El doctor Manel Esteller señala que las células de la leucemia evitan morir porque tienen dos flotadores: la glutatión y el gen FSP1.
Un reciente estudio a cargo del grupo del Doctor Manel Esteller, director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras (IJC), profesor de Investigación ICREA y Catedrático de Genética de la Universidad de Barcelona, y encabezada por el Doctor Lucas Pontel, logró demostrar que, cambios epigenéticos evitan la muerte celular programada asociada al hierro en la leucemia y, muestran una nueva diana para su tratamiento con fármacos experimentales.
La información publicada en la revista Redox Biology indica que, todos los tumores humanos originados a partir de diversos tejidos, comparten una serie de propiedades que los definen, entre ellas, la capacidad de evitar la muerte celular. En cambio, los órganos sanos inducen la muerte celular programada o apoptosis para balancear su tamaño y eliminar células dañadas.
El artículo agrega, que existe una muerte celular específica y fisiológica llamada ferroptosis, que ocurre inducida por la oxidación de la grasa mediada por el contenido de hierro.
Muerte de linfocitos malignos
El doctor Esteller indicó, que las células de la leucemia evitan morir porque tienen dos flotadores, el metabolismo de la biomolécula llamada glutatión y el gen FSP1 que actúan como escudos contra esta muerte inducida por el hierro y la oxidación.
Añadió, que luego de estudiar todas esas rutas metabólicas, se percataron de que en leucemia linfoblástica aguda (LLA) se perdía epigenéticamente la actividad del gen FSP1, con lo que estas células estaban al límite del precipicio de su muerte programada. “Sólo faltaba darles un empujón y eso es lo que hicimos administrando a las mismas, inhibidores de la vía del glutatión, como L-BSO y RSL3, que rápidamente indujeron la muerte de estos linfocitos malignos”, enfatizó el investigador.
También explicó, que este tipo de leucemia vive al límite en cuanto a su tolerancia respecto a la ferroptosis y, “cuando eliminas por un fármaco su último salvavidas, estas células transformadas se mueren. Este punto flaco de la leucemia linfoblástica aguda puede, por tanto, ser explorado en tratamientos de precisión y más personalizados para esta enfermedad, pero podría producirse en otros cánceres”.
Un estudio que despierta el interés de científicos
Esteller destacó que este punto flaco de la leucemia linfoblástica aguda puede ser explorado en tratamientos de precisión y más personalizados para esta enfermedad, pero podría producirse en otros cánceres. Aunque existen pocos ensayos clínicos en oncología con inhibidores del glutatión, considera que este tipo de estudios podría despertar el interés en estos prometedores agentes.
Por su parte, el doctor Pontel agregó que luego de analizar datos de pacientes de leucemia T y B observaron que FSP1 está bajo control epigenético, lo que hace posible que determinando el estado epigenético de FSP1 puedan anticipar si una terapia basada en drogas que causan ferroptosis tendrá éxito.