El asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio en Quito y unos dĆas antes, del alcalde de la ciudad de Manta, AgustĆn Intriago, nos ratifican que la actividad polĆtica en LatinoamĆ©rica, con algunos muy pocos paĆses como excepciĆ³n, sigue siendo errĆ”tica.
La prensa de ayer reseƱa un nuevo homicidio en Ecuador: de un dirigente polĆtico afecto al ex presidente Rafael Correa.
Estamos a tan sĆ³lo dĆas de las elecciones presidenciales en ese paĆs y la forma expedita de eliminar a un candidato a la presidencia, con posibilidades de triunfo, fue el sicariato. No es una forma frecuente de actuar en la regiĆ³n ni de su exclusividad, pero no por ello, deja de ser un acto censurable y preocupante. Venezuela no seguirĆ” esos pasos, convencida como estĆ” que nunca es una buena elecciĆ³n tal forma degradante e inaceptable de hacer dizque polĆtica.
Como es mĆ”s que sabido, no dejamos los venezolanos de enfrentar problemas polĆticos de larga data y muy sensibles que no permiten que su economĆa se vigorice y que, por el contrario, siga casi estancada y con sĆ³lo intentos fallidos unos, insuficientes otros, por superar escollos que hacen muy difĆcil la subsistencia de la mayorĆa. La situaciĆ³n es grave.
El deseo de todos los venezolanos de buena fe es ir en 2024, a un proceso eleccionario pacifico, civilizado, con la posibilidad de escoger un nuevo gobierno que, no por ello Ćŗnicamente, serĆa capaz de poner en marcha un conjunto de medidas concurrentes para superar con cierto paso vivo, cuando menos, lo mĆ”s angustiante, mĆ”s urgente, de la actual situaciĆ³n.
Pero eso requiere, sin duda, paz y consenso sincero del mundo polĆtico. No es una tarea de una Ćŗnica fracciĆ³n y menos, mucho menos, de una solitaria persona providencial.
La oposiciĆ³n racional, que es la vĆa para buscar soluciones, tiene un camino escabroso que no ha apreciado debidamente.
El paĆs todo, tiene el inmenso desafĆo de empeƱarse a fondo en salir de la situaciĆ³n trĆ”gica.
Un sector de oposiciĆ³n polĆtica racional, travĆ©s de una ComisiĆ³n de Primarias, busca elegir un candidato Ćŗnico para las elecciones presidenciales del aƱo que viene, entre unos ocho o diez precandidatos en lista que casi todos los dĆas crece. Lucen como potenciales victoriosos, tal vez dos. Es lo que dicen encuestas serias. Indudables.
Si Venezuela fuera a elecciones presidenciales convocadas por el nuevo directorio a elegir del CNE, con tres candidatos de oposiciĆ³n, incluido el victorioso en la ComisiĆ³n de Primarias, situaciĆ³n fĆ”cilmente posible y que asĆ se dibuja, el candidato del partido de gobierno, quien quiera que sea, ganarĆ” las elecciones presidenciales con facilidad. Sin trampas porque no las necesita. Aunque la poblaciĆ³n opositora al gobierno supere, cĆ³modamente, cerca del 85% y hasta mĆ”s.
El voto tiene mucho de visceral; de emotivo…es cierto.
Pero el candidato o candidata de oposiciĆ³n electo (supuesto), no la tendrĆ” fĆ”cil.
No asumirĆ” fĆ”cilmente si no ha demostrado que, aun teniendo la preferencia popular, conviene al paĆs. Y esta conveniencia la marcarĆa y se aceptarĆa, sĆ³lo si tiene claro el gran desafĆo que asume.
Porque sin un programa de gobierno definido, sin la presencia franca de quiĆ©nes son sus colaboradores o asesores en Ć”reas crĆticas como economĆa, polĆtica y petrĆ³leo; si exhibiere ansias de venganza que no es lo mismo que hacer justicia en su momento, no asumirĆ”. EscrĆbalo!
Porque el problema no es salir del actual gobierno, ācomo seaā. Ese no es, aunque parezca a muchos, el desiderĆ”tum. Es mucho mĆ”s.
Hay riesgos que se dibujan ahora tenuemente pero que se pueden y deben tomar en cuenta. Se harĆ”n mĆ”s evidentes. Pueden ser peligrosos pero estarĆ”n presentes…
RecuĆ©rdese que siempre hubo en Venezuela, actores polĆticos no convencionales, soterrados pero efectivos. Y hoy como ayer con definitiva presencia. Son los grandes y definitivos decisores de la polĆtica nacional…Los ven?
Y cuya eventual acciĆ³n no puede soslayarse.
Comprender lo antes dicho, tiene como destinarios principales, a quiƩnes como precandidatos y precandidatas con posibilidad de triunfo, creen ingenuamente que solo con el puro voto popular se llega donde se desea y necesita. Sin mƔs esfuerzos.
Y lo mĆ”s grave: se ve en su imaginaciĆ³n, a mĆ”s de un candidato, recibiendo la banda presidencial y jurando el cargo en el hemiciclo de la Asamblea Nacional de manos de un compungido NicolĆ”s Maduro, como cuando ChĆ”vez jurĆ³ ante āesta moribunda ConstituciĆ³nā, delante de un Caldera de mirada taciturna.
Olvidan aquellos hoy, a la gran mayorĆa de diputados chavistas que preside Jorge RodrĆguez y que acompaƱa Diosdado Cabello en la primera curul; olvidan muchas cosas mĆ”s que desde ahora, exigen para superarlas con Ć©xito mucha uniĆ³n.
Olvidan que el nuevo presidente no socialista, vencedor, tendrĆ” todos los poderes pĆŗblicos del Estado en franca oposiciĆ³n.
La tarea es asaz difĆcilā¦ tal vez ciclĆ³pea.
Si se insiste como hasta ahora, en prƔcticas elementales para ejercer la politica entonces el futuro se irƔ tornando mƔs incierto. Simplemente seguirƔ el actual estado de cosas.
Ā”En Venezuela, no es poco lo que se juega y es hora de tomar la polĆtica nacional en serioā¦