La Comisión de Cultura y Educación del Parlamento Europeo (PE) pidió este miércoles que se aborden urgentemente las consecuencias duraderas para la salud mental de los niños y jóvenes.
La Comisión de Cultura y Educación del Parlamento Europeo (PE) pidió este miércoles que se aborden urgentemente las consecuencias duraderas para la salud mental de los niños y jóvenes que hayan sido provocadas por el confinamiento de la covid-19 y que se aumente la financiación de la salud mental en la educación.
En un informe, aprobado por 25 votos a favor, 1 en contra y 3 abstenciones, los eurodiputados afirman que el cierre de los centros educativos y espacios culturales y deportivos podrÃan haber provocado efectos duraderos en la salud mental de los jóvenes, al producirse este confinamiento en un periodo temprano y crÃtico de sus vidas.
El mismo documento también insta a aumentar el gasto público de los Estados miembro en educación y formación, hasta superar la media de la UE (5,00 % del PIB en 2020), y a invertir en una mejora de los servicios de salud mental.
La comisión hace un llamamiento para sensibilizar sobre este tema al alumnado, asà como promover un mayor conocimiento sobre salud mental entre el personal educativo.
«La actual pandemia de coronavirus ha dejado profundas cicatrices en la psique de niños y jóvenes. Ya estamos viendo un aumento masivo de los problemas de salud mental, pero esto es sólo la punta del iceberg», dijo el ponente del informe, el eurodiputado Hannes Heide.
«Debemos financiar adecuadamente nuestras instituciones educativas y los programas de intercambio de la UE, y organizarlos por fin de manera que todos los niños y jóvenes se beneficien, independientemente de su origen, de los ingresos de sus padres o de su sexo. Tenemos que completar el Espacio Europeo de la Educación para 2025», pidió Heide.
El eurodiputado también señaló: «Debemos ampliar masivamente el apoyo psicológico en la vida escolar cotidiana. Sólo asà podremos crear un entorno de aprendizaje inclusivo, creativo, dinámico y saludable desde la primera infancia y reducir el riesgo de enfermedades psicofisiológicas en la edad adulta».