Por: Isaac Ramírez
El Real Madrid lo hizo otra vez, una vez más desafió a la lógica para dar la vuelta a un destino que parecía escrito y acrecentar su leyenda de equipo inmortal en Europa. El Bayern Múnich rozó la gesta, pudo matar al dragón pero acabó igual que el City hace dos años. Un doblete de Joselu, el héroe inesperado, en dos minutos (88 y 91) hizo entrar en combustión a un Santiago Bernabéu que presencia milagros con una frecuencia inaudita.
Los de Tuchel sobrevivieron agarrados a un gran Manuel Neuer, quien realizó dos paradas a Rodrygo y Vinícius antológicas, y dieron el zarpazo mediada la segunda parte, tras una contra que manejó de forma perfecta Harry Kane. El delantero inglés descargó perfecto a Davies y el canadiense se sacó un zapatazo al corazón del Madrid.
Carlo Ancelotti buscó la reacción y metió a Modric, Brahim, Joselu… El Real Madrid, con un Vinícius eléctrico, puso cerco a la portería germana. Ayudó que Tuchel retirara a Harry Kane y Musiala. No dejó de creer el rey de Europa y en un nuevo acto de fe, le dio la vuelta al partido en dos minutos. Joselu, con el que pocos contaban, anotó dos goles en apenas tres minutos y convirtió el Bernabéu en el manicomio de todos los años.
El Bayern acabó muy enfadado con una jugada en el que el colegiado Szymon Marciniak pitó en una posición muy dudosa de De Ligt, anulando una jugada que acabó en gol. Solo el Real Madrid podía salir vivo de una noche así y así fue.
El inmortal Real Madrid sigue vivo, camino de su decimoquinta Copa de Europa. Solo el Borussia Dortmund puede frenar a un equipo que conjuga la magia y la mística en su ADN. El 1 de junio veremos si el rey recupera su corona o si el Dortmund levanta su segunda Copa de Europa.
