Un grupo de países miembros de la OPEP y otros aliados de la OPEP+ anunciaron que a partir del mes de mayo y hasta finalizar el 2023 reducirán su producción de crudo hasta 1,16 millones de b/d.
La noticia impactó de inmediato los mercados, pues se quedarían sin aproximadamente el 3% de la producción total de petróleo. Esta semana, el precio del barril se disparó 8% y los analistas estiman que podría llegar a 100 dólares.
Los grandes importadores del mundo se verían perjudicados y el primero es Japón, cuya industria pesada depende de casi un 90% de las importaciones de crudo, según la Agencia Internacional de Energía AIE.
La India se vería afectada, hoy está dependiendo de 1 millón de barriles que importa de Rusia por altos descuentos que recibe, aseguró Eurasia Group.
Corea del sur también se vería perjudicada, su industria pesada depende de los suministros de combustible de varios países del Oriente Medio, afirma Enerdata.
China y Europa se verán impactadas, pero en menor medida. La primera tiene una producción nacional y compra con descuentos a Rusia, de acuerdo con datos aportados por la consultora Kpler. En Europa los suministros energéticos dependen más del gas, el carbón y la energía nuclear.
Los países emergentes más perjudicados con un barril a 100 dólares, son, Argentina, Turquía, Sri Lanka y Pakistán, que además no tienen poder de compra para soportar los altos precios del crudo.
Hay quienes sostienen cómo Pavel Molchanov del banco de inversión Raymond James, que el precio del barril de petróleo, podría estabilizarse entre 80 y 90 dólares.
