El gobierno norteamericano inició las deportaciones de venezolanos, con vuelos directos a Venezuela, a través de aerolíneas de ese país, sin permitir que líneas de aviación de Venezuela toquen suelo estadounidense. Esto evidencia un cambio de política en la nación norteña.
El Gobierno del presidente Joe Biden retomó las deportaciones de venezolanos directamente a su país, en un intento por frenar la afluencia récord de cruces en la frontera entre Estados Unidos y México, según altos funcionarios de la administración. La medida marca un gran cambio en la política de Biden.
Los venezolanos que crucen de manera ilegal la frontera sur y carezcan de una base legal para permanecer en Estados Unidos, serán elegibles para ser deportados, de acuerdo a altos funcionarios del Gobierno.
Las fuentes también agregaron que Venezuela acordó aceptar de regreso a sus ciudadanos.
Justamente, en un comunicado posterior, el Gobierno de Venezuela dijo que había firmado un acuerdo con EE.UU. para permitir la “repatriación legal de ciudadanos venezolanos desde Estados Unidos”.
Y añadió que la migración fuera del país en los últimos años “es consecuencia directa de la aplicación de medidas coercitivas unilaterales y el bloqueo a nuestra economía que se nos ha infringido de manera ilegal y contraria al derecho internacional”.
Esta reiterada declaración, contrasta con la realidad de algunos personeros del régimen, que evidencian en sus formas de vida y gastos extraordinarios, adquiriendo toda clase de lujos y mercancía desde el exterior, a través de sus testaferros o abriendo locales comerciales suntuosos en algunas ciudades importantes de Venezuela.
Aún está por verse la manera de instrumentar el acuerdo entre ambos países.