En oportunidad de un encuentro con lo más alto de la intelectualidad francesa dijo Jean Paul Sartre: “Escribo para mi tiempo, no me importa la posteridad”. Esta, además de otras interesantes anécdotas, posturas y declaraciones del filósofo francés, hace que Humberto Cuenca en su hermoso libro “Imagen Literaria del Periodismo”, exprese: “El estilo del periodismo es existencial”.
Reflexionada la expresión, concuerdo plenamente, con el autor de mis días. Complemento lo dicho, al recordar lo ya expresado en varios escritos:” La corriente filosófica, sustento del periodismo, es el existencialismo”. Me baso en dos cuestiones fundamentales: para el existencialismo, la única postura verdaderamente ética, es la búsqueda de la libertad individual y general. Nosotros, periodistas, tenemos la misma obligación: sin libertad, nuestra profesión es limitada, se banaliza, no funciona.
No se da la plenitud necesaria, el flujo informativo-noticioso-comunicacional que la caracteriza, e impulsa a buscar “el dato reductor de incertidumbre, la información, con los elementos que la hacen noticia: la instantaneidad, lo raro, lo actual, lo novedoso, lo preminente, entre otros.
El segundo aspecto, vinculado a este primer punto, refiere al concepto del “aquí y ahora”. El periódico, el impreso que existía y, al que autoritarios e ignorantes han eliminado, es la expresión impresa del “aquí y ahora”. La información noticiosa es la del día. Si hay un segundo día de información- noticiosa, se trata del verdadero notición-informativo.
Sin embargo, a pesar de lo dicho por Sartre, pienso en la posteridad al escribir. Me gusta mucho la historia. Me quiero referir a lo concientizado a partir de las Historias del Periodismo, o de la Prensa, leídas. Imprescindible dejar testimonio de lo ocurrido en materia de periodismo y de Libertad de Prensa, en estos 25 años. Al revisar nuestro pasado con énfasis en el periodismo, o la prensa, nunca, desde la época de la colonia, en Venezuela, ningún gobierno había manifestado un odio de tal magnitud contra la libertad de expresión e información, como el actual. Las nuevas generaciones, lo deberán saber.
Hay que dejar testimonio escrito, vivencial y existencialmente, para que comprendan el desastre del Socialismo del Siglo XXI, particularmente con relación a la comunicación, la información y el periodismo.
A destacar, el aspecto más terrible: la vergonzosa y mentirosa propaganda. La obsesión de eliminar el periodismo libre, independiente y crítico y transformarlo en propaganda. La constante represión a la libertad de expresión.
El método comparativo no es bueno. Sin embargo, en algunos momentos resulta eficaz, necesario, como en esta terrible circunstancia. Vivimos el siglo pasado, en Venezuela, el XX, entre dictaduras y democracia. Señalo que, las dictaduras del Siglo XX, sanguinarias y tiránicas, no solo nunca eliminaron periódicos impresos, sino que muchos se fundaron en esos períodos, la radio se organiza en el país durante la dictadura de Gómez y la TV bajo la dictadura de Pérez Jiménez. Tenían periódicos, algunos propios, otros financiados por los regímenes, donde reseñaban sus propias ejecutorias y alabanzas.
Durante la primera dictadura del Siglo XX, Cipriano Castro, conocido como “El Cabito”, por su estatura, tenía “El Pregonero” como vocero oficial. En esos años, 1909, se funda “El Universal”, cuya historia final conocemos todos.
Juan Vicente Gómez, al que se le endilgan historias por su supuesta ignorancia, tenia un diario cercano “El Nuevo Diario” mientras, “El Universal” subsistió a esa dictadura y se afianzó en la de Pérez Jiménez, continuando su ascenso y finalmente lo compraron personajes con pretensiones totalitarias.
Llama la atención que, a pesar de la actuación personalista y dictatorial, circularon en esa época: “Fantoches”, revista de oposición; dirigida por Leoncio Martínez y también “El Cojo Ilustrado”, de gran nivel cultural, dirigida por Pedro Emilio Coll. Varias veces estuvo preso Leoncio Martínez. Allí está la revista que da cuenta de una época terrible, de gran humor y en oposición constante y permanente.
En la década del 20 se edita “Elite” otra revista fundamental en la historia del periodismo venezolano. El período de Isaías Medina Angarita se caracterizó por amplia libertad de expresión. Aparecen y comienzan a circular, dos periódicos, de trascendencia: “Últimas Noticias” y “El Nacional”, constituyéndose en grandes ejemplos de periodismo, en América Latina y el mundo.
Cuando Pérez Jiménez, (hubo fuerte censura, Vitelio Reyes), tenía un periódico, prácticamente su vocero “El Heraldo” saqueado y destruido a su caída. Los periódicos emblemáticos fueron respetados, circulaban y aprendimos los lectores, a “leer entre líneas”.
El desastre ejecutado en lo periodístico-informativo-noticioso comunicacional por parte del régimen y su acción devastadora contra un gran sistema de comunicaciones, no tiene comparación con ninguna de las dictaduras anteriores. No se acepta el argumento, de que ha sido lo digital, el espacio cibernético y demás logros en materia de las nuevas tecnologías los responsables. No estamos, totalmente desinformados, gracias a los recursos tecnológicos. No obstante, desapareció el constante flujo informativo-noticioso-comunicacional, consecuencia de censura a los medios, las mentiras y manipulaciones, la confiscación del papel y la propaganda mentirosa, la eliminación de la pauta publicitaria del gobierno en provincia, dio al traste con la libertad de expresión, prensa y demás posibilidades. Ellos mismos no creen lo que dicen.
La cantidad de medios cerrados es inaudito en el país. Las extraordinarias ONG: “Espacio Público”, “ILPYS”, “Expresión Libre”, “Conciencia Ciudadana”, entre otras, han denunciado y reportado, junto al Colegio Nacional de Periodistas, (CNP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, (SNTP) las agresiones, además del inventario sobre las violaciones por falta de libertad de expresión. ¡Amanecerá y veremos!
