La panadería abrió sus puertas en abril y es la creación del panadero de origen cubano Yusel Montelongo, su esposa Marielys Toledo y sus amigos y socios Robert Bubuen y Julieta Ruiz. Montelongo atribuye a su esposa y a Ruiz el mérito de haberlo empujado a salir de su zona de confort y haberlo inspirado para abrir su propia tienda. “Si no fuera por ellos”, dijo, “no lo habría hecho”.
Maison du Croissant se especializa en productos horneados, croissants en particular, pero también donuts y panes. La carta también incluye algunos desayunos y almuerzos, como huevos fritos o revueltos y omelettes, empanadas, hamburguesas y sandwiches.
Hay un puñado de mesitas apiñadas en el pequeño espacio, repleto de toques parisinos, pero la mayoría de los clientes abandonan el local con su recompensa.
Bubuen calcula que el 80% del negocio es para llevar: clientes que comen algo antes del trabajo, que se llevan los productos horneados a casa o a la oficina o clientes que aprovechan el menú de catering, que incluye cruasanes, donuts y empanadas.
El negocio también suministra productos horneados a panaderías, cafeterías y restaurantes de Miami como Cachito Coffee and Bakery en Miami Beach y Aventura, entre otros.
“Nos encantaría tener un local tan grande como pudiéramos”, dijo. “Pero investigamos un poco y no teníamos competencia a nuestro alrededor. Todos los demás están en el centro, en Miami Beach o en los Gables.
Esta ubicación era una buena oportunidad para nosotros. Un local pequeño pero un alquiler pequeño”. Bubuen dijo que la idea de abrir una panadería surgió poco después de conocer a Montelongo hace unos ocho años (sus esposas eran amigas), pero la historia empezó mucho antes. Montelongo, quien creció en Pinar del Río, en Cuba, no era uno de esos niños que ansían hacer magia con harina, huevos y azúcar. Su abuelo era panadero, pero a Montelongo le atraían las artes y los idiomas y quería ser profesor. No fue sino hasta que se dio cuenta de que no podía ganar suficiente dinero enseñando cuando se unió a su abuelo para aprender el negocio de la panadería.
Montelongo emigró a Estados Unidos en 2012 y consiguió trabajo en un restaurante chino. Cuando este cerró, un panadero francés de Fontainebleau le ofreció un trabajo y nunca miró atrás. Pasó a trabajar en Faena Hotel en Miami Beach y más tarde para el maestro pastelero puertorriqueño Antonio Bachour en su restaurante de Coral Gables.
Montelongo sabía mucho de repostería básica y tenía muchas recetas de trabajos anteriores, pero Bachour, famoso por sus postres preciosos como gemas, le abrió los ojos en cuanto a la presentación. “Yo tenía la base”, dijo Montelongo, “pero él me enseñó la belleza”.
Ahora pone en práctica esas lecciones en L’Boulanger Maison du Croissant, en donde los croissants son la especialidad, desde los de almendra y Nutella hasta los de jamón y queso y pistacho (su precio oscila entre los $4.70 uno sencillo y los $6 uno algo más elaborado). De acuerdo con Montelongo, los cruasanes son el producto más complicado de elaborar de la carta, un proceso de tres días que depende en gran medida de la temperatura (los croissants, a diferencia de las personas, prefieren la máxima humedad). “Nos resulta más fácil cuando hace calor”, dijo. “En invierno, todo cambia”. Después de que los socios agotaran las tarjetas de crédito y pidieran dinero prestado para abrir la tienda, Montelongo se mantiene ocupado surtiendo pedidos, pero el trabajo le gusta. “Soñábamos con trabajar para nosotros mismos”, dijo Bubuen. “Hablamos durante años de fabricar nuestras propias cosas. Ahora ese sueño se hizo realidad”.
L’Boulanger Maison du Croissant
Ubicación: 3025 SW 107 Ave., Miami.
