“Estamos obligados a decir que sí”. Así lo afirmó la vicepresidenta tercera del Gobierno y responsable para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien precisó que España, tras las últimas modificaciones que flexibilizan su aplicación, apoyará el plan de ahorro energético que debatirán los ministros de Energía de la UE.
La vicepresidente Ribera, que ha encabezado el sector considerado como el más crítico con la propuesta inicial, al contemplar un tijeretazo lineal del 15% del consumo de gas para todos los Estados miembros de la UE, señala que el plan actual, tras las intensas negociaciones y cambios, “no satisface a todos, que querrían que se afrontara desde su punto de vista”, pero que sintoniza con las necesidades de España. “Es la primera vez que damos un paso así”, sostuvo Ribera en un cambio de tono y en línea con otros ministros y responsables comunitarios de energía a su llegada a la reunión, como la titular de Estonia o la comisaria de Energía, Kadri Simson.
Ante el “chantaje” energético de Rusia, han remarcado, “unidad”. El último borrador de la propuesta, al que han tenido acceso los periodistas, permitiría reducir a la mitad el esfuerzo de ahorro de España.
La primera propuesta que hizo la Unión Europea para rebajar la demanda de gas en un 15% y tabla rasa para todos los socios comunitarios fue rechazado por España y otros países como Portugal y Polonia, que criticaron que el reglamento de la Comisión no contemplara las características específicas de cada país.
Al rechazo de rebajar el consumo de gas, también se sumó el malestar por el que varias capitales consideraron una norma diseñada al gusto de Alemania, un país muy dependiente del gas ruso, afirmaron fuentes diplomáticas. Desde entonces, se han producido las negociaciones, acercar posiciones y lograr que cada país pueda encontrarse satisfecho con algo que exige un esfuerzo importante y un grave riesgo de frenar la actividad económica. “Tenemos mix energéticos muy diferentes”, apuntó la también ministra para la Transición Ecológica.
