La mayorÃa son jóvenes «casseurs» o violentos que vestidos de negro, armados con piedras, ladrillos y bombas Molotov cometen actos de vandalismo atacando a policÃas con extrema violencia.
Cada vez que los sindicatos convocan a una protesta, salen los casseurs con la cara cubierta con bufandas negras a causar destrucción en edificios públicos, restaurantes, locales comerciales y automóviles oficiales.
Las protestas alcanzan a las grandes ciudades francesas cómo Nantes, Lyon, Burdeos, Marsella y Paris. En su mayorÃa los enfrentamientos con los guardias de seguridad han sido brutales.
La policÃa los ha identificado como jóvenes anarquistas, ultraizquierdistas que salen a las calles a causar destrozos .
Entre tanto estas batallas callejeras, ocurren al margen de las marchas organizadas y pacÃficas.