En Venezuela, el derecho a la alimentación está reconocido en la Constitución en su artículo 305, estableciendo que la seguridad alimentaria puede entenderse como “la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y permanente a estos por parte del público consumidor”, entendiendo que el estado está en la obligación de proveer los recursos, a fin de cumplir con ese artículo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
El salario de más de 8 millones de jefes de familia es de 28 dólares mensuales, siendo el núcleo familiar de 5 componentes en promedio.
Inicio con la definición de alimentación que nos da el gobierno de la ciudad de México, capital de un país con similares características a la Venezuela anterior al tsunami llamado socialismo del siglo XXI, que destruyó a Venezuela y el cual, con las heces fecales que aún quedan, continua en su proyecto destructivo.
Definición de la alimentación: es, en esencia, el acto de ingerir alimentos con el fin de aportar al organismo carbohidratos, proteínas, grasas, minerales, vitaminas y agua; es decir, todos los nutrientes que éste, el ser humano, necesita para obtener energía, sintetizar moléculas propias y realizar sus funciones vitales.
La alimentación puede considerarse como una práctica biológica, porque es indispensable para el mantenimiento de la vida, pero también como una práctica cultural e histórica, ya que las costumbres, la época y el contexto socioeconómico tienen un gran impacto en la forma en la que una comunidad se alimenta. Ahora bien, permitiendo una interpretación alargada, afirmar que lo contrario a la alimentación es el hambre. Pues veamos que ocurre en la República Bolivariana de Venezuela con el cumplimiento de la norma constitucional en referencia a la alimentación.
¿ Qué es el hambre ? Propongo comenzar leyendo la definición que nos ofrece la Real Academia de la lengua española y la cual expresa dos conceptos distintos. 1. f. Ganas (deseo) y necesidad de comer. Cuando se refiere a la necesidad individual y . 2. f.Escasez de alimentos básicos, que causa carestía y miseria generalizada, cuando se refiere a esta necesidad en forma colectiva.
Ahora veamos qué nos dice la FAO, Food and Agriculture Organization de las Naciones Unidas como definición de ese vocablo: “El hambre es una sensación física incómoda o dolorosa, causada por un consumo insuficiente de energía alimentaria. Se vuelve crónica cuando la persona no consume una cantidad suficiente de calorías (energía alimentaria) de forma regular para llevar una vida normal, activa y saludable”.
Desafortunadamente y gracias a un puñado de aspirantes a titiriteros, subestimando que ese sitial ya estaba ocupado por el mayor manipulador contemporáneo universal, ese mismo que se llamó en su perversa vida Fidel Castro Ruz y a un pueblo inocente y crédulo, que en el 1998 votó masivamente por el principal autor de la hecatombe que ha traído como consecuencia la situación en la que Venezuela, tal cual un barco cargado de un pueblo desconcertado y aturdido por lo sucedido en los últimos años, se encuentra en el medio de un océano con aguas de color negro intenso y sin tierra firme a la vista.
Distinguidos lectores, propóngoles que nos acerquemos a la realidad del 94 % de la población venezolana, ya que el restante 6 % es lo que se conoce como los muchachos de Miraflores y de Fuerte Tiuna. Este pequeño porcentaje es un segmento el cual vive alrededor de los centros de poder caraqueños, visitantes asiduos de los restaurantes del Este donde se cocinan, además de las chuletitas de cordero importadas de Nueva Zelandia, todos los guisos que empobrecen más y más y día tras día al 94 % del pueblo venezolano.
El hambre, este flagelo que persigue a ese noble pueblo, es una situación que aún 10 años atrás era inconcebible, no es otra cosa que una consecuencia del fracaso, de las políticas inspiradas en sistemas obsoletos o como consecuencia de un saqueo constante de las riquezas de la nación.
La verdad es que los trabajadores del sector público son alrededor de 4 millones y unos 4 millones de pensionados, lo cual totaliza aproximadamente 8 millones de personas cuyo salario depende directamente del Estado venezolano, reciben como salario 5 dólares u.s. Adicionalmente recibe este segmento de la población, (más de un 70 % de ella) unos bonos por un valor oscilante de entre US $3 y US $20 a través de un sistema que llaman Patria, lo que significa que el salario de 28 dólares es devengado por más de 8 millones de venezolanos.
Solo como referencia anotamos que el salario mínimo de la República de Haití es de 116 dólares u.s, el de la República de Zimbabwe es de 54 dólares u.s y el del Emirato Islamico de Afganistán corresponde a 78 dólares u.s. Todos estos tres países están en guerra civil o en violencia generalizada.
Esta preocupante suma de realidades atañe también a los trabajadores informales. Según el profesor Demetrio Marotta Lanzieri, del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Catolica Andres Bello, en Venezuela el nivel de informalidad laboral, entendida como la proporción de la fuerza de trabajo que no tiene acceso a la seguridad social, se ha incrementado drásticamente, pasando de 48,5% a 84,5% entre 1994 y 2020. No tengo datos de los años 2021 y 2022. En la Venezuela actual no existe un sistema de previsión social ya que lo que existía, simplemente colapsó.
Con respecto a las personas de la tercera edad, un 9 % del total de la población, segmento el cual se incrementa rápidamente ante el desplazamiento de la población joven hacia otros países, su supervivencia está condicionada al recibimiento de remesas provenientes de esos familiares residentes en el exterior. El estudio apuntó que la brecha de género también se hace presente. Un 58% de esos 11 millones de personas, son mujeres; 25% de los hombres ganan 200 dólares o más, mientras que sólo 15% de las mujeres logran superar esa cifra. En la cúpula de los ingresos hay 430 mil personas que ganan más de 550 dólares, es decir, un 2 % de la población.
