mejores condiciones en los presidios, como televisores y visitas Ãntimas, dijo Francisco Canindé de Araújo, en una entrevista con UOL.
«Existe una serie de derechos que no son cumplidos», indicó, destacando el caso de presos de baja peligrosidad que hace cinco años no reciben visitas Ãntimas.
Según el Mecanismo Nacional de Prevención y Combate a la Tortura (MNPCT), una agencia federal para prevenir la violencia en las cárceles, denunció condiciones de detención «inhumanas y degradantes» en los establecimientos penitenciarios de Rio Grande do Norte, asà como casos de tortura y comida en mal estado.
En Brasil, algunos grupos criminales que operan en el narcotráfico son comandados por sus lÃderes desde las cárceles.