Kimberly Cheatle, la primera mujer en dirigir el Servicio Secreto de EEUU presentó su renuncia al cargo, un día después que enfrentó las duras críticas de legisladores republicanos y demócratas que pidieron su dimisión luego de seis horas de audiencia en la Cámara de Representantes.
En el interrogatorio, Cheatle, de 53 años defendió el trabajo de los agentes, pero también reconoció que el atentado fue «el fallo operativo más significativo del Servicio Secreto en décadas».
En una carta en la que presentó su dimisión, Cheatle dijo que asumía “toda la responsabilidad por el fallo de seguridad» y que optaba por dejar el cargo para evitar distracciones al Servicio Secreto.
Tres décadas de servicio
El presidente Joe Biden nombró a Cheatle para dirigir el Servicio Secreto -que supervisa la protección de los presidentes actuales y anteriores- en septiembre de 2022.
Cheatle llegaba al cargo con una trayectoria de 27 años en la agencia desempeñando diversas funciones.
Durante su etapa como agente, Cheatle participó en una operación tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 para poner en resguardo al entonces vicepresidente Dick Cheney en la Casa Blanca, pues muchos temían que estuviera en peligro.
Cheatle pasó a ser supervisora del equipo de protección de Biden en su época como vicepresidente. Luego se convirtió en subdirectora adjunta de operaciones de protección de la agencia.
La exfuncionaria también tuvo breve paso por el sector privado trabajando para la compañía PepsiCo antes de ser nombrada directora del Servicio Secreto en 2022.
El presidente destacó su trayectoria en un comunicado:
“Ha dedicado y arriesgado desinteresadamente su vida para proteger a nuestra nación a lo largo de su carrera en el Servicio Secreto de los Estados Unidos. Le agradecemos especialmente que haya respondido a la llamada para dirigir el Servicio Secreto durante nuestra administración y le estamos agradecidos por el servicio que ha prestado a nuestra familia”, dijo Biden.
«Se necesita honor, valor y una integridad increíble para asumir la plena responsabilidad de una organización encargada de uno de los trabajos más difíciles del servicio público», añadió.
Duro interrogatorio
Cheatle testificó durante casi seis horas en una dura audiencia del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes el lunes.
Los legisladores mostraron frustración cuando ella se negó a responder preguntas sobre el tiroteo en el mitin de campaña de Trump en Butler, Pensilvania, el pasado 13 de julio.
Cheatle asumió la responsabilidad de los fallos de seguridad, pero rechazó las peticiones de dimisión. Calificó lo ocurrido como «el fallo operativo más importante del Servicio Secreto en décadas».
Testigos declararon haber visto a un hombre sospechoso -Thomas Matthew Crooks- con un rifle arriba de un tejado cercano al sitio del mitin minutos antes de que se produjeran los disparos.
Crooks fue abatido poco después por un francotirador. En la audiencia, Cheatle no ofreció ninguna información nueva sobre cómo Crooks pudo acceder al tejado desde donde perpetró el ataque.
«La administración Biden/Harris no me protegió adecuadamente y me vi obligado a recibir una bala por la democracia», publicó Trump en su plataforma de redes sociales en respuesta a la noticia de la renuncia de Cheatle.