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Las tres cosas que buscaría Maduro con la detención de Tareck El Aissami

Gracias a sus conexiones en Oriente Próximo, el exfuncionario tejió una amplia red de cooperantes para comercializar el petróleo venezolano fuera de los radares del mercado occidental.
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Hubo un tiempo en el que el «todopoderoso» y exzar del petróleo Tareck El Aissami fue una ficha clave para el chavismo en Venezuela. Entre 2017 y 2018 llego a ser el vicepresidente de Nicolás Maduro. Luego, entre 2020 y 2023, pasó a ser el ministro de Petróleo del país. Desde estos cargos dirigió y manejó nada más y nada menos que los hilos del comercio del crudo venezolano.

Analistas e investigaciones periodísticas le atribuyen a El Aissami ser una de las piezas que le permitió al régimen venezolano mantenerse a flote cuando las sanciones del Tesoro estadounidense empezaron ahogar la economía del país vecino. Gracias a sus conexiones en Oriente Próximo, el exfuncionario tejió una amplia red de cooperantes para comercializar el petróleo venezolano fuera de los radares del mercado occidental.

El exministro de Petróleo Tareck El Aissami fue detenido y la fiscalía venezolana lo acusa de estar detrás de una trama de corrupción por la venta de crudo con criptomonedas.

El arresto es una de las purgas a más alto nivel dentro de los círculos chavistas.

Analistas consultados por este diario consideran que las acciones ejecutadas por el régimen de Nicolás Maduro buscan enviar un mensaje político dentro y fuera de Venezuela.

Sin embargo, hoy esos días parecen lejanos para El Aissami, otrora hombre de confianza de Hugo Chávez y de Maduro.

En especial, porque este martes 9 de abril fue detenido por la fiscalía de su país luego de ser acusado por estar detrás de una trama de corrupción vinculada con la venta de crudo a través de criptomonedas. La Fiscalía lo acusó de cinco delitos, entre ellos «traición a la patria» y «legitimación de capitales».

El mismo fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, difundió las imágenes de El Aissami esposado.

Venezuela, que se acostumbró a ver al exministro de Petróleos con el pelo perfectamente engominado y vistiendo de traje y corbata, mientras saltaba de una a otra reunión de alto rango, en las que solía vestir con camisas verde oliva, como las que usaba Chávez cuando aparecía en la televisión, tuvo este martes otra panorámica de El Aissami.

Este martes, fue fotografiado con tan solo una camiseta oscura y una sudadera deportiva mientras era escoltado por dos funcionarios que llevaban el rostro cubierto.

«Estos canallas que, en mala hora, usaron sus cargos que el Estado les dio para, obviamente, hacer avances importantes en la economía, se aliaron a empresarios de maletín para buscar, en esta conspiración económica, destruir la economía», aseguró el fiscal Saab, quien calificó a El Aissami como el «jefe del pranato (organización delictiva)» de esta trama relacionada con la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).

Junto a El Aissami también fueron detenidos otros dos sujetos: el exministro de Economía y Finanzas y expresidente del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) Simón Alejandro Zerpa, y el empresario Samark José López, quienes también serán imputados por los delitos de «apropiación o distracción del patrimonio público, alardeamiento o valimiento de relaciones o influencias» y «asociación».

El exministro de Petróleos, sancionado en 2017 por Estados Unidos que lo acusa de narcotráfico, cayó en desgracia cuando dimitió de su cargo el pasado el 20 de marzo de 2023 tras el anuncio de investigaciones judiciales por irregularidades en la venta de crudo a través de criptoactivos, un caso que según informes de prensa representó un desfalco de más de 15.000 millones de dólares.

Desde entonces, El Aissami no volvió a aparecer en público sino hasta este 9 de abril

Aunque no es la primera vez que el chavismo expone al escarnio público a uno de los suyos, lo cierto es que esta decisión ocurre justo en la coyuntura electoral que vive Venezuela.

Justo cuando el país está citado a acudir a unas cuestionadas elecciones presidenciales el próximo 28 de julio, el arresto de El Aissami deja más de una pregunta sobre las implicaciones que trae la decisión para el chavismo.