La República Bolivariana de Venezuela, actualmente podría ser clasificada como una nación en estado de pre hambruna generalizada. Esta afirmación, si, es fuerte, pero muy desafortunadamente para mí, irrebatible, cuando más de 8 millones de empleados, generalmente cabezas de familia, el salario es de 28 dólares U.S mensuales, lo que significa 0.98 centavos de dólar al día para proveer las necesidades alimentarias de la familia, en donde según el estudio de la UCAB Encovi del año 2021, el promedio de personas por familia es de 5 componentes.
Veamos este razonamiento para saber si estamos en una nación en estado de pre hambruna ¿ Cuántas proteínas debe ingerir un adulto de peso promedio de 75 kg para que los principios de una sana alimentación se adecuen a la condición humana? La respuesta la encontramos en la Organización Mundial de la Salud (OMS). En concreto, y según lo establecido desde esa organización, deben consumirse diariamente entre 0,8 gramos y 1.2 gramo de proteína por cada kilogramo de peso para una persona adulta sana, dicho en otras palabras unos 90 gramos de proteínas diariamente. Siempre según la Organización Mundial de la Salud, en referencia a las proteínas que debe consumir la población infantil, la situación se convierte para los niños y adolescentes venezolanos como el de un viaje dentro de un oscuro túnel, con tantas curvas que es imposible no pensar en un futuro poco prominente para esos hijos del 94 % de los habitantes de la patria de Rómulo, de Caldera, de Jóvito y de Luis Herrera.
La Organización Mundial de la Salud y el Comité de Nutrición de la Academia Americana de Medicina Food and Nutrition Board recomiendan un consumo de 1,6 g/día de proteínas o 20 g/día en los bebés de entre 6 y 12 meses de edad. ¿Y cuántas proteínas consume actualmente el 94 % de los venezolanos ? La respuesta estimados lectores nos la ofrecen dos especialistas en nutrición:
La Dra Marianella Herrera Cuenca, médico nutricionista, investigadora y miembro de número de la Academia de Ciencias Médicas de Venezuela, afirma que la merma del consumo de proteína en Venezuela es total: Los hogares urbanos que no consumen nunca carnes de ningún tipo son el 38,6%. Huevos el 38%, pescados no lo consumen el 86,3%. Por supuesto, esto hace que la eficiencia de la calidad proteica disminuya, porque realmente, a pesar de que se puede mejorar el aporte proteico con la proteína de origen vegetal, la proteína de origen animal es mucho más eficiente en términos de valor biológico.(www.siemprevenezuelaweb.com)
Mientras la doctora Susana Raffalli, también nutricionista, especialista en seguridad alimentaria e investigadora de Cáritas de Venezuela en una entrevista publicada el 19 de marzo de 2022 por el portal www.elestímulo.com. revelaba que para ese momento el consumo de proteínas en el país había disminuido 80 % desde el año 2012. Hay niños que llegan a los 2 años y no han probado ni el pollo ni la carne roja.
Estas fallas tendrán consecuencias catastróficas para la Venezuela del futuro. He aquí un cuadro poco optimista de la realidad: El consumo de proteína cárnica por habitante y por año en la República Oriental del Uruguay es de 61.2 Kg. En los Estados Unidos de América el consumo es de 103.5 kg por habitante y por año.
En Venezuela es de 2,7 kilos por habitante y por año.
Los números no son una opinión (popular frase italiana). Según el último estudio realizado por la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas (Encovi 2022) estos datos han empeorado en los últimos 2 años. La organización humanitaria británica Oxfam publicó una angustiosa nota de alerta sobre lo que calificaron como el virus del hambre, en la que Venezuela figura como uno de los diez principales puntos críticos: “Hambre en Venezuela: los alarmantes niveles de desnutrición entre los niños venezolanos que se agravan por la pandemia. Incluso antes de la pandemia, más de la mitad de la gente con hambre en América Latina ya estaba viviendo en Venezuela», recordó Oxfam. (BBC Mundo 15 de julio del 2020).
¿Qué características antropológicas tendrá nuestra población dentro de unos 15 años, si hoy nuestros infantes crecen y se desarrollan con un déficit del 83% de los requerido ? La formación del cerebro y todas las capacidades cognitivas se forman durante los primeros años de vida, por lo tanto el nuevo venezolano tendrá peso y estatura fuera de los valores normales y serán, se calcula que un 20 % más pequeños de estatura, que sus iguales desarrollados en países donde su dieta sea equilibrada y adaptada a sus necesidades.
Pero no solo seremos más pequeños de estatura y más débiles físicamente, y aquí es aún más grave la cosa, intelectualmente tendrán varios niveles por debajo de los jóvenes de sus mismas generaciones. Agreguemos que es muy probable que será una población compuesta por la mayoría, no obstante esa juventud, con enfermedades típicas de la tercera edad, a saber, hipertensión arterial, diabetes, osteoporosis, enfermedades renales y del corazón y evidentemente reducida capacidad de concentración. Dicho más simplemente, los hijos de ese 94 % de la población que está en situación de hambre crónica serán menos inteligentes, menos dotados ya que sus cerebros son más pequeños que lo normal “debido al reducido crecimiento dendrítico, la reducida mielinización y la producción de menos glía, células de apoyo en el cerebro que siguen formándose después del nacimiento y son responsables de producir mielina”.
La población, elemento fundamental en el reconocimiento como nación soberana, ese componente en Venezuela está desapareciendo por dos vías, por la diáspora y por la hambruna. Este tema será tratado en una próxima entrega. El proceso de reconstrucción del país no puede esperar. Venezuela se nos está cayendo a pedazos.