Alemania anunció que enviará 14 de sus modernos tanques Leopard 2 a Ucrania para que los utilice en su guerra contra Rusia. Se espera que Estados Unidos haga un anuncio similar este miércoles sobre sus tanques Abrams.
El gobierno ucraniano considera vital estos vehículos de guerra para enfrentar por tierra a las fuerzas invasoras rusas.
Steve Rosenberg, corresponsal de la BBC en la capital rusa, indicó que la decisión alemana será utilizada por el gobierno de Vladmir Putin para reforzar el relato de que Occidente, bajo el liderazgo estadounidense, está librando una guerra contra Rusia en territorio ucraniano.
El pedido de Kiev
Las autoridades ucranianas han insistido sobre la necesidad urgente de mayor armamento pesado para enfrentar la invasión rusa y han afirmado que si tuvieran suficientes tanques de batalla podrían recuperar parte del territorio arrebatado.
«No se trata de 5, 10 ó 15 tanques, la necesidad es mayor», dijo el martes por la noche el presidente Volodymyr Zelenskyy, reflejando cierta frustración de Kyiv ante la falta de suministros bélicos por parte de Occidente.
Hasta ahora, EE.UU. y Alemania habían resistido a las presiones internas y externas para enviar sus tanques a Ucrania.
Los alemanes han soportado meses de prolongados debates políticos en medio de preocupaciones de que el envío de tanques escalaría el conflicto y convertiría a la Alianza del Atlántico Norte (OTAN) en protagonista principal de la guerra con Rusia.
Por su parte, Washington argumentó que la alta tecnología con la que están equipados los Abrams requiere de mucha capacitación y mantenimiento.
Los medios estadounidenses reportaron que el anuncio sobre el envío de los Abrams a Ucrania podría hacerse este mismo miércoles. El número podría ascender a unos 30. Es poco probable que Ucrania consiga los 300 tanques de combate modernos que, dice, necesitar para ganar la guerra.
Pero si media docena de países occidentales aportan 14 tanques cada uno, el total ascendería a casi 100, lo que podría marcar la diferencia.
Los tanques occidentales -incluidos el Challenger 2 británico, el Leopard 2 alemán y el Abrams estadounidense- son considerados superiores a sus homólogos de la era soviética, como el omnipresente T-72. Proporcionarán a las tropas ucranianas mayor protección, velocidad y precisión.
Pero los modernos carros de combate occidentales no son un arma milagrosa ni cambian las reglas del juego por sí solos. También es clave lo que se suministra con ellos.
En las últimas semanas se ha producido un cambio radical en el armamento pesado suministrado por Occidente, que incluye cientos de vehículos blindados, sistemas de artillería y munición.
Combinados, constituyen el tipo de material militar necesario para perforar las líneas rusas y recuperar territorio.
Si las tropas ucranianas pueden ser entrenadas y las armas entregadas a tiempo, podrían constituir elementos clave para cualquier ofensiva de primavera. Pero un factor de la ecuación sigue faltando en las operaciones ofensivas: el poder aéreo.
Ucrania lleva pidiendo a Occidente que le proporcione aviones de combate modernos desde que empezó la guerra. Hasta ahora, no se ha entregado ninguno.