Europa se atrevió a llenar con hidrógeno las tuberías de gas y acabó siendo el peor error de la historia.
La industria energética se ha visto realmente favorecida durante el último tiempo debido a la implementación del hidrógeno en diferentes sectores. Sin embargo, un nuevo estudio asegura que la implementación del hidrógeno en las turbinas de gas resulta ser extremadamente contraproducente.
Desde hace algún tiempo, se sabe que el gas de hidrógeno se ha implementado en grandes turbinas, alimentadas tradicionalmente con gas metano. A pesar de que esta idea haya parecido beneficiosa en más de un sentido, la verdad es que no tuvo los resultados esperados y esto se debe a las importantes deficiencias que hay al poner en marcha este plan.
Según uno de los últimos informes del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA), las complejas fallas que se han presentado han desencadenado una serie de preguntas que no han podido ser respondidas y que se encuentran asociadas con la quema de hidrógeno en las gigantescas plantas de energía.
La idea de este proyecto se basaba en que, en aproximadamente dentro de 10 años, las plantas de energía a gas que son capaces de obtener hidrógeno, van a funcionar en su totalidad a base del metano, convirtiéndose en una alternativa aún más atractiva para neutralizar los gases contaminantes provenientes de esta industria y ayudando a reducir la huella de este mismo en el ambiente.
Existen algunos importantes obstáculos que frenarían o que quizás paren por completo el uso del hidrógeno que supla al metano en los generadores de turbinas. En primer lugar, la infraestructura de las tuberías resulta ser muy costosas, más aún si se tiene en cuenta que se requieren de miles de kilómetros de tuberías nuevas por donde se transporte este gas.
Incluso, conviene recordar que la aplicación del hidrógeno en diversas industrias se ha visto limitada debido a las complejas y costosas instalaciones de almacenamiento reforzadas que se requieren para contener y transportar el hidrógeno.
Para que la iniciativa de utilizar al hidrógeno como una solución al carbono en la red eléctrica de por ejemplo Estados Unidos sea viable, se necesita analizar profundamente los gastos, el tiempo de construcción que conlleva el proyecto y otras características relacionadas con la logística del plan en cuestión. Cada uno de estos puntos, representa un gran conflicto que impide que el hidrógeno haga el reemplazo en cuestión.
Poniendo todo esto sobre la mesa, se abre un debate ya que el generar hidrógeno puede compararse con la obtención de una red descarbonizada a través de energía solar, energía eólica y por el almacenamiento de baterías, ambas alternativas favorecen y contribuyen positivamente a obtener una red de energía sostenible y sustentable, repercutiendo positivamente en el ambiente y la sociedad.
Esta propuesta tiene grandes y prometedores objetivos que podrían favorecer en gran medida al sector energético. Sin embargo, la puesta en marcha de estos planes puede estar en conflicto por un sinfín de complejas y costosas infraestructuras que no se suelen tener en cuenta a la hora de pensar y fantasear con un futuro en donde el hidrógeno sea uno de los componentes más demandados y beneficiosos.
