Su nombre científico es Euphorbia pulcherrima, conocida como popularmente como papagayo, flor de pascua o de Navidad y estrella de Navidad, entre otros nombres. Aunque menos frecuentes que las rojas, también hay plantas rosadas, amarillas y blancas.
Si se le procuran los cuidados adecuados, la planta no solo mantendrá su colorido por más tiempo sino que es posible que vuelva a florecer al año siguiente:
Luz solar: La flor de Navidad necesita luz solar indirecta, por lo menos seis horas al día. La falta de luz puede debilitarla y provocar la caída de las hojas.
Riego: La recomendación es mantener la tierra húmeda y en todo caso es preferible regar de menos que de más. Lo más importante es no mojar las hojas, ya que pueden mancharse.
Humedad: Un ambiente muy seco puede provocar la caída de las hojas, para contrarrestarlo coloque un plato con agua debajo de la planta.
Temperatura: La temperatura ideal para el papagayo es de 18 a 22 grados centígrados (64 a 71 grados Fahrenheit). Colóquela en un área ventilada, lejos de corrientes de aire y de la calefacción.
Sustrato: Lo recomendable es que tenga un sustrato poroso con buen drenaje y retención de la humedad.
Abono: Puede abonarla una vez al mes empleando un fertilizante universal soluble en agua y con la mitad de la dosis recomendada por el fabricante.
Poda. Cuanto termine la floración y la planta comience a perder las hojas es el momento ideal para podarla, siempre por encima del nudo de las hojas y dejando unos 10 centímetros de tallo. Cuando la temperatura comience a subir (primavera) es tiempo de trasplantarla a una maceta un poco más grande y cambiarle el sustrato.
No hay que tirarlas cuando se quedan sin hojas pues siguen vivas y con los cuidados necesarios vuelven a florecer.
