Hey-diario-digital
Hey! Diario Digital || Plataforma global de noticias

Atletas palestinos estarán en Olimpíadas París 2024

Heydiariodigital_regalos

Loading

 Con más de 340 profesionales del deporte asesinados por Israel en la franja, la victoria es estar en París 2024. Así es como siente estos JJ. OO. el nadador y abanderado olímpico palestino, Yazan Al-Bawwab, consciente que el equipo de ocho clasificados no solo debe competir con su mejor desempeño, sino también «representar el sacrificio y la identidad palestinas» ante el mundo.

Una misión que llevan con orgullo y que muchos sufren en carne propia al tener desde familiares muertos hasta entrenar en condiciones precarias por la ocupación.

Para los atletas palestinos, París 2024 no es solo un Juego Olímpico. Al anhelo de conseguir la primera medalla de su historia se suma un dolor colosal: el sufrimiento de sus compatriotas en Gaza por una invasión sin precedentes y una matanza ejecutadas por el Gobierno y el Ejército de Israel, los cuales también han destruido el deporte local.

Según el Comité Olímpico Palestino (POC) más de 340 atletas, árbitros y personal deportivo han sido asesinados por Israel en diez meses de bombardeos y otros ataques indiscriminados o como consecuencia de la falta de atención médica por un sistema sanitario colapsado y sin recursos a raíz del bloqueo israelí.

Ese fue el caso del primer representante olímpico palestino, el maratonista Majed Abu Maraheel, que falleció en el campo de refugiados de Nuseirat debido a los cortes de energía y a la ausencia de suministros para su tratamiento de insuficiencia renal. El corredor, de 61 años, había sido pionero del olimpismo nacional al participar de los 10 kilómetros en Atlanta 1996.

Su nombre es quizás el más emblemático de una larga lista de asesinados que incluye a figuras como el tres veces internacional con la selección de fútbol, Mohammed Barakat; el entrenador del equipo olímpico de fútbol, Hani Al-Masdar; o Ibrahim Qusaya, voleibolista de playa que ganó el bronce en el Campeonato de Asia Occidental 2021. Esas mismas bombas también han matado a medio centenar de deportistas niños o adolescentes, entre ellos Yasmin Sharaf, karateca de tan solo seis años.

Este impacto se extiende con la destrucción de 58 instituciones deportivas como las sedes del POC y de la federación de fútbol gazatí, y el estadio Yarmouk.

Este escenario en el barrio de Shujaiya (Ciudad de Gaza), hoy convertido en campo de desplazados, fue usado en diciembre por soldados como un campo de detención «donde las personas fueron obligadas a quitarse la ropa y torturadas y humilladas en público», indica a France 24 Nader Jayousi, director técnico del Comité Olímpico Palestino, quien agrega que «el panorama es catastrófico».

El también jefe de la delegación que compite en París explica que «desde el 7 de octubre, Israel ha forzado a una paralización total de la escena deportiva» palestina, tanto por su invasión en la Franja como por su incremento de las restricciones de movimiento en Cisjordania ocupada. Durante los primeros cinco meses, «intentamos entrenar a los atletas con rutinas en casa» y, luego, «pudimos enviar algunos a campos de entrenamiento en el extranjero».

Uno de ellos fue Mohammed Hamada, campeón de halterofilia, a quien el POC logró evacuar de emergencia de Gaza con la esperanza de clasificar a París 2024.

Sin embargo, el joven de 22 años, que en Tokio 2020 fue el primer levantador de pesas palestino en participar de unos Juegos, no pudo revalidar su hazaña. Solo logró acceder a uno de los dos eventos clasificatorios que, como mínimo, se exigen para ser elegible y, habiendo perdido 20 kilos por la escasez de alimentos, estuvo lejos de sus mejores marcas, las cuales consiguió cuando terminó tercero en el Campeonato Mundial Juvenil en 2022.

Ocho atletas palestinos en seis disciplinas de París 2024

Pese a las dificultades y retos inhumanos, la actual delegación será la más grande en toda su historia olímpica: tendrá ocho representantes que competirán en seis deportes, a los que se añaden dos miembros en los Juegos Paralímpicos.

Este hito fue posible, en parte, gracias a las llamadas «cuotas de universalidad», invitaciones que el Comité Olímpico Internacional (COI) reserva para delegaciones con poca representación –aquellas que hayan tenido una media de ocho participantes o menos en Río 2016 o Tokio 2020– y cuyos atletas no alcanzaron los criterios de clasificación. Por esta vía, el equipo palestino ha conseguido siete de sus ocho lugares.

Otro elemento que ha ayudado a obtener la mayor misión olímpica palestina es la ampliación de la captación de los talentos de la diáspora por parte del Comité Olímpico Palestino. Mientras intenta promover programas de formación de jóvenes deportistas en los Territorios Palestinos, el POC ha recurrido a atletas de ascendencia palestina, los cuales no sufren las limitaciones impuestas por la ocupación israelí.

Así se explica que seis de sus ocho clasificados estén radicados en el exterior y que únicamente el boxeador Waseem Abu Sal –que será el primer púgil palestino en unos Juegos– y el corredor Mohammed Dwedar residan y hayan nacido en Cisjordania ocupada.

