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Riesgos de polarizaciĆ³n y dominio en la batalla por la inteligencia artificial

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Por: Juan Figueroa

En un escenario global, los titanes tecnolĆ³gicos han desatado una enĆ©rgica competencia por desentraƱar los usos mĆ”s prometedores y aplicaciones potenciales de la Inteligencia Artificial (IA).

Sin embargo, es crucial reconocer que el alcance de su impacto no se limita Ćŗnicamente a propĆ³sitos constructivos, sino que se extiende hacia Ć”mbitos bĆ©licos y antidemocrĆ”ticos, planteando interrogantes cruciales sobre los destinos que puede tomar esta innovaciĆ³n.

HistĆ³ricamente, el curso que toma una tecnologĆ­a depende en gran medida de las manos que la guĆ­an. En el siglo pasado, la energĆ­a nuclear, por ejemplo, desplegĆ³ su potencial tanto para iluminar como para devastar ciudades enteras alrededor del mundo.

 Hoy, la Inteligencia Artificial emerge como el pilar de una nueva revoluciĆ³n industrial, y sus aplicaciones abarcan un espectro amplio, desde el avance productivo hasta las posibilidades destructivas que plantea esta creaciĆ³n tecnolĆ³gica.

Justo Hidalgo, director de IA de Adigital, subraya que la IA se erigirĆ” como el catalizador central de la innovaciĆ³n en los aƱos venideros.

Se estima que para el aƱo 2035, aproximadamente la mitad del crecimiento econĆ³mico en diversos paĆ­ses europeos podrĆ­a derivar de la adopciĆ³n de la IA. Los impactos profundos que la IA ha engendrado en Ć”mbitos diversos, como la salud, la industria automotriz y los servicios en lĆ­nea, son evidencia de su creciente influencia en la sociedad contemporĆ”nea.

Resulta innegable que la inversiĆ³n y la adopciĆ³n de la IA han sido lideradas, en su primera fase, por Estados Unidos y China, con la UniĆ³n Europea siguiendo en la distancia. A pesar de esto, no puede desestimarse la posibilidad de que los veintisiete logren competir en un nivel mĆ”s equiparado en un futuro prĆ³ximo, lo que evidencia una tendencia global hacia la difusiĆ³n y adopciĆ³n de esta tecnologĆ­a disruptiva.

No obstante, es en el sector privado donde esta revoluciĆ³n tecnolĆ³gica toma su forma mĆ”s prominente.

 El campo de batalla por la hegemonĆ­a de la IA se libra entre los gigantes tecnolĆ³gicos, cada uno persiguiendo una posiciĆ³n de liderazgo en la carrera por la innovaciĆ³n.

 La introducciĆ³n de la IA representa un salto cuĆ”ntico comparable a la revoluciĆ³n de internet, donde Microsoft se ha adelantado a la competencia con ChatGPT. Esta ventaja temprana no solo se traducirĆ” en un impulso para Microsoft, sino tambiĆ©n estimularĆ” a empresas notables como Google, Amazon, Meta y Apple a realizar inversiones significativas en el desarrollo y la adopciĆ³n de la IA.

 AsĆ­, no solo los gigantes del software, sino tambiĆ©n los actores en el Ć”mbito de los semiconductores como Nvidia, Taiwan Semi, ASML, Advantest y Arista Networks, serĆ”n los principales beneficiarios de este dinĆ”mico desarrollo, conforme avanzamos hacia la siguiente etapa de la revoluciĆ³n de la IA.

En Ćŗltima instancia, la competencia y el desarrollo acelerado en el Ć”mbito de la IA perfilan una realidad donde los lĆ­mites entre los usos constructivos y los peligros potenciales se vuelven borrosos. La difusiĆ³n global de esta tecnologĆ­a exige una evaluaciĆ³n cuidadosa de sus implicaciones Ć©ticas, sociales y polĆ­ticas, y la colaboraciĆ³n entre lĆ­deres tecnolĆ³gicos, reguladores y la sociedad en su conjunto se convierte en un elemento crucial para guiar la trayectoria futura de la Inteligencia Artificial.

Los Gigantes de la industria

El panorama actual revela que la adopciĆ³n de la IA por parte de las empresas ha experimentado un crecimiento exponencial desde 2017, mĆ”s que duplicĆ”ndose en 2022. A pesar de este auge, se observa un estancamiento en los Ćŗltimos aƱos, con una tasa de adopciĆ³n situada en un rango del 50% al 60%, segĆŗn datos extraĆ­dos de un estudio anual de McKinsey.

