La guerra e invasión de Rusia a Ucrania hacia principios del año fue el campanazo para que, una vez más, se volteara a ver a América Latina como un proveedor clave de energéticos, por su relativa seguridad y alta disposición de materia prima.
Todo ese potencial, a pesar de que las dificultades que arrastran las mayores energéticas de la región son por escándalos de corrupción, falta de inversión, injerencia de gobiernos y elevados endeudamientos en los años recientes.
“El denominador común que se presenta en alguna de ellas es la corrupción. Petrobras estuvo involucrada, en México y en Venezuela también (…) En general, las energéticas estatales son eficientes y cumplidoras de las normas”, dijo Jorge Zajía, ingeniero de petróleos y editor de la revista Petroleum.
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En las semanas recientes un caso de corrupción salpicó a Petroecuador, ya que su gerente general, Ítalo Cedeño, fue removido del cargo luego de confesar que recibía “sugerencias” de su esposa para ocupar cargos públicos en la empresa estatal.
FUENTE: PORTAFOLIO