Por Félix Carmona
CNP: 4.188
Ese ruido extraño que emiten los gatos, por muchos años ha atraÃdo la atención del ser humano. El ronroneo es un elemento de comunicación, que le permite al gato no sólo tranquilizar y agradar a su familia humana y felina, sino a sà mismo.
También lo hace para estrechar sus relaciones familiares, calmar y hacer dormir a sus crÃas, llamarlos para comer, mostrar su estado emocional o dar muestras de amistad y aprobación para juguetear.
Es algo más que una vocalización felina o una rareza fisiológica, que inclusive lo tienen también los grandes felinos. Para muchos investigadores constituye un secreto que se ha mantenido, sin haber podido revelarse.
TeorÃas
Hasta ahora nadie sabe cómo el gato puede ronronear, y la razón es que cuando los investigadores comienzan a estudiar el mecanismo, el animalito deja de hacerlo. Sin embargo, existen algunas teorÃas, pero ninguna de ellas ha sido aceptada universalmente.
Una de las primeras teorÃas sostiene que el gato además de tener unas cuerdas vocales para gritar, maullar, etc., posee otro grupo de estructuras llamados pliegues vestibulares o falsas cuerdas vocales. Cuando el aire es inspirado y luego exhalado, la fricción entre ambos pliegues produce la vibración o ronroneo.
La segunda se refiere a la contracción de algunos músculos larÃngeos que producen una modificación de las presiones con la consiguiente aparición de las vibraciones. Y la tercera, considerada la más convincente, es la relacionada a las turbulencias producidas por el flujo sanguÃneo.
Se supone que el ronroneo es un fenómeno hemodinámico antes que aerodinámico. La vibración palpable se origina en una vena grande, la cava posterior, ubicada en la cavidad torácica, ella atraviesa el diafragma. La contracción de los músculos a su alrededor comprime el flujo sanguÃneo provocando asà una transición de flujo suave a turbulento.
Estas oscilaciones son similares al movimiento de flameo de una bandera, cuando pega el viento. Estas vibraciones luego son transmitidas y ampliadas por los bronquios llenos de aire y la tráquea hacia los senos de la cabeza.
Investigadores han demostrado que el pasar la mano, sobre un gato ronroneando, baja la presión y el pulso sanguÃneo, incrementa las sensaciones de paz y bienestar. Cualquiera que conviva con un gato puede atestiguar de los efectos calmantes y aún hipnóticos que tiene un gato ronroneando en sus rodillas.