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La literatura gótica en Costa Rica

La literatura gótica en Costa Rica
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Famosa en países como Inglaterra y Escocia, donde fue considerada nacional, pero en Costa Rica este género literario fue considerado oculto y debía permanecer subterráneo

La literatura gótica tuvo su origen en Gran Bretaña durante el período romántico y se menciona como perteneciente a la literatura porque en el subtítulo del cuento de Horace Walpole, El castillo de Otranto, una historia gótica, suponiendo que el autor quería decirlo como una broma sutil, surgió en Inglaterra a la sombra del Siglo de las luces, de su neoclasicismo  ilustrado y su desproporcionado culto a la razón, cuando el rechazo a lo sobrenatural en la vida cotidiana llevó unido a su propio nacimiento una férrea condena a su uso literario y estético.  

Hasta hace no mucho tiempo, hablar de literatura gótica en la literatura costarricense parecía exagerado,  ya que su escritura era costumbrista y folklórica y se hace necesario definir previamente el concepto,  pues posee en el continente implicaciones desiguales a las que originaron y sustentaron esta modalidad en Europa. Siempre la gótica fue considerada un subgénero de ella y pensando que era una mueca imitadora, que no pocos despreciaron por considerarla de menor calidad que la de su homóloga inglesa. 

El significado, origen y características de esta literatura, tribu germánica que invadió y saqueó al Imperio Romano a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, se dice que en estos siglos se desarrolló y terminó el género literario conocido como gótico, este significado alude a esta tribu y en sus inicios tenía una carga negativa y era vinculada a lo bárbaro, lo grosero e incivilizado y también significaba un pésimo gusto en todas las artes. Según J.A.Molina Foix, en el prólogo de Frenesí gótico de los relatos más representativos de este género, decía: Frente a la sencillez del clasicismo, los escritores góticos reivindican los excesos, exageración y lo excesivo, el caos frente al orden, lo pagano frente a lo cristiano, en esencia, se trataba de un subterfugio para huir de la sordidez, de la fealdad de la cruda realidad oponiendo el irracionalismo y la barbarie al materialismo ateo que trajo consigo la ilustración, la poética gótica trajo consigo la contraposición a la poética clásica y así impone el irracionalismo más caótico al más ordenado.

Esta controversial literatura, se desarrolló prolíficamente en el Mediterráneo europeo, pero resultó una extrañeza en el sector literario de Costa Rica ya que estaba considerada como una expresión grosera para una nación que apenas exploraba el nacimiento de su literatura. Hacer, escribir literatura gótica en Costa Rica a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, era un acto que exigía tres condiciones: 1. Conocer su historia y variantes en los contextos canónicos como el europeo, el estadounidense incluso el latinoamericano, 2. Concebir la escritura más estética que política, 3. Reconocer la literatura como un campo de experimentación a partir del cual se podía rehacer un imaginario de terror. 

La relación que el gótico logró establecer con otras modalidades como el modernismo de los años 20, se pudo haber desarrollado más esta inclinación por la escritura fantástica y de terror, pero el registro de esas raras obras de ficción son pocas. 

El primer relato de este controversial género en Costa Rica y  del que se tiene registro, es La mancha azul, relato que hoy conocemos gracias a la compilación de obras completas hecha por Alvaro Quesada y Luis Gustavo Lobo, 2022, hecha sobre Calsamiglia, es una narración única por reproducir un supuesto manuscrito medieval que cuenta la historia de un asesinato generado por los celos maritales y cuyo final recuerda las típicas consecuencias de un alma en pena que vagaba en el castillo donde se ejecutó el crimen, la trama del relato cuya publicación data de 1890, lo hace ser de obligatoria cita, aún de la forma de los relatos románticos españoles y que evidencia el conocimiento que de la tradición de terror tenía Calsamiglia, conocido más por su formación militar y dramatúrgica que la mostrada en el cuento. Este atípico caso del que no se tuvo información por los autores de las compilaciones mencionadas, no se sabe qué razones tuvo para no seguir escribiendo que, en un género cultivado por él, hubiera tenido más discípulos.

Para resumir, entonces tendríamos que, al situar la literatura de terror en países como Costa Rica, era necesario definir previamente el concepto de esta literatura, pues en el continente tiene implicaciones y conceptos desiguales a las que las originaron en Europa y sustentaron esta modalidad.

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