La Organizaciones de Naciones Unidas (ONU) predijo que el pasado15 de noviembre habrían 8.000 millones de personas vivas al mismo tiempo.
Allá por 1994, cuando la población mundial era de «apenas» 5.500 millones, investigadores de la Universidad de Stanford, en California, calcularon que el tamaño ideal estaría entre 1.500 y 2.000 millones de personas.
Entonces, ¿está sobrepoblado actualmente el mundo?
Una preocupación ancestral
En su obra magna «La República», escrita alrededor del año 375 a.C., el filósofo Platón describe dos ciudades-estado imaginarias. Una es saludable y la otra es «lujosa» y «febril». En esta última, la población gasta y devora en exceso, entregándose al consumismo hasta «sobrepasar el límite de sus necesidades». Así, este filósofo abogó por el control de la población y del consumo.
Este debate todavía vivo hoy nos lleva a preguntarnos: ¿el problema es la población humana o son los recursos que consume?
En su famoso trabajo «Un ensayo sobre el principio de la población», publicado en 1798, Thomas Malthus comenzó con dos observaciones importantes: que todas las personas necesitan comer y que les gusta tener relaciones sexuales. Cuando se lleva a su conclusión lógica, explicó, estos simples hechos conducen a que las demandas de la humanidad superen los suministros del planeta.
«La población, cuando no se controla, aumenta en una proporción geométrica. La subsistencia aumenta solo en una proporción aritmética. Un ligero conocimiento de los números mostrará la inmensidad del primer poder en comparación con el segundo», escribió Malthus.
En otras palabras, un gran número de personas conduce a un número aún mayor de descendientes, pero nuestra capacidad para producir alimentos no necesariamente se acelera de la misma manera.
Estas simples palabras tuvieron efecto inmediato, provocando miedo en algunos e ira en otros. El primero grupo pensó que había que hacer algo para evitar que estos números se descontrolaran. El segundo, que limitar el número de personas era absurdo o poco ético, y en su lugar se debería hacer todo lo posible para aumentar el suministro de alimentos.
Cuando se publicó el ensayo de Malthus, había 800 millones de personas en el planeta.
Sin embargo, no fue sino hasta 1968 que surgieron las preocupaciones modernas sobre la sobrepoblación global, cuando un profesor de la Universidad de Stanford, Paul Ehrlich, y su esposa, Anne Ehrlich, escribieron «La bomba demográfica».
Este libro dio pie a la preocupación actual por la sobrepoblación. La pareja publicó su libro debido a la preocupación por la hambruna masiva que creían que se avecinaba, particularmente en los países en desarrollo, pero también en lugares como Estados Unidos, donde la gente comenzaba a notar el impacto que estaba teniendo sobre el ambiente.
Visiones encontradas
Las estimaciones varían, pero se espera que alcancemos entre los años 2070 y 2080 entre 9.400 y 10.400 millones de personas en el planeta y esto ha generado visiones encontradas sobre nuestro futuro.
En un extremo se encuentran aquellos que ven como una crisis las tasas de fertilidad más bajas en algunas áreas. Mientras que otros abogan por desviar el enfoque de ajustar el número de personas en el mundo, sin importar como se logre.
Se argumenta que el consumo es significativamente mayor en los países más ricos con tasas de natalidad más bajas. Reducir las demandas individuales sobre el planeta podría reducir la huella de la humanidad sin reprimir el crecimiento en los países más pobres.
De hecho, el interés occidental en reducir el crecimiento de la población en las partes menos desarrolladas del mundo ha sido acusado de tener matices racistas, cuando Europa y América del Norte están más densamente pobladas en general.
El impacto ambiental
Más allá de este debate, las estadísticas sobre el impacto que hemos tenido sobre la Tierra son alarmantes.
Según la FAO, el 38% de la superficie terrestre del planeta se utiliza para cultivar alimentos y otros productos (como combustible) para los seres humanos o su ganado: cinco mil millones de hectáreas en total.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en inglés) descubrió que las poblaciones de vida silvestre disminuyeron en dos tercios entre 1970 y 2020; durante el mismo período, la población mundial se duplicó con creces.
De hecho, a medida que aumenta nuestro dominio, se han producido muchos cambios ambientales en paralelo, y varios ambientalistas prominentes han expresado su preocupación. A algunos la alarma por la huella ambiental de la humanidad los ha llevado a decidir tener menos o ningún hijo.
Una investigación de 2017 calculó que el simple hecho de tener un hijo menos por mujer en el mundo desarrollado podría reducir las emisiones anuales de carbono de una persona en 58,6 toneladas de «CO equivalente», más de 24 veces el ahorro de no tener un auto.
Ya sea que el problema sean demasiados humanos, los recursos que usamos o ambos, «no puedo siquiera imaginar cómo más humanos podrían ser mejores para el ambiente», dice la académica Jennifer Sciubba, autora del libro «8.000 millones y contando: cómo el sexo, la muerte y la migración dan forma a nuestro mundo».
Sciubba señala que la tesis de los Ehrlich está desactualizada, ya que cuando lo escribieron había 127 países en el mundo donde las mujeres en promedio tenían cinco o más hijos. En esa era, las tendencias de la población realmente parecían exponenciales. Pero hoy solo hay ocho países con tasas de fertilidad superiores a cinco hijos por mujer, expone Sciubba. Así que es importante darse cuenta de que esas tendencias cambiaron.
Un futuro más feliz
Según Alex Ezeh, profesor de Salud Global en la Universidad de Drexel, Pensilvania, el número absoluto de personas en un país no es el factor más importante, sino la tasa de crecimiento o disminución de su población lo que es clave para las perspectivas futuras de un país.
Ezeh explica que en África se están produciendo tasas de crecimiento de la población radicalmente diferentes. Particularmente en el sur de África, las tasas de fertilidad han disminuido y el uso de anticonceptivos ha aumentado. Al mismo tiempo, algunos países de África Central todavía tienen altas tasas de crecimiento demográfico, como resultado de la alta fecundidad y la esperanza de vida más larga. En algunos lugares está muy por encima del 2,5% anual, por lo que la población se duplicará cada más de 20 años en varios países.
Si la población de una ciudad se duplica cada 10 años, como varias ciudades en África ¿qué gobierno tiene los recursos para mejorar la infraestructura actual cada 10 años, a fin de mantener el nivel correcto de cobertura de esos servicios?
Es probable que la población continúe creciendo durante algún tiempo, independientemente de cualquier posible esfuerzo por disminuirla.
Un estudio de 2014 encontró que, incluso en el caso de una gran tragedia global como una pandemia mortal o una guerra mundial catastrófica, o una política del hijo único implementada en todos los países del planeta, la población aún crecerá hasta 10.000 millones de personas para 2100.
Encontrar una manera de vivir juntos y proteger el ambiente será el mayor desafío.
