Miguel Galindo Sánchez
miguel@galindofi.com
Jim Skea es el Presidente del Grupo Internacional de Expertos sobre el cambio climático de Naciones Unidas (IPCC).
Es el responsable de la organización científica más importante del mundo y de los últimos tiempos para el seguimiento de la crisis climática en la ONU.
No es ningún pelagatos como un servidor. Y el día 10/08 último, uno de los días estivales donde los termómetros mundiales se dispararon, aparte de certificar la “excepcionalidad” de este verano, dejó dicho:
“El mundo nunca antes había registrado estas temperaturas, que aumentarán a un ritmo sin precedentes. Algunos cambios están llegando con mayor rapidez de lo esperado… Todo irá a peor, si el mundo no logra reducciones drásticas e inmediatas en las emisiones de gases de efecto invernadero”.
La recién Conferencia Mundial celebrada no ha hecho ni p… caso, pues siguen guardando sus intereses económicos antes que las catástrofes ciudadanas. Vale. Pero yo no sé si ese apocalíptico párrafo que ha sido reproducido en los principales rotativos de occidente (yo lo extraje de El País, pág.21), habrá sido leído – e interiorizado – por las personas que forman la gente, o lo habrán leído para su posterior evacuación, ya saben…
En tal caso, ya no podemos acudir al estúpido “yo no lo sabía”. Llevamos años enterándonos de lo que no queremos darnos por enterados. Hasta los ciegos lo ven y los sordos lo oyen.
A ver cómo entienden ustedes esta afirmación salida de una encuesta reciente: “El 70% de la población es consciente de lo que pasa, pero solo el 5% ha tomado conciencia…”. Piense en ella porque es para enmarcar.
Pero ya en el propio Evangelio se dijo que “no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oír”… La cuestión no es esa, no señor: la cuestión es si el mundo, si los seres humanos que se dice que somos, somos conscientes de la que hemos liado entre todos, con nuestra inconsciencia, y que se nos está viniendo encima como un alud. Yo creo que no, no sé ustedes…
…Porque en estas últimas partidas del parchís ya no vale el subterfugio de lo que hacen (o no hacen) los políticos, gobiernos y naciones… de que por qué aquella sí y la otra no.
Son excusas de mal pagador extensivas a una ciudadanía adocenada que dice que si el vecino de su calle no recicla, él tampoco tiene porqué molestarse en hacerlo… Luego, existen cientos de miles de “recicladores” que están deseando quemar depósitos de gasofa y tirarla a la atmósfera para irse de puente a la otra punta del mapa o a no sé qué festejo.
La concienciación que yo veo a mi alrededor es parcial, de selfie, y acotada a los intereses de imagen de cada cual. En modo alguno es integral, y holística, como debiera de ser.
“En la historia de toda la humanidad, el mundo nunca había visto estas temperaturas en términos generales y locales”, suelta de nuevo este profesor al mando… Pues para demostrar lo muy concienciados que estamos en este país – le contesto yo – media España se ha movido de sitio lanzando kilotones de mierda a la atmósfera, y la otra media lo hará cuando le toque y pueda… Tampoco sé en los demás países, pero no caigamos en la imbecilidad nacional .
Sin embargo, es muy curioso, provocamos una buena parte con nuestros coches y nuestros aires acondicionados, y nuestra forma de vivir, y nuestra manera de entender… para luego, inmediatamente seguido, quejarnos amargamente de las consecuencias, conforme éstas nos van cayendo en el lomo. Entonces buscamos, miramos a un lado y otro… ¡ahí están!, los políticos, he ahí a los responsables, he ahí a los culpables… Y es cierto, pues en su origen la inmensa mayoría están vendidos a las oligarquías energéticas y financieras del planeta, cierto, pero nosotros les compramos, y les demandamos, toda la basura que nos facilitan porque nos viene bien. La compraventa se realiza por urna, a través del voto. Ellos nos dan la teta “a demanda”.
¿Qué también valen como chivos expiatorios?.. sin lugar a duda, para eso se auto engrasan ellos mismos con puestos, sueldos, gabelas y puertas giratorias. Y lo saben perfectamente, claro que lo saben, y lo asumen divinamente, claro que lo asumen… bien se lo cobran. Como verán, si es que quieren verlo, es un sistema ideado por idiotas para otros más idiotas que ellos. Es una noria donde los burros que sacan el agua se mueren de sed mientras ellos mismos se encargan de agotar el pozo para, inmediatamente, vendernos esa agua a precio de oro… Y mientras el carretero mantenga la zanahoria a un palmo del hocico del asno, éste tirará del carro.
Los dueños de los recursos naturales mundiales están en manos de cuatro oligarquías. Lo triste es que se los hemos puesto nosotros en sus manos… Y de la peor manera posible: esquilmando el planeta en su nombre, que es lo que nos han mandado los amos. Ahora, ese planeta, una entidad viva y más inteligente que todos nosotros juntos, nos pide cuentas. Y nos las pide en conjunto, a los autores y a los fautores, todos responsables por igual… Y aunque sigamos haciéndonos los sordos, y más tontos de lo que ya en realidad somos, pagaremos la deuda contraída.
