La escogencia de una montura tiene que obedecer en primera instancia al tipo de fórmula prescrita (en el caso de que se trate de lentes correctivos), pero también debe ser estéticamente armoniosa, por lo que es conveniente considerar la forma del rostro y el color de la piel para que destaquen sus rasgos particulares.
Como regla general, las pieles claras se ven favorecidas por monturas de colores fuertes y contrastantes como azul oscuro, negro, chocolate, vino tino, naranja; no son recomendables las monturas transparentes, blancas ni en tonos pastel porque acentúan la palidez.
Las pieles morenas lucen mejor con monturas metalizadas, anaranjadas o de colores claros; deben evitarse a toda costa el marrón oscuro y el negro.
Las medidas correctas
La montura tiene que ser acorde a las dimensiones del rostro, nunca debe ser más angosta; sus laterales deben estar alineados con los pómulos o superarlos levemente.
El margen superior debe situarse justo debajo de la línea inferior de las cejas.
La pupila debe ubicarse en el centro del cristal para garantizar la mayor definición y nitidez de los objetos, y evitar el cansancio visual.
El puente tiene que ser proporcional al tamaño de la nariz de forma que su peso descanse uniformemente entre las partes superior y lateral del tabique nasal.
El tamaño de los anteojos debe ser proporcional a las dimensiones de los ojos y la cara, y contrastar con las líneas faciales.
Hablemos de formas
- Rostro redondo: Para disimular las mejillas anchas, es conveniente emplear diseños cuadrados o rectangulares.
- Rostro ovalado: En general, cualquier tipo de montura le viene bien.
- Rostro triangular: Le favorece una montura de bordes alargados y varillas anchas.
- Rostro cuadrado: Le convienen monturas redondas u ovaladas, que ayuden a suavizar las facciones. También pueden utilizar anteojos de líneas rectas en la parte superior y curvas en el borde inferior.
