El tamarillo o tomate de árbol, llamado así por su parecido con el tomate, es el fruto del arbusto Cyphomandra betacea, originario de Los Andes peruanos pero que hoy se cultiva en varios países de América, Asia y Oceanía.
Su piel lisa y brillante va del amarillo al rojo y su pulpa, de color anaranjado o granate es de consistencia gelatinosa y sabor agridulce, con numerosas semillas comestibles. Para quitarle la piel fácilmente se sumerge en agua hirviendo durante un minuto.
Gracias a su peculiar dulzor, el tomate de árbol es empleado para preparar jugos, mermeladas y postres como helados, compotas y gelatinas; pelado y cortado en rodajas finas puede combinarse con cereales y yogur e incluirse en ensaladas.
H3 Fuente de vitaminas H3
El tamarillo aporta 25 miligramos de vitamina C por cada 100 gramos del fruto, por lo que es una buena fuente de esta vitamina que favorece la salud del sistema inmunológico.
Una vez consumido, el caroteno se transforma en vitamina A, que beneficia la visión y fortalece los sistemas reproductivo e inmunitario.
La baya también proporciona vitamina E, que ayuda a producir colágeno (proteína fundamental para la cicatrización de heridas) y favorece la absorción del hierro.
Por su alto contenido de fibra, favorece al tránsito intestinal y reduce los niveles de azúcar y colesterol en la sangre, ayudando así a prevenir enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial.
Su color rojo es señal de licopeno, una sustancia antioxidante que evita la formación de radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro y la aparición de enfermedades degenerativas como el cáncer.