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América Latina será más vulnerable en el 2030 

Nuestro futuro es simplemente el resultado de millones de decisiones que cada uno de nosotros tomamos.

El 31 de octubre de cada año se celebra el Día Mundial de las Ciudades. Esta es una fecha establecida para promover el desarrollo urbano sostenible y fomentar la cooperación entre diversos actores para abordar los desafíos de la urbanización a nivel mundial.  

Es importante el rol que juegan las ciudades en los esfuerzos para reducir las emisiones y construir comunidades más resilientes. La forma en que vivimos, nos movemos y trabajamos localmente, afecta nuestra capacidad a nivel global para abordar el cambio climático y poner en marcha soluciones para un desarrollo más sostenible, climáticamente inteligente y resiliente. 

Las ciudades concentran las causas y los impactos del cambio climático y son fundamentales para cualquier esfuerzo para reducirlo.

Hasta el 80% de las pérdidas causadas por desastres en América Latina ocurren en áreas urbanas, especialmente en las ciudades de los países caribeños, que enfrentan riesgos particularmente altos. Los eventos hidrometeorológicos, incluyendo las sequías, las olas de calor, las olas de frío, los ciclones tropicales y las inundaciones, tienen impactos significativos en la pobreza, la seguridad alimentaria e hídrica, la salud, entre otros, y pueden revertir décadas de desarrollo en una fracción de segundo. 

La mayoría de las ciudades están creciendo con poca planificación urbana, expandiéndose hacia áreas propensas a amenazas y con ecosistemas naturales, exponiendo a los residentes urbanos, particularmente a los grupos vulnerables, a los impactos del cambio climático. 

Entre 2000 y 2030, se prevé que el suelo urbano de la región expuesto a inundaciones aumente 2,7 veces su tamaño actual, lo que agravará aún más las vulnerabilidades existentes. 

Además, 60 de las 77 ciudades más densamente pobladas son costeras, especialmente a lo largo de la costa atlántica al sur del ecuador, el Atlántico norte subtropical y el golfo de México.  

Estas ciudades están siendo afectadas por el incremento en el nivel del mar, lo que rápidamente se traducirá en un aumento en el número de inundaciones costeras, marejadas ciclónicas y la salinización de los suministros de agua. 

Al mismo tiempo, las ciudades concentran el 80del consumo de energía de la región y el 66% de las emisiones de GEI.

El sector transporte es el mayor emisor de CO2 debido al uso de  combustibles fósiles. Las emisiones del transporte regional son las más altas a nivel mundial y se estima que aumenten en un 80% para 2050

Además, la tasa de crecimiento en la propiedad de automóviles en América Latina y el Caribe (ALC) es el doble del promedio mundial, mientras que los sistemas de transporte público necesitan urgentemente mejoras y ampliaciones. 

Por otra parte, el sector inmobiliario representa el 24% del uso final de energía y el 21% de las emisiones de CO2 relacionadas con el proceso.  

De tal forma, las acciones climáticas de gran impacto focalizadas en las ciudades pueden contribuir en gran medida a reducir la huella de carbono de la región.  

El Banco Mundial apoya a los gobiernos nacionales y locales de ALC a implementar medidas de adaptación y mitigación al cambio climático, así como medidas que fomenten el empleo, el crecimiento y el desarrollo inclusivo.

Solo en el sector urbano y de gestión de riesgo de desastres, se han otorgado 1.100 millones de dólares en préstamos activos enfocados en mitigación y adaptación urbana en 12 proyectos en la región, y el 60% de la cartera activa está contribuyendo a los cobeneficios climáticos.  

En términos de adaptación, los esfuerzos se enfocan en entender y planificar alrededor del riesgo climático, fortalecer las capacidades de preparación y la respuesta, reducir los riesgos existentes y futuros en la infraestructura, y promover la reconstrucción y transformación resiliente.  

En términos de mitigación, apoyan los esfuerzos para promover un desarrollo urbano bajo en carbono mediante la promoción de densidades urbanas, infraestructura y servicios bajos en carbono, y la eficiencia energética en vivienda, entre otros. Con una taza de urbanización de 81%, la prioridad en ALC debe ser prevenir una mayor expansión y pensar más estratégicamente en la densificación urbana y las oportunidades para regenerar los centros de las ciudades.   

Además, con aproximadamente un 25% de la población urbana viviendo en asentamientos informales, existe una gran necesidad de construir viviendas nuevas y reparar las existentes, así como una oportunidad para el desarrollo de vivienda verde. 

Actuar localmente para ser globales. Nuestro futuro es simplemente el resultado de millones de decisiones que cada uno de nosotros tomamos.

Muchas mentes visionarias están trabajando en las ciudades de ALC para lograr un futuro más sostenible.  

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