Muchos de los migrantes venezolanos se convierten en víctimas de éxodos de otras naciones pensando en “el país del sueño americano”, por la fama impuesta a EE.UU. buscando la facilidad que creen que hay, se han encontrado con una dura realidad.
Los venezolanos que protestan después de los beneficios recibidos, consideran una invitación a trabajar como un insulto
Hoy, los venezolanos buscan una mejor calidad de vida, pero también hay otros que buscan una vida fácil, buscan no hacer nada y tener beneficios que otros inmigrantes no tienen. Ahora bien, ¿Por qué Biden lo permite?
Resulta triste y asombroso ver cómo muchas personas que están ilegalmenteen EE.UU aprovechan la oportunidad de obtener un permiso de trabajo legal, que Joe Biden extendió por decreto a 500.000 venezolanos, a través de un controvertido y general estatus de protección temporal, pero estos inmigrantes no lo quieren.
Estos sujetos consideran la invitación a trabajar como un insulto. Quieren mayores paquetes de cupones de alimentos, mejores viviendas proporcionadas por el Estado y más prestaciones, sin hacer nada a cambio.
Venezuela no está así porque el socialismo haya fracasado, sino porque fue fielmente implantado. Chávez les enseñó desde que nacieron que el mundo les debía todo y que tenían derecho a una vida desahogada a costa de «los ricos», es decir, de cualquiera que tuviera un sueldo fijo.
Estos ilegales que protestan ahora, son venezolanos entrenados por el chavismo, son personas adoctrinadas, con un lavado de cerebro hecho en Cuba, basándose en la cartilla de la isla, infectados con el virus socialista de la dependencia del Estado. Eso no es sólo lo que enseñó el Chávez, es lo que quieren.
Como resultado, ahora hay Chavistas en EE.UU. que están pidiendo que los “gringos” les resuelvan la vida. Cabe destacar, que con todo ese tiempo ocioso y sin educación o habilidades de las que hablar, con frecuencia se superponen con la clase criminal, y siempre terminarán asimilándose a la clase baja estadounidense.
Esos son los que ahora tienen la osadía e insensatez de protestar en las calles del país que les ha dado cobijo, en el que irrumpieron ilegalmente y se atreven a pedir públicamente que los contribuyentes estadounidenses paguen sus estilos de vida.
Aparte de los verdaderos criminales, estos ilegales deberían ser los primeros ilegales en ser detenidos y destinados a la deportación.
Pero Joe Biden les concede permisos de trabajo, un privilegio que otros ilegales no obtienen, y ellos lo consideran un ultraje y terminan protestando a viva voz en las calles del país que les da albergue.
Ante esta política sin análisis y consulta deja mucho que desear, un apoyo a un régimen socialista salvaje y depredador como es el de Maduro, un sustento solapado que daña la sociedad y la Constitución de los Estados Unidos, lo que lleva a pensar que algo huele muy mal entre la dictadura venezolana y Joe Biden, por lo que tendrá a futuro que dar algunas explicaciones.