En este escenario, la ascensiĆ³n de Chat GPT bajo el paraguas de Microsoft  plantea consideraciones de gran envergadura. Se especula que su integraciĆ³n exitosa en el motor de bĆŗsqueda Bing podrĆ­a tener consecuencias potencialmente catastrĆ³ficas para Alphabet, la matriz de Google.

La posibilidad de que los ingresos publicitarios de Google se vean amenazados ante esta evoluciĆ³n no pasa desapercibida, segĆŗn advierte el experto Frank Schwarz, gestor en MainFirst. Por otro lado, Meta ha tomado un giro estratĆ©gico al redirigir sus esfuerzos hacia el metaverso, con la introducciĆ³n de su AI Sandbox, un conjunto de herramientas diseƱadas para potenciar la efectividad de los anuncios y el marketing.

En la carrera por la supremacĆ­a tecnolĆ³gica, las empresas asiĆ”ticas tambiĆ©n juegan un papel de importancia. La presentaciĆ³n de Wenxin Yiyan, tambiĆ©n conocido como bot Ernie, por Baidu en marzo, no pasĆ³ desapercibida y sirviĆ³ como punto de partida para las innovaciones de IA provenientes de JD.com, Netease y Tencent.

 La incĆ³gnita persiste sobre quĆ© compaƱƭas se alzarĆ”n en la cima de esta competencia a nivel global. Incluso la red social china TikTok ha ingresado al Ć”mbito de la inteligencia artificial generativa, al desarrollar el chatbot Tako, capaz de sostener conversaciones y responder preguntas con sus usuarios.

De acuerdo con el informe Artificial Intelligence Index Report 2023 de la Universidad de Stanford, los inversores estadounidenses respaldaron cerca de 542 nuevas empresas en el sector de la IA en 2022. Paralelamente, en China se financiaron alrededor de 146 empresas, mientras que en el Reino Unido se apoyaron 99 y en toda la UniĆ³n Europea se respaldaron unas 100. Empresas como Samsung han elegido fortalecer su industria de semiconductores y tambiĆ©n buscan integrar la inteligencia artificial en sistemas mĆ³viles, electrodomĆ©sticos y su asistente personal Bixby, similar al Siri de Apple.

Sin embargo, el progreso en Europa no fluye con la misma fluidez que en el otro lado del AtlĆ”ntico. Justo Hidalgo, director de IA de Adigital, enfatiza que para mantenerse en el rumbo adecuado, Europa debe convertir los avances acadĆ©micos y tĆ©cnicos en ventajas comerciales. Esta conexiĆ³n crucial entre el desarrollo acadĆ©mico y la innovaciĆ³n industrial es un factor determinante en los aƱos venideros. A pesar de esto, la inversiĆ³n europea en el sector, tanto de origen pĆŗblico como privado, aĆŗn se encuentra considerablemente lejos de las cifras registradas en otras geografĆ­as. Un contraste impactante emerge al constatar que solo el 3% de los unicornios de IA a nivel mundial tienen base en Europa, y la inversiĆ³n privada en inteligencia artificial en el continente europeo es significativamente diez veces inferior a la de Estados Unidos y cinco veces menor que en China, como destaca Hidalgo.

Estas tendencias y concentraciones de poder en manos de un puƱado de corporaciones tecnolĆ³gicas no pasan desapercibidas para algunos crĆ­ticos. La dependencia creciente de la IA en la sociedad suscita preocupaciones sobre la centralizaciĆ³n del poder de procesamiento, tanto en tĆ©rminos de investigaciĆ³n y desarrollo como en las operaciones diarias que dependen de infraestructuras propiedad de estas grandes corporaciones a escala global. Vili Lehdonvirta, profesor del Oxford Internet Institute, expresa su inquietud ante esta situaciĆ³n.

Esta coyuntura plantea una transiciĆ³n silenciosa hacia una orientaciĆ³n mĆ”s segmentada en tĆ©rminos tecnolĆ³gicos y polĆ­ticos. El desplazamiento gradual de una perspectiva liberal basada en la interoperabilidad global refleja un escenario donde el desarrollo tecnolĆ³gico se entrelaza con la creciente rivalidad entre los gobiernos de Estados Unidos y China. Estos desarrollos, en lugar de propiciar formas internacionales de colaboraciĆ³n en la gobernanza de la IA, podrĆ­an propiciar una fragmentaciĆ³n de los ecosistemas tecnolĆ³gicos a nivel global. Benjamin Cedric Larsen, jefe de proyectos de IA en el Foro EconĆ³mico Mundial, seƱala que este proceso podrĆ­a dar como resultado la emergencia de un ecosistema digital Ā«chinoĀ», otro Ā«estadounidenseĀ» y uno Ā«europeoĀ», cada uno con su conjunto Ćŗnico de reglas y sistemas de gobierno. A medida que avanzamos, la compleja tarea de regular y gobernar las formas mĆ”s avanzadas de inteligencia artificial podrĆ­a convertirse en un desafĆ­o monumental en un escenario caracterizado por diferencias enfoques y normativas.