Consultado por este diario, Theodore Kahn, director para la región andina de la firma Control Risks, desde su perspectiva dice que esta detención tiene el propósito de enviar mensajes a tres actores distintos.

El primero es el electorado en Venezuela. “Maduro se enfrenta a varios desafíos por sus bajos niveles de popularidad y por el resurgimiento de una oposición encabezada por María Corina Machado (…). Ahora, Maduro quiere mostrarse como un líder que lucha contra la corrupción. Por eso las declaraciones del fiscal tienen un intento de blindar a Maduro”, dijo Kahn.

Con esa visión coinciden otros tres analistas consultados por El Tiempo. “Es un momento electoral. El Aissami ya estaba prácticamente aislado y se puede apreciar que fue resguardado para que en estos momentos se pueda decir que el gobierno combate la corrupción, aspirando a ganar la confianza del electorado”, aseguró el analista Carlos Zambrano.

El experto se refiere a que, desde su renuncia en 2023, El Aissami estuvo durante todo el último año desaparecido de la vida pública. Poco se sabía de su paradero. Una fuente le dijo a EL TIEMPO que al parece había estado confinado en el complejo militar Fuerte Tiuna, en Caracas, en una especie de “casa por cárcel”.

Pese a que la detención puede tener un cálculo político para impulsar la popularidad de Maduro, Joseph Humire, quien hace parte del Centro para una Sociedad Libre y Segura, dijo que es probable que no vaya a haber un “castigo real” para el exministro.

“Cuando hay un país que no tiene Estado de derecho, ir a la cárcel no significa la misma cosa. Siempre hay un tratamiento diferente para quien va preso. El caso de El Aissami no significa nada ni que realmente esté castigado. Más bien me hace pensar que quieren usar esto como propaganda para limpiar su imagen, para empezar a disfrazar quiénes son los malos y los buenos. Están en un proceso de intentar legitimarse ante la comunidad internacional”, explicó Humire.

El segundo actor al cual se le querría llevar un mensaje son las distintas facciones dentro del partido oficialista de Maduro, Psuv, según Kahn.

Están buscando enviar un mensaje para perseguir y luego derrotar a sus rivales. Y junto a la ley del antifacismo que se está tramitando en el Parlamento lo que se quiere demostrar es la capacidad que se tiene de defenestrar a otras facciones dentro del partido y que pueden en algún momento querer apropiarse del liderazgo del partido”, dijo el analista de Control Risks.

Hay quienes creen que la “desaparición” de El Aissami no se trata sobre temas de corrupción, o al menos no del todo, sino más bien de que comenzó a ser incómodo para Nicolás Maduro y hasta se habría descubierto una “conspiración” de la que era cabeza. Sin embargo, cabe recordar que Venezuela es un país donde es casi imposible obtener información oficial sobre este tipo de asuntos.

“Este también es un mensaje interno propio de los politburós soviéticos en los que las purga pasaban situaciones similares. Es un mensaje claro para adentro ‘no importa quién seas y dónde estés, si te debo sacrificar lo haré’”, acotó el analista Zambrano.

El tercer eje de esta movida tendría como objetivo hablarle, indirectamente, a la comunidad internacional.

“Este mensaje es más sutil y tendría como objetivo Estados Unidos. De forma indirecta quieren presentar estas acciones como una muestra de que Maduro tiene cierta intención de combatir la corrupción y darle un manejo más pragmático al sector petrolero, donde Washington tiene interés”, puntualiza Kahn.

Ronald Rodríguez, vocero del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, incluso va más allá.

Para este analista, el episodio de El Aissami demuestra que Venezuela está en un proceso de “reacomodo” con el que buscan “la consolidación de la dictadura” para encajar en las nuevas dinámicas de la comunidad internacional.

Y es que desde que América Latina empezó a dar un viraje a la izquierda, con los liderazgos figuras como Gustavo Petro en Colombia, Gabriel Boric en Chile y Lula da Silva en Brasil, se estaba intentado que Venezuela regresara a la escena internacional para tratar de normalizar la crisis migratoria que golpea a los países de la región. Parte de este acuerdo era que en Venezuela se diera un proceso de elecciones libres. Esto, sin embargo, no está ocurriendo, y por esto el chavismo estaría enviando otros gestos de acercamiento en escenarios distintos al electoral.

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