Científicos han señalado que la expansión del virus del Nilo Occidental en Europa probablemente sea atribuible a la subida de temperaturas por el cambio climático.
El virus del Nilo Occidental es un patógeno emergente en Europa y representa una amenaza para la salud pública en países europeos que anteriormente no estaban afectados. Este virus, que se produce en un ciclo que implica la transmisión entre especies de aves y mosquitos, puede transmitirse a los humanos a través de los mosquitos e inducir la fiebre del Nilo Occidental.
Aunque la mayoría de las infecciones humanas son asintomáticas, alrededor del 25% de las víctimas desarrollan síntomas como fiebre y dolor de cabeza, y menos del 1% desarrolla complicaciones neurológicas más graves que pueden provocar la muerte.
Si bien se ha citado el cambio climático como un posible impulsor de la aparición del virus del Nilo Occidental en el continente europeo, faltaba una evaluación formal de esta relación causal.
En un estudio publicado en la revista Nature Communications, investigadores de la Universidad de Bruselas (ULB), Diana Erazo ySimon Dellicour del Laboratorio de Epidemiología Espacial, y sus colaboradores investigaron hasta qué punto la expansión espacial del virus del Nilo Occidental en Europa puede atribuirse al cambio climático teniendo en cuenta otras influencias humanas directas, como el uso de la tierra y los cambios de la población humana.
Con este fin, adoptaron un enfoque de aprendizaje automático para predecir el riesgo de circulación local del virus del Nilo Occidental dadas las condiciones ambientales locales. Posteriormente descubrieron el efecto aislado del cambio climático comparando simulaciones fácticas con un contrafactual en el que se había eliminado el cambio climático.
“Nuestros resultados apuntan hacia una importante responsabilidad del cambio climático en el establecimiento del virus del Nilo Occidental en la parte sureste del continente. En particular, identificamos que los puntos críticos actuales del virus del Nilo Occidental en Europa probablemente se atribuyan al cambio climático”, explica Diana Erazo, primera autora del estudio e investigadora postdoctoral en el Laboratorio de Epidemiología Espacial.
“Nuestros resultados también demuestran un aumento reciente y drástico de la población en riesgo de exposición. Si bien este aumento se debe en parte a un aumento en la densidad de población, demostramos que el cambio climático también ha sido un factor crítico que impulsa el riesgo de exposición al virus del Nilo Occidental en Europa”.
El estudio, posible gracias a la colaboración de investigadores con diferentes conocimientos, es también el resultado de un enfoque interdisciplinario. “Nuestro trabajo ilustra cómo los datos climáticos podrían utilizarse eficazmente en un contexto epidemiológico estimando la idoneidad ecológica pasada y actual del virus,llenando otra brecha analítica entre la ciencia climática y la epidemiología”, afirma Simon Dellicour, supervisor del estudio y jefe del Laboratorio de Epidemiología Espacial.
“Dado que el cambio climático surge como un desafío crítico de salud pública, el trabajo futuro debería explorar la evolución de la distribución de enfermedades infecciosas en diferentes escenarios de cambio climático futuro para informar las estrategias de vigilancia e intervención”, añade.