Hace treinta y un años (el 17 de octubre de 1993) el mundo celebró por primera vez el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
Han sido tres décadas, tiempo más que suficiente para evaluar los esfuerzos, especialmente en América Latina y el Caribe, para cumplir con ese imperativo moral: erradicar la pobreza y, especialmente, la pobreza extrema.
Cumplir con este objetivo es difícil en todas las regiones del mundo. No obstante, en América Latina y el Caribe el reto tiene rasgos distintivos. Esta es una región vasta, diversa y llena de particularidades. Es una región que aún no ha ganado la batalla para erradicar la pobreza, y los resultados en cada país son disímiles. A ello se suman dos problemas adicionales, muy relacionados: la marcada desigualdad en la distribución de la riqueza y la vulnerabilidad de buena parte de la población.
Una buena noticia es que, tres años después del inicio de la pandemia, las economías de la región han logrado recuperarse. La información recogida en 2022 señala que la región ha vuelto a los niveles de pobreza registrados antes de la pandemia (26,7%). De hecho, la recuperación ha sido más rápida que lo inicialmente pronosticado. En gran medida, esto se explica por la rapidez con la que cayó la tasa de pobreza en México entre 2021 y 2022 (del 30,8% al 23,4%). Brasil también registró desempeños mejores a los esperados, y debido a su tamaño influye de manera notoria en las cifras agregadas de la región. Sin embargo, las tasas de pobreza aún son inaceptablemente altas.
Factores que influyen en la erradicación de la pobreza
En América Latina y el Caribe existen diversos factores que influyen en la erradicación de la pobreza. Entre ellos se encuentran la debilidad de los sistemas de protección social y la deficiencia en la provisión de servicios básicos como salud y educación. El resultado es que un tercio de los latinoamericanos y caribeños no son pobres, pero viven con alto riesgo de quedar sumidos en la miseria.
Es innegable que en los últimos años, la región ha registrado importantes avances en el combate a la pobreza, moderada y extrema. En el agregado, entre 2000 y 2022, la pobreza medida según la línea de ingreso de 6,85 dólares diarios se redujo en 20 puntos porcentuales en América Latina y el Caribe. Algunos países, como Perú, Colombia, Bolivia y El Salvador tuvieron desempeños realmente excepcionales.
Colombia, por ejemplo, redujo a la mitad su tasa de pobreza: del 67% entre 2001 y 2017. El Salvador pasó del 51% en 2000 al 27,5 % en 2022, aunque en la línea de pobreza extrema (2,15 dólares de ingreso diario), el porcentaje de personas se ha duplicado.
Para 2023, las proyecciones señalan que la tasa de pobreza se reducirá ligeramente del 26,7% en 2022 al 26%.
¿Por qué cuesta tanto avanzar en la reducción de la pobreza en América Latina y el Caribe? Con la salvedad de que cada país tiene particularidades que es necesario estudiar de manera independiente, es importante recalcar que como región hay muchas tareas pendientes en cuanto a la generación y aprovechamiento del capital humano.
Para el mediano y largo plazo hay que invertir más y mejor en educación, en mejores servicios para la población y en mecanismos de protección social que reduzcan la vulnerabilidad.
En el corto plazo es urgente que estas economías generen mejores empleos y creen mecanismos que faciliten el acceso a los mercados de trabajo de todas las personas, sin distinciones étnicas, de género o de cualquier otra clase.
En suma, se necesita construir mejores sociedades, más productivas, pero también más solidarias e igualitarias. Solo así se podrá erradicar la pobreza.