
Por: Fortunato Piña / Fortu6311@gmail.com
A nuestro entender, el día de las votaciones se presentan los jefes de casillas ya capacitados y en quienes recae la responsabilidad de realizar dicho conteo de los diferentes candidatos y anotarlos en algún cuaderno o formato poniendo el número de votos de tal o cual candidato salió airoso en ese territorio, se juntarán en un total y proclamar al candidato elegido ganador y como la república mexicana es muy extensa se dan de 4 a 5 días para realizar dicha labor y si esto es real porque se duda de dicho acontecimiento y se culpa al Instituto Nacional Electoral (INE) de todos las atrocidades cometidas en el traslado de votos a esta instancia-
Si nuestros artículos y la ley dicen: Artículo I. La presente Ley es de orden público y de observancia general en el territorio nacional y para los Ciudadanos que ejerzan su derecho al sufragio en territorio extranjero. Tiene por objeto establecer las disposiciones aplicables en materia de instituciones y procedimientos electorales, distribuir competencias entre la Federación y las entidades federativas en estas materias, así como la relación entre el Instituto Nacional Electoral y los Organismos Públicos Locales.
En los procesos electorales se dirimen una serie de cuestiones importantes: ciudadanía, representación, a los procesos organización política, gobernabilidad; en esencia, las características del régimen político y sus formas concretas. Los procesos electorales, por otra parte, son una peculiaridad básica de las democracias modernas, aun cuando también podemos encontrar elecciones en sistemas totalitarios, las cuales, en sentido estricto, no son precisamente elecciones, debido a que no se elige, sino que sólo se «aprueba» a candidatos predeterminados en postulaciones restringidas.
En nuestra famosa república Mexicana se sigue el proceso muy cuidadosamente bajo escrutinio por todos los acontecimientos que realizan para hacer fraude y aun así andan metiendo mano, gente que ni ton ni son para que su candidato sea el número uno en la lista.
Los ideales democráticos, vale decir, el imaginario que dio origen a los regímenes democráticos reales, incluían una serie de promesas que difícilmente se han realizado. Cualquiera que sea la idea que tengamos de democracia, los sistemas políticos que reciben ese nombre, en la actualidad son poliarquías que se caracterizan por cinco instituciones fundamentales: cargos públicos elegidos por los ciudadanos; elecciones libres, imparciales y frecuentes; libertad de expresión; acceso de los ciudadanos a fuentes alternativas de información; asociaciones autónomas y relativamente independientes del poder gubernamental. Todo ello supone una ciudadanía inclusiva, es decir, personas que tienen residencia permanente a las cuales se les conceden todos los derechos implícitos de las cinco instituciones anteriores. Se han propuesto diversas clasificaciones (o adjetivos) para la democracia. Por ejemplo, se ha creído que hay una línea de fractura entre las democracias formales y las participativas, o entre las democracias liberales y las democracias sociales, para no hablar de la división tan cara a ciertos grupos ideológicos posteriores a la segunda guerra mundial, que hablaban de democracias burguesas y democracias revolucionarias (negando generalmente a estas últimas las características fundamentales de las instituciones mencionadas).