Aproximadamente un tercio de todo el metano antropogénico es emitido por el ganado rumiante. Estos animales, entre los que se encuentran vacas, ovejas y cabras, obtienen nutrientes a través de la fermentación de alimentos.
Estos herbívoros poseen un estómago compuesto por cuatro cámaras y producen metano de dos maneras. La primera es a través de eructos y gases. Y la segunda, por la descomposición de su estiércol bajo ciertas condiciones.
Un grupo de investigadores suecos han hecho la prueba de agregar a las heces de un grupo de vacas lecheras un alga tropical. Se trata de la Asparagopsis taxiformis (AT), también conocida como penacho de mar rojo. Y han comprobado que efectivamente su presencia afecta las emisiones de gases de efecto invernadero del estiércol.

“Demostramos que agregar AT a las heces de las vacas lecheras redujo significativamente la producción de metano de las heces. Hasta en un 44% en comparación con las heces sin AT”. comentó el Dr. Mohammad Ramin, investigador de ciencias animales de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas, quien está buscando formas de atenuar la producción de este gas, fundamental en el calentamiento global.
La AT es una especie de alga roja que puede encontrarse en las cálidas aguas tropicales de prácticamente todo el mundo. Su compuesto principal es el bromoformo, que mitiga la emisión de metano al bloquear el proceso a través del cual se genera el gas. Hasta la fecha es el inhibidor de metano natural más prometedor.
“Ha habido muchos estudios que utilizan AT en las dietas de las vacas lecheras para reducir la producción de metano entérico (el de los gases). Sin embargo, ningún estudio ha informado sobre la disminución de las emisiones de dicho gas en el estiércol”, señaló Ramin.
Sin embargo, agregar AT al alimento de las vacas podría tener algunos efectos secundarios, ya que la AT contiene altos niveles de yodo. Las investigaciones han demostrado que, si la alimentación de las vacas se complementa con AT, aumentan los niveles de yodo en la leche, que también consumen los humanos.
El yodo es un nutriente esencial, pero puede ser tóxico en altas concentraciones. Los niveles elevados de yodo pueden causar problemas de salud, especialmente a nivel de la tiroides. Con la idea de obtener especímenes que contengan menos yodo, los investigadores están trabajando actualmente en el cultivo de AT en los laboratorios.
La contribución del estiércol a las emisiones de gases de efecto invernadero depende de varios factores, incluidas las condiciones de almacenamiento. Se estima que el estiércol almacenado en el clima templado-frío de Europa es responsable de aproximadamente el 12% de las emisiones totales de metano del sistema lechero.
La producción de metano de estiércol contribuye a la emisión global de gases de efecto invernadero. Es uno de los que peor efecto tiene sobre el cambio climático y debe reducirse, dijo Ramin. “Nuestro estudio mostró una forma potencial de cómo los inhibidores de metano podrían utilizarse para lograr este objetivo”.
A pesar de sus resultados prometedores, los investigadores esperan aumentar la cantidad de vacas de las que se recolecte el estiércol. Además, se necesitan más estudios para investigar las interacciones entre los compuestos halogenados del alga y el microbioma fecal de los animales, dijeron.
Referencia: artículo publicado en: Frontiers in Sustainable Food Systems.