Las Preocupaciones ciertas

En el contexto actual, los actores mĆ”s influyentes han tomado conciencia de los riesgos inherentes a la proliferaciĆ³n de la inteligencia artificial (IA). Sam Altman, el CEO de OpenAI, ha expresado un apoyo decidido a la idea de implementar regulaciones en el sector, insistiendo en que las compaƱƭas deberĆ­an estar sujetas a una Ā«combinaciĆ³n de requisitos de licencia o registroĀ» con el propĆ³sito de mitigar posibles peligros. Un anĆ”lisis exhaustivo realizado por la gigante tecnolĆ³gica Intel pone en evidencia la vertiginosa y en algunos casos inquietante rapidez con la que la inteligencia artificial estĆ” avanzando.

De acuerdo con la compaƱƭa, el ritmo de crecimiento en el entrenamiento de sistemas de IA supera en mƔs de cien millones de veces la famosa Ley de Moore, que postula que la velocidad de las computadoras se duplica cada dos aƱos.

En consonancia con esta preocupaciĆ³n, un grupo distinguido compuesto por mĆ”s de 10.000 expertos ha plasmado su inquietud en una carta abierta reciente, instando a todos los laboratorios de inteligencia artificial a detener inmediatamente, por un perĆ­odo mĆ­nimo de seis meses, el entrenamiento de sistemas de IA mĆ”s potentes que GPT-4. Esta medida es un intento claro de sopesar las implicaciones y los potenciales riesgos asociados a la rĆ”pida evoluciĆ³n de esta tecnologĆ­a.

Adicionalmente, la reverberaciĆ³n de esta tecnologĆ­a en el Ć”mbito laboral genera inquietud en diversos sectores. Un informe emitido por Goldman Sachs a finales de marzo ha estimado que en Estados Unidos y Europa, uno de cada cuatro empleos podrĆ­a desaparecer como resultado directo de la influencia de esta tecnologĆ­a. A nivel global, se estima que alrededor del 18% de los puestos de trabajo existentes en el planeta son susceptibles de ser reemplazados por la IA, segĆŗn seƱala el banco.

En este complejo escenario, incluso un alto ejecutivo como Michael Schwarz, economista jefe de Microsoft, ha levantado una bandera de advertencia. Schwarz ha destacado el potencial peligro de la IA en manos de individuos sin escrĆŗpulos y, en particular, ha expresado la certeza de que la IA serĆ” aprovechada por Ā«actores malintencionadosĀ», resultando en daƱos reales. Sus declaraciones, realizadas durante un panel del Foro EconĆ³mico Mundial en Ginebra, subrayan la necesidad apremiante de considerar las posibles consecuencias Ć©ticas y sociales de esta tecnologĆ­a en evoluciĆ³n constante. A medida que la IA avanza, estas voces de advertencia adquieren una importancia aĆŗn mayor en la bĆŗsqueda de un enfoque equilibrado y responsable en su desarrollo y aplicaciĆ³n.

TecnologĆ­a de guerra

La popularizaciĆ³n de la inteligencia artificial generĆ³ un esperado interĆ©s por parte del sector de la defensa, una evoluciĆ³n que se alinea con la histĆ³rica tendencia de herramientas digitales desempeƱando un papel crucial en el mantenimiento de ventajas tĆ”cticas desde mediados del siglo XX. En este contexto, tecnologĆ­as como el reconocimiento facial y los drones no tripulados han sido protagonistas en la esfera militar, consolidĆ”ndose como elementos fundamentales utilizados de manera cotidiana durante mĆ”s de una dĆ©cada.

Un ejemplo destacado de esta intersecciĆ³n entre inteligencia artificial y defensa se refleja en la presentaciĆ³n reciente de la Plataforma de Inteligencia Artificial (AIP) por parte de Palantir, este mismo mes. Esta innovadora plataforma se posiciona como una herramienta potencialmente valiosa para las fuerzas militares al permitir la toma de decisiones en entornos de combate, aprovechando modelos similares a los empleados en ChatGPT. Palantir subraya que su software puede aprovechar redes de informaciĆ³n, comunicaciĆ³n e inteligencia para proporcionar un anĆ”lisis detallado de las unidades presentes en una regiĆ³n, proporcionando sugerencias sobre cĆ³mo administrar recursos y diseƱar estrategias de respuesta frente a amenazas. Sin embargo, es importante destacar que la empresa hace hincapiĆ© en la necesidad de que este software sea utilizado en consonancia con los marcos Ć©ticos y las convenciones que rigen todas las tecnologĆ­as de defensa.

