La Policía Federal de Brasil imputó al expresidente Jair Bolsonaro de lavado de dinero y asociación delictiva por el caso de unas joyas no declaradas que el líder de extrema derecha recibió de Arabia Saudita durante su mandato. Las joyas están valoradas en 3,2 millones de dólares e incluyen un collar de diamantes, un anillo, un reloj y pendientes que el Gobierno saudí le regaló a Bolsonaro y a la ex primera dama Michelle Bolsonaro.
La Policía, tras concluir la respectiva investigación, presentó cargos contra doce personas, incluyendo al líder ultraderechista, por los delitos de apropiación de bien público, lavado de dinero y asociación para delinquir.
En 2023, la Policía Federal señaló a Bolsonaro de intentar introducir de contrabando joyas valoradas en más de 3 millones de dólares y de vender dos relojes de lujo.
Según la Policía, Bolsonaro recibió dinero en efectivo por la venta de dos relojes de lujo que recibió como regalo de Arabia Saudita. Brasil exige a sus ciudadanos que llegan en avión desde el extranjero que declaren los bienes con un valor superior a 1.000 dólares y, por cualquier monto que supere esa exención, paguen un impuesto equivalente al 50% de su valor.
Las joyas habrían estado exentas de impuestos si hubieran sido un regalo de Arabia Saudita a Brasil, pero no para que Bolsonaro se las quedara, sino como parte de la colección de la Presidencia del país.
Los abogados de Bolsonaro, que siempre ha negado los cargos y alegado que las joyas continúan en poder de la Presidencia, se abstuvieron de pronunciarse sobre el resultado de la investigación.
El informe de la Policía será enviado al magistrado de la Corte Suprema que instruye la investigación, Alexandre de Moraes, quien lo deberá remitir a la Fiscalía para que determine si hay indicios suficientes para procesar a los acusados y si le pide a la Corte que abre el respectivo juicio.
La Policía presentó cargos por asociación para delinquir contra otras once personas investigadas, entre ellas el exministro de Minas y Energía Bento Albuquerque y el entonces edecán de Bolsonaro, Mauro Cid; y cargos por peculado (apropiación de bien público) contra siete de ellos y por lavado de dinero contra nueve.
Múltiples delitos
Entre los imputados figura el abogado Frederick Wassef, defensor del expresidente y quien, según la investigación, viajó a Estados Unidos para recomprar las joyas después de que el Estado exigiera su devolución, en enero del año pasado, cuando el progresista Luiz Inácio Lula da Silva asumió el poder.
En marzo pasado, Bolsonaro también fue imputado, por los cargos de asociación para delinquir y uso de datos falsos en registros oficiales, por un supuesto fraude en la obtención del certificado de vacunación contra la covid-19.
En ambos casos fueron determinantes las confesiones de Mauro Cid, detenido en mayo de 2023 y que hoy está en libertad provisional después de firmar un acuerdo con las autoridades en el que se comprometió a confesar sus delitos y aportar pruebas contra sus cómplices a cambio de beneficios judiciales.
Una tercera investigación contra Bolsonaro a manos de la Policía Federal, que está en fase avanzada y la más grave, es la que le sitúa en el centro de la trama golpista que buscó anular la victoria electoral de Lula, en octubre de 2022 y mantener en el poder al líder ultraderechista.
El intento de golpe tuvo un último capítulo el 8 de enero de 2023, cuando miles de simpatizantes del líder ultra invadieron y destrozaron las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema con la idea de forzar una intervención militar para derrocar al Gobierno de Lula.
Además de las investigaciones penales, el expresidente también está en la mira de la justicia electoral, que en dos de los casos ya lo despojó de sus derechos políticos durante ocho años debido a abusos de poder político y económico en los que incurrió durante la campaña para los comicios en que fue derrotado en 2022.