DemoSATH es la primera plataforma de energía eólica marina que se conecta a la red española.
España ya disfruta de la energía eólica marina. Ubicado en Armintza, Euskadi, se ha conectado a la red el primer aerogenerador marino flotante de España. Un gran molino a dos millas de la costa vasca que promete generar energía equivalente para abastecer anualmente a 2.000 hogares.
El proyecto es de la empresa española Saitec Offshore Technologies, junto a la alemana RWE Offshore Wind y la japonesa Kansai Electric Power. Fue durante este pasado mes de agosto que se instaló el aerogenerador y en las últimas semanas se finalizaron los trabajaos de cableado para poder conectar la plataforma flotante con la red eléctrica.
DemoSATH, como se llama la plataforma, es la primera de este tipo en España que se conecta a la red y la quinta a nivel europeo de más de 1 MW. En concreto, la turbina es capaz de generar hasta 2 MW de energía renovable, que esperan ampliar hasta los 3 MW en 2030.
El aerogenerador dispone de un rotor de 96 metros de diámetro. Adicionalmente, la plataforma cuenta con sistemas de monitorización para conocer su interacción con el entorno. David Carrascosa, de Saitec Offshore Technologies, explica que «este será nuestro banco de pruebas para adquirir conocimiento basado en una experiencia real y aplicarlo en los futuros proyectos a mayor escala».
Como suele ser habitual, las compañías de energía eólica marina invierten en distintas soluciones para intentar que el impacto de esta plataforma en el suelo marino sea lo más bajo posible. Entre los sistemas cuentan con identificación y prevención de colisiones con aves y murciélagos, así como sistemas para el monitoreo de la biodiversidad del ecosistema marino (como comunidades de crustáceos, otros invertebrados, peces y cetáceos).
DemoSATH es también la tercera plataforma en Europa en apostar por el hormigón y por un diseño de amarre de un solo punto.
La instalación de este aerogenerador es «un hito en la historia eólica marina de España», dijo Joan Groizard, director general del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE). Al tiempo que señala que «el 99% de las eólicas marinas del mundo son de sujeción fija, porque están instaladas en zonas poco profundas, pero la costa vasca y la española, en general, son más profundas y por ello se han desarrollado las plataformas flotantes».
Este primer aerogenerador está cerca de la costa vasca y es visible desde la orilla. La intención es que suponga el primer paso hacia la creación de un parque pre-comercial con múltiples aerogeneradores en el mar. Entre 2026 y 2027 se prevé la puesta en marcha del proyecto Geroa, que se adentrará unas 10 millas en aguas más profundas, pero también generará considerablemente más energía (tres aerogeneradores para una potencia total de 45 MW).
Además, los aerogeneradores están a un paso de otra revolución. Y es el de producir electricidad incluso cuando no hay viento.
Por eficiente o grande que resulte un turbina eólica hay un hándicap del que difícilmente se podrá librar: en ocasiones el viento no sopla lo suficiente. El sector es consciente de ese reto y trabaja desde hace tiempo en fórmulas que permitan almacenar la energía sobrante, como las baterías de hierro-aire, las de arena o termofotovoltaicas, entre muchas, que aspira a prestar servicio también a otras renovables, como la solar. Optimetron busca ir un paso más allá con turbinas capaces de suministrar energía incluso cuando no hay viento.
¿Cómo? Con una innovación en su diseño.
El dispositivo se llama Zired y su clave está en su sistema de almacenamiento con aire comprimido, lo que le permite conservar energía prescindiendo de las baterías externas. Para lograrlo emplea un compresor especial localizado en la góndola y que se activa con la rotación de las propias aspas del aerogenerador.
La clave: el aire comprimido
Gracias a esa rotación el aire se comprime en un depósito interno, generando lo que la compañía llama «energía potencial». Cuando resulta necesario, por ejemplo porque las rachas de viento no son lo suficientemente fuertes, el sistema la libera para, con ayuda de un motor y un generador, convertirla en electricidad.
«Zired es un dispositivo de almacenamiento a largo plazo que conserva energía en forma de aire comprimido, un tipo de energía potencial, detallan desde Optimetron. El mecanismo extrae energía del viento y acciona de forma puramente mecánica un compresor adjunto que está montado en la parte superior de la góndola».
Cada uno de los motores y compresores pesa cerca de 100 kg. Entre sus ventajas Optimetron destaca la capacidad para producir electricidad bajo demanda, su bajo costo y que en el diseño utiliza «únicamente materiales respetuosos con el ambiente», entre los que cita expresamente la cerámica, el acero o una cantidad de hormigón que, asegura, es muy inferior al de otros aerogeneradores.
Gracias a su energía potencial se alimenta un motor Zired situado en tierra que se encarga de convertir la energía en electricidad mediante un generador comercial.
«Se pueden lograr capacidades de almacenamiento de hasta 2 GWh en términos absolutos y hasta 4 GWh retrospectivamente», dice Optimetron, que reivindica que aunque la fuente de energía renovable deje de estar disponible, el compresor es capaz de seguir produciendo electricidad durante «días, semanas o meses», en función tanto de la capacidad de almacenamiento como del consumo diario.
El dispositivo centra el foco en uno de los grandes desafíos de las energías renovables: su intermitencia, lo que hace que ajustar la generación a la demanda suponga un reto y obligue a recurrir a baterías y otras fuentes de respaldo. Con su nuevo desarrollo Zired ha optado por una estrategia algo distinta: una instalación eólica capaz de conservar energía potencial para cuando resulte necesaria.