En esta misma lĆ­nea, organizaciones como la Cruz Roja han expresado una preocupaciĆ³n creciente en relaciĆ³n a la imprevisibilidad inherente de la inteligencia artificial y su posible impacto en el desarrollo y despliegue de armas autĆ³nomas, un tema ya de por sĆ­ controvertido. En particular, resaltan que los sistemas de aprendizaje automĆ”tico plantean cuestionamientos sobre sesgos codificados, incluso en aspectos como raza, gĆ©nero y sexo, lo que genera preocupaciones adicionales en Ć”reas como la vigilancia. En este sentido, el ComitĆ© Internacional de la Cruz Roja advierte que con armas autĆ³nomas, predecir los efectos y consecuencias podrĆ­a volverse una tarea considerablemente compleja para los usuarios.

Esta convergencia de inteligencia artificial y defensa plantea un conjunto de desafĆ­os Ć©ticos, tĆ©cnicos y legales que deben ser abordados de manera proactiva para garantizar la seguridad, la responsabilidad y la transparencia en la implementaciĆ³n de esta tecnologĆ­a en el Ć”mbito militar. Las implicaciones de este cruce entre innovaciĆ³n y seguridad se extienden a travĆ©s de esferas mĆŗltiples y, en Ćŗltima instancia, requieren un enfoque equilibrado y colaborativo para maximizar los beneficios y mitigar los riesgos inherentes.

Riesgos a la Democracia

Las consecuencias de la adopciĆ³n de estas nuevas herramientas en los procesos democrĆ”ticos y en la estructura gubernamental plantean un conjunto de inquietudes que han captado la atenciĆ³n de los expertos en el campo. Estos profesionales argumentan que existe la posibilidad de que estas tecnologĆ­as se utilicen para amplificar la manipulaciĆ³n de la opiniĆ³n pĆŗblica, una preocupaciĆ³n que ha estado presente en las campaƱas electorales en todo el mundo durante la Ćŗltima dĆ©cada, y que podrĆ­a llegar a ser aĆŗn mĆ”s compleja con la creciente sofisticaciĆ³n de herramientas como los deepfakes, las cuales permiten la creaciĆ³n de imĆ”genes, vĆ­deos y textos falsificados de manera casi indistinguible de la realidad.

Un ejemplo pertinente de esta dinĆ”mica se presenta con el Gobierno chino, que podrĆ­a aprovechar la gran concentraciĆ³n de usuarios que utilizan sus superaplicaciones, como WeChat, para reforzar su control sobre la poblaciĆ³n. Esta inquietante perspectiva es subrayada por Matt Oā€™Shaughnessy, investigador del Carnegie Endowment for International Peace, quien destaca que un proyecto de ley reciente en China demuestra claramente la intenciĆ³n de reforzar el dominio sobre la tecnologĆ­a y los ecosistemas de informaciĆ³n del paĆ­s. SegĆŗn las normativas propuestas, se impondrĆ­a la condiciĆ³n de que el contenido generado refleje los valores socialistas fundamentales y se prohibirĆ­a cualquier contenido que se considere subversivo al poder estatal.

Mathias Rissa, director del Centro Carr para la PolĆ­tica de Derechos Humanos, seƱala que, en muchos casos, las autocracias tambiĆ©n recurren a la tecnologĆ­a como un medio para controlar a su poblaciĆ³n, un patrĆ³n que es evidente en la estrategia del Gobierno chino. Rissa argumenta que las bases de datos secretas y las aplicaciones de inteligencia artificial han tenido impactos perjudiciales en diversos sectores, como el financiero, los negocios, la educaciĆ³n y la polĆ­tica. AdemĆ”s, destaca que las decisiones basadas en inteligencia artificial, como las relacionadas con la libertad condicional, las hipotecas o las solicitudes de empleo, a menudo estĆ”n influenciadas por sesgos inherentemente presentes en estos sistemas.

En este contexto, Benjamin Cedric Larsen, jefe de proyectos de inteligencia artificial en el World Economic Forum, seƱala una distinciĆ³n importante en las tendencias regulatorias. Mientras que en Gobiernos autoritarios como Rusia y China se estĆ” observando una orientaciĆ³n hacia el control de la poblaciĆ³n a travĆ©s de regulaciones mĆ”s restrictivas, en las naciones occidentales se aprecia una tendencia hacia la protecciĆ³n de la privacidad y los datos de los usuarios. Este contraste refleja la evoluciĆ³n de un enfoque ideolĆ³gico que tiene como objetivo salvaguardar los principios fundamentales de los derechos humanos en el papel y la aplicaciĆ³n de la inteligencia artificial.

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