Donald Trump ha sido acusado por un jurado investigador de Manhattan, dijeron fiscales y sus abogados, lo que lo convierte en el primer ex presidente de Estados Unidos en enfrentar un cargo penal.
La investigación se centra en los pagos realizados durante la campaña presidencial de 2016 para acallar las afirmaciones de un encuentro sexual extramatrimonial.
Los fiscales señalaron que trabajaban para coordinar la entrega voluntaria de Trump, que podría darse a principios de la próxima semana.
Trump, quien ha negado haber cometido delito alguno y ha atacado la pesquisa en numerosas ocasiones, se refirió a la acusación formal como una “persecución política” y pronosticó que perjudicaría a los demócratas en 2024. En un comunicado en el que confirmaron los cargos, sus abogados Susan Necheles y Joseph Tacopina, afirmaron que Trump “no cometió ningún delito. Lucharemos vigorosamente contra este proceso político en los tribunales”.
Un portavoz de la fiscalía de distrito de Manhattan confirmó la acusación y dijo que los fiscales se habían comunicado con el equipo de defensa de Trump para concertar su entrega. A Trump se le pidió que se entregara el viernes, pero sus abogados señalaron que el Servicio Secreto necesitaba de más tiempo para llevar a cabo los preparativos de seguridad, dijeron dos personas que solicitaron el anonimato porque no podían discutir públicamente detalles de seguridad. Las fuentes añadieron que se prevé que el expresidente se entregue a principios de la próxima semana.
El caso se centra en acusaciones bien documentadas de un periodo de 2016 durante el cual el pasado de celebridad de Trump chocó con sus ambiciones políticas. Los fiscales examinaron el dinero pagado a la actriz porno Stormy Daniels y a la exmodelo de Playboy Karen McDougal, de quienes temía que hicieran públicas las afirmaciones de que habían tenido encuentros sexuales extramatrimoniales con él.
El momento de la acusación pareció sorprender a los funcionarios de la campaña de Trump luego de los reportes noticiosos de que probablemente faltarían semanas para cualquier posible presentación de cargos penales. El expresidente estaba en Mar-a-Lago, su propiedad en Florida, el jueves y había filmado una entrevista con un comentarista conservador.