Para ellos, la carrera hacia los Juegos aún es más milagrosa porque está repleta de obstáculos, como la falta de competencia interna (Israel imposibilita que los atletas puedan trasladarse entre ciudades para disputar torneos) o las dificultades para acudir a entrenamientos o campeonatos en el extranjero, ya sea porque las autoridades israelíes les niegan los permisos o porque algunos países les niegan los visados.

De los seis restantes, el taekwondista Omar Yaser Ismail, radicado en Emiratos Árabes Unidos, fue el único que sacó su boleto por los clasificatorios al ser semifinalista del preolímpico asiático en la categoría de hasta 58 kilos. Es asimismo el primer palestino en llegar a unos Olímpicos en un deporte de combate por méritos deportivos.

El POC cuestiona la participación israelí en plena invasión

Desde el inicio de la invasión de Israel en Gaza, el Comité Olímpico Palestino y otras organizaciones deportivas de naciones árabes han reclamado sanciones para Israel de cara a los Juegos Olímpicos. Las medidas solicitadas van desde la descalificación hasta la prohibición de competir bajo su bandera, como ocurre con los atletas de Rusia y Belarús luego de los castigos al Kremlin por su invasión en Ucrania.

Estos pedidos –a los que se plegaron 26 legisladores franceses en febrero pasado– han sido en vano y el COI ha rechazado adoptar medidas contra los deportistas israelíes, alegando que no se les puede responsabilizar de las acciones del Gobierno de Netanyahu. Además, rechazó las acusaciones de Rusia de aplicar un «doble estándar» porque, según el COI, las represalias contra representantes rusos y bielorrusos se tomaron por la violación de la Tregua Olímpica que estaba vigente a inicios de 2022 y por la anexión rusa de cuatro regiones ucranianas, lo que constituye una violación de la Carta Olímpica.

Son argumentos que no convencen a Rajoub. Defiende que «la política de doble estándar no debería formar parte de la ética y los valores del deporte» e insiste en que «creemos que aquellos que violan los principios de la Carta Olímpica deberían ser sancionados».

En un intento de último minuto, el POC ha enviado una nueva solicitud para la suspensión de atletas de Israel que considera que no están respetando los valores olímpicos. El organismo dice haber adjuntado documentos con ejemplos de deportistas israelíes visitando a soldados o publicando mensajes en redes sociales «que consideramos altamente racistas», detalla Nader Jayousi.

El jefe de la delegación olímpica palestina apunta en particular al judoca Peter Paltchik, campeón europeo en 2020 y bronce en los Mundiales de 2023, que será también uno de los abanderados del equipo hebreo. Jayousi denuncia que Paltchik compartió una foto de misiles destinados a ser lanzados en Gaza, incluido uno firmado «con la palabra ‘ippon’, que es un movimiento del judo», y acompañado por la frase «de mí, para ti, con mucho gusto».

Dicha publicación ya no se encuentra en su cuenta de ‘X’ y, según el medio británico ‘The Telegraph’, la federación israelí de judo aclaró que Paltchik «no firmó él mismo los misiles». Pero para Jayousi es una muestra de que algunos atletas israelíes no están cumpliendo con el espíritu olímpico.

A horas de los Juegos, es prácticamente imposible que el COI tome alguna medida, pero la presión diplomática de los organismos deportivos palestinos no termina ahí. La Asociación Palestina de Fútbol (PFA) está impulsando un reclamo ante la FIFA para que suspenda a Israel «con efecto inmediato».

Los llamados de la PFA para inhabilitar a la Asociación de Fútbol de Israel (IFA) no son nuevos, salvo que en esta ocasión añade la destrucción causada por el Ejército israelí en Gaza y acusa una supuesta «incitación pública al genocidio» por parte de clubes israelíes y miembros de la selección nacional, como el delantero Shon Weissman.

Como otros motivos de suspensión, el caso palestino enumera «la cercana cooperación de la IFA con el Gobierno y el Ejército israelíes», «la inclusión de clubes de los asentamientos israelíes ilegales en las ligas de la IFA» o «el racismo furioso de algunos clubes israelíes, que queda impune». El pedido de la PFA, presentado al Congreso de la FIFA en marzo, fue remitido a un comité legal independiente, que debía emitir su decisión el 31 de julio, pero esta fue aplazada un mes más, pasados los Juegos.

Mientras estas disputas siguen por las vías reglamentarias, la selección de fútbol palestina se prepara para otro hito: jugar por primera vez la tercera ronda de clasificación a una Copa del Mundo, que iniciará en septiembre y en la que la PFA pretende ejercer su localía en los Territorios Palestinos ocupados, algo que no ha podido hacer en la ronda anterior por la falta de garantías de movilidad y seguridad, debido a los bloqueos israelíes en Cisjordania.

Sea en un campo de fútbol, un cuadrilátero, una piscina o una pista de atletismo, los deportistas palestinos están decididos a reivindicar su existencia y su lugar en la escena deportiva internacional, pese a las dificultades. Y, culmina Jayousi: «Como cualquier otra nación, competir al máximo de nuestras posibilidades».

Related Articles