Daniel Noboa, el más joven de los candidatos presidenciales participará en la segunda vuelta del 15 de octubre, en la que se medirá con la postulante izquierdista Luisa González.
Noboa, de 35 años de edad, sorprendió en las elecciones anticipadas del domingo luego de transitar una campaña electoral en la que pasó casi desapercibido para sus contrincantes.
Con el 93% de los votos escrutados, Noboa alcanzaba el 23,66%, para ubicarse en el segundo lugar por detrás de González, del partido La Revolución Ciudadana, del expresidente Rafael Correa, que sumò 33,31%.
Es la primera vez que el joven político participa en una contienda presidencial y alcanzó lo que su padre, el empresario multimillonario Álvaro Noboa, no consiguió en sus cinco intentos por llegar a la presidencia en la nación andina.
Álvaro Noboa es el hombre más rico del Ecuador con una fortuna estimada de 910 millones de dólares. Sus principales actividades tienen que ver con la comercialización de banano, del cual Ecuador es el mayor productor del mundo, el transporte marítimo y los bienes raíces, entre otros. Tiene 128 empresas en 50 países.
La trayectoria política de su hijo empezó apenas en 2021 cuando alcanzó una curul en la Asamblea Nacional, donde presidió la comisión de Desarrollo Económico. A sus 18 años, Daniel Noboa creó su propia empresa de organización de eventos y dos años más tarde ingresó a la Corporación Noboa, de su padre, donde ocupó cargos directivos del área naviera, logística y comercial.
Tiene un título en Administración de Negocios y otro en Administración Pública, este último por la universidad Harvard Kennedy School. Además, cuenta con una maestría de Gobernanza y Comunicación Política, en la Universidad George Washington. Está casado y tiene dos hijos.
Aunque según las encuestas Noboa rondaba el sexto puesto entre los ocho candidatos, algo cambió tras el debate presidencial.
“Con esa misma convicción de darle seguridad y empleo al país, vamos a darle sostenibilidad. Somos la nueva generación y no somos ni hemos sido contratistas públicos, ni partes de gobiernos anteriores”, señaló durante el debate público una semana antes del llamado a las urnas, en alusión a las supuestas ventajas sobre sus contrincantes.
Habló de devolverle liquidez al país, de fortalecer la Seguridad Social, de generar más empleo y atraer la inversión, de un especial cuidado de las fuentes de agua, de tecnificar el agro y administrar correctamente la energía eléctrica. Como los demás, antepuso la seguridad como condición para la recuperación del país.
“Con empleo es que vamos a volver a tener dignidad y tranquilidad en nuestras calles y poder invertir y sacar adelante un país que tiene todo y no puede salir del hueco en el que está”, enfatizó.