Milei olvidó sus ataques al abrazar al papa Francisco. El presidente argentino Javier Milei y el papa Francisco se abrazaron en el Vaticano al final de la misa de canonización de la primera santa argentina, María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como «Mama Antula».
Especialmente cariñoso se mostró el recién electo presidente, a pesar de que en el pasado se mostró extremadamente duro con el Pontífice, al que llegó a calificar como «enviado del maligno a la Tierra».
A pesar de la gran cantidad de insultos recibidos, el papa felicitó a Milei tras su victoria electoral hace unos meses, y desde entonces, el presidente ha ido modificando el tono de sus alusiones al pontífice.
Una vez terminada la eucaristía en la basílica de San Pedro del Vaticano, el pontífice argentino fue llevado en silla de ruedas por sus problemas de rodilla hasta el lugar en el que el mandatario había seguido la misa, a su derecha, en primera fila ante un reclinatorio. En ese momento Milei le estrechó la mano y llegó a darle un abrazo, conversando ambos entre risas durante unos instantes.
A pesar de la gran cantidad de insultos recibidos, el papa felicitó a Milei tras su victoria electoral hace unos meses, y desde entonces, el presidente ha modificado el tono de sus alusiones al pontífice.
Milei expresó su voluntad de tener «un diálogo muy fructífero» con el papa, a quien ahora ve como «el argentino más importante de la historia».
Hoy, además del abrazo final, los dos tenían previsto un encuentro breve y protocolario antes de la misa en la sacristía de la basílica de San Pedro, del que no ha trascendido información.
Pero el momento más esperado tuvo lugar este lunes, cuando Francisco fue recibido en el Palacio Apostólico en audiencia a puerta cerrada.