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Vehículos de hidrógeno vs. vehículos eléctricos

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Los vehículos de hidrógeno tienen características diferentes a los autos eléctricos y los convencionales.

El vehículo de hidrógeno, considerado de cero emisiones, funciona mediante una pila de combustible en la que el hidrógeno se oxida para producir la electricidad que le mueve. En el proceso sólo se libera vapor de agua. Pero, si bien es cierto que un vehículo de hidrógeno emite cero emisiones contaminantes, la producción de hidrógeno, al igual que ocurre con la energía eléctrica, sí genera emisiones.

Dependiendo del modelo, existen uno o más motores eléctricos que se encargan del movimiento del vehículo. A él se unen la batería, la pila de combustible y el tanque, donde se almacena el hidrógeno.

Una vez que el conductor lo pone en marcha, lo primero que hace el vehículo es abastecer de hidrógeno la pila de combustible. Allí, este se mezcla con el oxígeno que un compresor ha extraído, filtrado y comprimido del exterior. Con esta unión se genera electricidad y agua.

La electricidad se traslada a la batería para su almacenamiento. No va directamente al motor. El proceso se realiza de esta manera para asegurar que siempre haya electricidad cuando el conductor la necesite.

Ventajas de un vehículo de hidrógeno

1- No emite sustancias nocivas

Solo liberan vapor de agua. Funciona en muchos aspectos como un vehículo eléctrico. De hecho, lo es. Al no emitir sustancias nocivas, contribuye al cuidado del ambiente y a reducir los altos niveles de contaminación causados por el transporte convencional.

2- Repostar es rápido

El tiempo para una recarga completa está entre 3 y 5 minutos,similar al repostaje con combustibles tradicionales. Se hace a través de una manguera, que queda sellada al depósito mientras dura el repostaje del tanque. Los eléctricos precisan como mínimo de 30 minutos para el repostaje.

3- Cumple con los objetivos de reducción de emisiones

Para el año 2030, la Unión Europea fijó que los vehículos nuevos tienen que emitir un 35% menos de gases contaminantes que en 2021.

4- Mantenimiento del motor es mínimo

El mantenimiento del motor de estos vehículos es mínimo, y mucho más sencillo si se les compara con los vehículos con motores de combustión.

5- Igual de silenciosos que los eléctricos, pero con mayor autonomía

Los vehículos de hidrógeno son igual de silenciosos que los eléctricos convencionales. Pero les superan en otro aspecto muy importante: la autonomía. Mientras que estos últimos ofrecen una media de 300 kilómetros con una sola carga, los de hidrógeno pueden alcanzar más del doble.

6- Más preparados para temperaturas extremas

A diferencia de los coches 100% eléctricos, soportan mejor las temperaturas extremas.

Desventajas de un vehículo de hidrógeno

1- Precio de compra es elevado

Su costo es más elevado que el de los eléctricos. Las características de la pila de combustible (metales raros y preciosos necesarios para su fabricación), y los tanques de hidrógeno que deben soportar una presión muy alta, son los principales responsables de su alto costo de fabricación.

Además, el hidrógeno no es precisamente barato a la hora de repostar, incluso supera a los combustibles tradicionales. Esto se debe a que la producción de hidrógeno es cara. Además, para que el sistema basado en electrólisis del agua sea renovable, la inversión requerida es mayor, duplicando a otras alternativas como la de gas natural. Es por ello que se están investigando métodos de producción que sean tanto más económicos como más respetuosos con el ambiente.

2- Pocas ‘hidrogeneras’ para repostar

Hasta ahora, en Europa por ejemplo, la red de estaciones para repostar hidrógeno es prácticamente exigua. Varios países han empezado a apostar de forma decidida por esta alternativa. En Alemania, por ejemplo, pretenden alcanzar las 500 ‘hidrogeneras’ para abastecer a 50.000 vehículos de este tipo en la próxima década. Otros países como Suecia, Noruega, Reino Unido, Bélgica o Italia también han incluido en sus planes de movilidad a la pila de combustible y la pertinente inversión en infraestructura.

3- Poca variedad de modelos

No hay demasiadas opciones a la hora de elegir modelos de vehículos de hidrógeno. Como las estaciones para repostar son pocas, y los precios de los vehículos son muy elevados, la demanda aún es muy baja. Así, los fabricantes no se atreven a entrar de lleno en el negocio.

Son varias las marcas que llevan años apostando por la pila de combustible. Toyota trabaja desde 2002 en este tipo de mecánicas hasta la materialización del Mirai, mientras que la primera marca en introducir un modelo de hidrógeno en el mercado fue Honda con el FCX Clarity en 2008. La japonesa Mazda lo intentó con el prototipo RXU, que funcionaba tanto con gasolina como con hidrógeno, pero finalmente no llegó a producción.

Otra que también ha apostado por esta tecnología en los últimos años es Hyundai. En 2013 comenzó a comercializar el Hyundai ix35 Fuel Cell y está a punto de lanzar su segunda generación de pila de combustible materializada en el Hyundai Nexo.

BMW, Mercedes Benz, Volkswagen o General Motors también están desarrollando esta tecnología y han presentado prototipos, pero aún no han incoporado ningún modelo de pila de combustible.

4- Vehículos grandes

Todos los componentes incluidos en el vehículo (motor, unidad de control y conversor, transmisión, pila de combustible, tanques de hidrógeno) hacen que los modelos fabricados hasta la fecha sean bastante grandes, en la mayoría de los casos. Además, el espacio necesario para los tanques de hidrógeno ocupa buena parte del maletero.

6- El hidrógeno es muy volátil e inflamable

El hidrógeno es muy inflamable. Sin embargo, los fabricantes diseñan y construyen los tanques de acumulación de hidrógeno para que sean muy resistentes, y se incluyen diferentes sistemas de seguridad para detectar fugas de hidrógeno.

7- La vida útil es más limitada

Las pilas de combustible y los depósitos de alta presión de este tipo de vehículos tienen una vida útil limitada. Para los tanques de hidrógeno, por cuestiones normativas y de seguridad, ese límite está fijado en 15 años. Además, en marcas como Hyundai, la pila de combustible se estima que reduce la potencia un 15% después de unos 225.000 kilómetros de uso.

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