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Degradación de izquierdas y derechas

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Por: @OrlandoGoncal

La división entre izquierdas y derechas es una clasificación que cada día estÔ mÔs desactualizada, va perdiendo vigencia, y eso estÔ sucediendo entre otras cosas porque estamos en una era donde la constante es el cambio.

Nada permanece estÔtico, y si a ello se le suma que los propios movimientos de izquierda o derecha, se han ido desdibujando al ir abandonando sus propias bases ideológicas, es claro entonces que estamos en presencia de nuevos movimientos, los cuales terminarÔn siendo muy distintos a sus orígenes.

Ya en la antigüedad el historiador griego Polibio (Megalópolis, Grecia, 200 a. C.-118 a. C.) al tratar de explicar cómo pudo imponerse la hegemonía romana, mostraba cómo se concatenaban los sucesos políticos y militares, y como estos generaban nuevas realidades.

Polibio basÔndose en Aristóteles afirmaba que existía variedad de formas de gobierno, y todas van sufriendo degradaciones, las que, a su vez generan cambios en los sistemas políticos. Planteaba Polibio que hay tres tipos de estructuras: la monarquía, gobierno de uno solo; la aristocracia, el gobierno de varios; y la democracia, gobierno de muchos.

Todas pueden degenerarse y terminan transformĆ”ndose, asĆ­ que, la monarquĆ­a, pasa a tiranĆ­a; la aristocracia a oligarquĆ­a; y la democracia a oclocracia, que no es otra cosa que el gobierno de la muchedumbre o el ā€œpoder de la turbaā€ lo cual se refiere a una forma indirectamente de gobierno autoritario, surgido de la degeneración de la democracia, en la que el poder real es apropiado por masas que ejercen influencia ilegĆ­tima sobre las autoridades civiles.

Polibio sostenía que las potencias que habían sido poderosas habían caído por la degradación, y siguiendo su línea de pensamiento, se pudiera decir que izquierdas y derechas estÔn en ese proceso.

Por ejemplo, la izquierda pasó a ver el conflicto social en otros términos completamente diferentes, optando por combatir las desigualdades identitarias, y abandonando las desigualdades sociales.

Ahora, ¿por qué sucedió esto?, ¿por qué una cosa invalida la otra?

Porque el discurso de la derecha populista lo deja claro cuando dice, que hay un pueblo oprimido de hecho, pero no un pueblo de las minorƭas, es el pueblo de las grandes mayorƭas, el cual estƔ siendo explotado y engaƱado por Ʃlites corruptas.

Por ejemplo, la izquierda pasó a ver el conflicto social en otros términos completamente diferentes, optando por combatir las desigualdades identitarias, y abandonando las desigualdades sociales.Ahora, ¿por qué sucedió esto?, ¿por qué una cosa invalida la otra?Porque el discurso de la derecha populista lo deja claro cuando dice, que hay un pueblo oprimido de hecho, pero no un pueblo de las minorías, es el pueblo de las grandes mayorías, el cual estÔ siendo explotado y engañado por élites corruptas.Por ejemplo, la izquierda pasó a ver el conflicto social en otros términos completamente diferentes, optando por combatir las desigualdades identitarias, y abandonando las desigualdades sociales.Ahora, ¿por qué sucedió esto?, ¿por qué una cosa invalida la otra?Porque el discurso de la derecha populista lo deja claro cuando dice, que hay un pueblo oprimido de hecho, pero no un pueblo de las minorías, es el pueblo de las grandes mayorías, el cual estÔ siendo explotado y engañado por élites corruptas.O sea, la idea de que la mayoría es explotada y la minoría es la explotadora pasó para el lado de la derecha populista, mientras la izquierda se quedó de brazos cruzados con la defensa de los oprimidos que constituían en algunos casos unas pequeñas minorías.

Por lo tanto, hay un desplazamiento total de los partidos de izquierda en torno a las causas que despuĆ©s generaron en los casos mĆ”s radicales como el ā€œwokismoā€, etcĆ©tera y, la derecha populista se presenta ahora como el defensor del pueblo.

Un pueblo al que le dicen: ustedes no tienen que ser mƔs educados, ustedes no tienen que abandonar los preconceptos en los que han creƭdo siempre, ustedes no tienen que dirigir la sociedad donde los hombres y las mujeres piensen de una manera diferente, mƔs emancipados, mƔs progresistas, es mƔs, ustedes pueden ser lo que ustedes quieran ser, porque nosotros estamos para defenderlos.

Ante esta narrativa de la derecha populista habría que preguntarse, ¿defenderlos de qué?, pues de las amenazas que estÔn sobre ustedes, o sea, de las élites de los ricos, de las culturas, del mundo mediÔtico, de las universidades, de los inmigrantes, etcétera. Mientras, la izquierda se adentra en la defensa de las desigualdades identitarias, abandonando las desigualdades sociales, principios que los diferenciaba de la derecha.

Pero, hay algo mÔs preocupante, ambos lados (izquierda y derecha, si es que eso aun existe) al enfrascarse en ese debate bizantino, han dejado de lado al ciudadano, que según ellos buscan defender, pero no se ocupan de proporcionar soluciones a los problemas del conglomerado social.

En el mundo de hoy, hay unos 50 millones de personas en condición de esclavitud, mÔs de 700 millones sin acceso a agua potable, 1.200 millones sin electricidad en sus hogares, 2.000 millones que no tienen un baño en su casa, y 3.000 millones que viven con menos de tres dólares al día, ¿importa el debate izquierda y derecha? mientras el autoritarismo avanza, y cada vez hay mÔs ciudadanos que se desplazan a la base de la pirÔmide de Maslow.

QuizÔs sea el momento de que los nuevos liderazgos reflexiones sobre esto, y sobre todo actúen en consecuencia.

”Jóvenes ustedes tienen la palabra!

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