El expresidente boliviano confirmó que volverá a optar por la jefatura de Estado de su país en el año 2025.
La decisión llega en momento de fractura dentro del Movimiento al Socialismo que enfrenta al oficialismo entre el sector del actual mandatario Luis Arce y Evo Morales.
Evo Morales confirmó este 24 de septiembre su candidatura a la presidencia en las elecciones del año 2025. Un anuncio importante que trae de vuelta a la primera línea política al también líder del partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS).
Morales dio un paso al costado tras la elección de su antiguo ministro de Economía Luis Arce en los comicios del año 2020. Sin embargo, las divisiones internas en el seno del MAS han enfrentado a los dos líderes políticos y han hecho que el exmandatario haya optado por presentar una candidatura que compita con la de Arce porque lo han «obligado».
«Me han convencido que voy a ser candidato, me han obligado, claro la gente quiere, pero me están obligando, tanto contra Evo, la derecha, el Gobierno, el imperio», sostuvo Morales en su programa en la radio local Kawsachun Coca.
Esta intención de «batallar», como ha confirmado en su programa radiofónico, se dan tras meses de enfrentamientos en los que Morales y sus copartidarios han enfrentado acusaciones de narcotráfico por parte de la oposición conservadora y de las figuras más cercanas al Gobierno de Luis Arce, una situación que ha dividido a su partido.
Durante el anuncio el exmandatario se volvió a mostrar muy crítico con el desempeño de su sucesor en la jefatura del Gobierno al «no haber cumplido ninguno de las 13 puntos acordadas para la agenda del bicentenario». Bolivia celebrará el 200 aniversario de su independencia en 2025, el mismo año en que Evo intentará optar por una quinta elección no consecutiva.
«Tenemos fuerza todavía»
El destape como candidato de Evo Morales se da en un claro contexto de división dentro del oficialismo boliviano, mismo que está a vísperas de celebrar su congreso nacional en donde se verán enfrentadas las dos corrientes dentro del MAS: Los ‘evistas’ y los ‘arcistas’.
Los seguidores del actual presidente abogan por cambiar la sede del evento, de Cochabamba -uno de los bastiones políticos de Morales- a El Alto, ciudad colindante con La Paz. Además, los ‘arcistas’ tienen el interés en revisar el liderazgo del partido y renovar a los miembros de la dirigencia nacional, encabezada por Evo Morales.
Por otro lado, los ‘evistas’ impulsan la expulsión de Luis Arce y de su vicepresidente, David Choquehuanca, a quienes acusan de «traidores».
«Vamos a enfrentar con la verdad, dignidad y honestidad toda esa agresión que sufrimos en las redes sociales desde el Ministerio de la Presidencia», afirmó el controversial exmandatario boliviano a través de una publicación en su perfil de X, antes Twitter.
Nacido en una comunidad andina, pero de familia Aimara, Evo Morales inició su carrera en la vida pública después de migrar al departamento de Cochabamba, donde se consagró como un líder sindical en la industria cocalera que lo ayudaría a catapultar su primera candidatura presidencial en 2005, mismas en donde se impuso como ganador, convirtiéndose en el primer presidente indígena en la historia de Bolivia.
Su mandato inició en 2006, con el 54 % de la aprobación en el sufragio popular, impulsando un periodo transformador en el que materializó la redacción de una nueva constitución publicada en 2009, en donde se estipula que Bolivia es un Estado plurinacional. Un gran paso adelante para los pueblos indígenas de Bolivia, y de toda América Latina.
En ese mismo 2009 fue donde Morales alcanzó la cúspide de su popularidad política, logrando triunfar en los comicios presidenciales de ese año y afianzar su segundo mandato con un 60 % de las boletas electorales a su nombre. Sin embargo, la polémica inició a finales de su segundo mandato, ya que ante sus intenciones de reelección estaba la constitución que él mismo había impulsado, que estipulaba la máxima de dos mandatos presidenciales seguidos.
Él en ese entonces jefe de Estado boliviano argumento que el Estado se había «refundado» con su elección, y que su tercera candidatura era legal, un discurso que el Tribunal Constitucional avalo y permitió a Morales contender por su tercer mandato, mismo que gano en 2014.
A pesar de que el 51 % de los bolivianos rechazaron la idea de que Morales extendiera su Gobierno por cuarta vez consecutiva, el líder del MÁS consiguió el permiso del Tribunal Supremo Electoral para lanzarse como candidato en las elecciones presidenciales de 2019. Un proceso que Morales habría ganado, aunque no sin múltiples reportes de «irregularidades» en las mesas de votación, lo que generó una crisis política histórica en Bolivia.
Después de meses de protestas ciudadanas y embates políticos desde la oposición, Morales dimitió del cargo presidencial el 10 de noviembre de 2019, para después huir como asilado político a México, en donde fue recibido por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, para luego moverse a Argentina en donde planeó el regreso de su partido a la escena política boliviana, después de un desastroso periodo de interinato encabezado por Jeanine Áñez.
Luis Arce, exministro de economía en el periodo de Morales, fue el elegido del MAS para contender por la presidencia en 2020, misma en la que se impuso por encima de la derecha para ganar el derecho de sentarse en la silla presidencial boliviana.
Ahora, Evo Morales se ha convertido en un acérrimo crítico de su antiguo aliado, calificándolo de «traidor» al movimiento y mostrándose desilusionado por el manejo de Arce en la política interna del país. Aunque el actual presidente ha mencionado que no tiene intenciones de postularse a una reelección, las fracciones internas en el MAS abren un escenario con posibilidades inesperadas.