Por: Dr. JosƩ Ernesto Pons B.
La incertidumbre de Ā las elecciones primarias de una supuesta oposiciĆ³n que se ha autocalificado como la representaciĆ³n polĆtica de los sectores que no comparten con el rĆ©gimen de NicolĆ”s Maduro, genera en todos los venezolanos una profunda preocupaciĆ³n.
La trayectoria de estos grupos polĆticos en estos aƱos estĆ”n marcados por desagradables actuaciones, con respecto a su posiciĆ³n e intereses, que giran en la compensaciĆ³n econĆ³mica que tarde o temprano, salen a la luz pĆŗblica y dejan atĆ³nitos al mĆ”s razonable ciudadano.
Esta situaciĆ³n nos lleva a una profunda reflexiĆ³n y parte de dos grandes hombres del siglo pasado, dejando con estos una marcada lĆnea entre el lĆmite del ser y deber ser.
Nos referimos al cientĆfico Albert Einstein cuando afirmaba:
āNo pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos los mismos y con las mismas personas que generaron el problemaā.
Por otro lado, Martin Luther King el cual afirmaba: āNo pretendas creer que los fines inmorales, te llevaran a fines moralesā
Lacerantes y duras frases, pero pensamos que es el camino correcto hacia la nueva Venezuela.
El conocimiento de la polĆtica venezolana se maneja con exagerada flexibilidad, pretendiendo negar las verdades ya acĆ” mencionadas.
Observamos que el camino desalentador con el liderazgo existentente trae consecuencias, preconcebidas para dos aspectos esenciales: 1. AƱos de negociaciones con las misma gente, cuyos estƔndares de vida han sido beneficiadas sin duda alguna. 2. Entre eventos, renuncias, compra de conciencia, entregas y hoy por hoy, un rƩgimen que los maneja a su antojo.
Realmente estĆ” la Patria postrada y enferma sin duda alguna.
Es momento de entender que esta āparranda de seudodirigentesā, parasitarios del rĆ©gimen y apoyados por un pueblo engaƱado, se enfrentan con profesionales, acadĆ©micos y hombres y mujeres que no tienen compromisos con nadie no sea con la naciĆ³n, sus familias y las comunidades.
Alcen la voz y accionen desde su entorno, la salida de este rƩgimen oprobioso.
Hoy por hoy, exceptuando unas pocas voces, el pueblo esta hastiado de lo que hay.
Los tiempos del silencio, a veces cĆ³mplices deberĆ”n acabarse. Los paquetazos empobrecedores estĆ”n al orden del dĆa.
Las prestaciones, bonos, sueldos igualitarios y demĆ”s āyerbas rojitasā buscan someter las voluntades bajo el crisol del hambre y la pobreza.
Por Dios, comprendamos que nos estamos jugando la vida nuestras de nuestras familias y las comunidades.
Nos estƔn dando con el mazo dando y la dirigencia preocupada en elogiar al rƩgimen descaradamente, caso Rosales en el Zulia y otros que en otras instancias negocian su permanencia en EU y demƔs destinos como en MƩxico, Europa, entre otros.
Los profesores, maestros, gremios y sindicatos tienen claridad y sus discursos cĆ³nsonos con su gente han levantado las voces.
Pues, a la calle, a la protesta de una vida digna y de las libertades que gozan los paĆses libres.
No mĆ”s los Rosales, los Ramos, LĆ³pez y Guaido, los Capriles que no defendieron como hombres sus derechos, ahora lloran sus malgastadas acciones viles. Ā”Basta!, vamos hacer valer nuestros derechos.