Los Ángeles recibió el pasado miércoles a 42 personas enviadas por Austin en un viaje en autobús de 23 horas.
Los Ángeles recibió por primera vez migrantes enviados por el Gobierno de Greg Abbott, quien ha usado este golpe de efecto para criticar la política de inmigración del presidente Joe Biden.
El polémico gobernador de Texas no es el único que ha empleado la táctica. Ron DeSantis, aspirante republicano a la presidencia, tuvo una decisión similar reciente, lo que provocó críticas entre los demócratas del Estado. “Pequeño hombre patético”, calificó Gavin Newsom, gobernador de California, a su homólogo de Florida.
Organizaciones de derechos de los inmigrantes informaron que la tarde del miércoles arribaron a los Ángeles 42 personas, incluidas ocho menores. Los migrantes hicieron desde Texas un viaje de 23 horas sin comida. “Los pequeños pueblos de la frontera continúan abrumados porque Biden se niega a hacer más segura la frontera”, dijo Abbott en Twitter. Los inmigrantes, provenientes de Venezuela, Guatemala, Honduras y al menos dos africanos, fueron recibidos por activistas y llevados a una iglesia católica en el barrio Chino, unas cuadras más allá de la estación de autobuses a la que llegaron, Union Station.
Abbott ha ganado popular entre los sectores conservadores con el envío de inmigrantes que llegan por tierra a Texas a ciudades santuario como Nueva York, Filadelfia o Denver. Esta, sin embargo, ha sido la primera vez que su Administración ha puesto como destino la ciudad más grande de California. “Los Ángeles es una ciudad a la que los migrantes quieren ir, particularmente ahora que sus líderes han aprobado la categoría de santuario”, indicó en las redes sociales el republicano. Chirla, la Coalición de Derechos Humanos de los Inmigrantes, informó que el ciudadano hondureño que ha arribado tiene fecha para comparecer ante un juez y seguir su caso de inmigración en Nueva York, a casi 4.500 kilómetros de distancia en dirección contraria.
Karen Bass, la alcaldesa de Los Ángeles, quien estaba ayer de visita en Washington, criticó la maniobra de los republicanos. “Los Ángeles nos es una ciudad motivada por el odio ni el miedo, así que no nos dejaremos manipular por políticos mezquinos que juegan con las vidas humanas”, aseguró Bass, la primera mujer que gobierna la ciudad.
Los vuelos secretos de DeSantis
A principios de este mes, un vuelo privado con 16 personas originarias de Venezuela y Colombia tomó por sorpresa al Gobierno de California. Los inmigrantes, en su mayoría hombres a quienes les habían prometido un supuesto trabajo, aparecieron en las oficinas de la diócesis en Sacramento sin anuncio y apenas con una mochila como única pertenencia. La sorpresa inició una pesquisa del Departamento de Justicia local, que conoció que el viaje de los sudamericanos inició en Texas. Desde allí fueron trasladados a Nuevo México, de donde despegó el vuelo charter rentado.
Días después el patrón se repitió con unas 20 personas. Era el segundo vuelo en apenas pocos días al centro del poder en California. La oficina del fiscal del Estado, Rob Bonta, informó que los dos viajes fueron contratados por la misma empresa, un contratista del Gobierno de Florida, encabezado por Ron DeSantis. En un mensaje publicado el 5 de junio en las redes sociales, el gobernador Newsom llamó a su homólogo republicano “pequeño hombre patético”. El mandatario demócrata amenazó con acusar al aspirante a la Casa Blanca del delito de secuestro, pues había supuestamente sacado a un grupo de personas para transportarlos a otra entidad en contra de su voluntad.
El 6 de junio, después de días de silencio, una portavoz de la Administración floridense admitió que el Ejecutivo local era el responsable de los dos vuelos a Sacramento, pagados por la compañía Vertol Systems. Alecia Collins, directora de los Servicios de emergencia, aseguró que las personas migrantes habían sido puestas en manos de una organización humanitaria sin fines de lucro, Catholic Charities. “Dieron su consentimiento verbal y escrito de que querían ir a California”, escribió en un comunicado Collins.
El mensaje, sin embargo, no ha frenado la investigación de la Fiscalía. Este miércoles, Bonta informó que solicitó a Collins los documentos en los que asegura que el traslado ha sido voluntario. “Necesitamos entender las circunstancias que llevaron a implementar una supuesta operación, pagada aparentemente con dinero de los impuestos de la gente de Florida, y las decisiones que llevaron a este acto cuestionable”, señaló Bonta en un comunicado. Florida no ha repetido el envío de personas al Oeste, una tarea que Texas parece ahora asumir.