3 Comacates del Ejército Venezolano
Ascendimos estando siempre entre los primeros 10 de nuestra promoción . Y hoy estamos siendo tratados como los últimos después de los últimos. ¿ Por qué ?. Porque siempre expresamos que aun adolescentes entendimos que nuestra vocación era el de convertirnos en centinelas de la patria y para eso con orgullo afirmamos que al entrar a la Academia comenzábamos nuestro camino como servidores del legado de Bolívar y de Sucre y también de el de Paez, llanero como uno de nosotros.
Y ya para ese entonces, el 2004, cuando aquel 5 de julio el presidente Chávez
nos entregó el sable, estábamos claros, si así como nos definimos antes, hoy en pleno año 2024 que nada ha cambiado, que nuestra vocación como oficiales del que fue, con profundo dolor lo tenemos que reconocer un glorioso ejército. Hoy en estos sombríos días nos seguimos considerando centinelas de la patria, porque esa era y es hoy y con orgullo lo reafirmamos: nuestra vocación.
Nuestros objetivos en la vida profesional y espiritual no han cambiado, servir a Dios, a la patria y ser ejemplo para nuestras familias.
Porque así como 20 años atrás y como ya lo hemos afirmado, nuestra vocación no ha cambiado: solo, si, solamente y exclusivamente deseamos ser militares, no deseamos ser empresarios honestos ni tampoco empresarios corruptos, ni participantes de negocios de cualquier índole, ni de drogas ni de oro, ni pavonearse con las pre pagos sin ninguna vergüenza ni respeto por el uniforme de Simón Bolívar.
Pues sí señores generales y almirantes: lo gritamos fuerte y claro: solo deseamos ser militares y servirle a la patria, que fue ese el motivo por el cual nos hicimos primero cadetes y después oficiales de los ejércitos de Bolívar y de Sucre.
Hemos expresado con respeto a ciertos y contados oficiales generales nuestra posición institucional. ¿La respuesta? Para la mayoría silencio total. No te oí, no te vi. Solo uno se atrevió a decirnos: “Pues si no desean poner en peligro sus integridades y las de sus familias, mueran callados o simplemente soliciten la baja”.
Esta de hoy no es la patria de Bolívar. Es un territorio al norte de Suramérica que está en un proceso de desaparición, así como organismos que no son parte del verdadero espíritu de nuestro glorioso ejército, desaparecen individualidades.
Ya no es ese país en que, en la escuela de mi pueblo en el profundo llano apureño, cuando en la mañana todos en fila oímos el himno, todos permanecimos en silencio por respeto a ese sagrado símbolo.
Debemos confesar con vergüenza que ya estamos muy cerca de renunciar a parte de lo que ha sido orgullosamente: militares.
Verdaderamente es con gran sacrificio que resistimos la presión que aplican en contra de todos aquellos oficiales de quienes sospechan, si, basta y sobra para aquellos esbirros que se disfrazan de amigos que no estamos de acuerdo con las decisiones de esta cúpula civil militar, así como nuestro desacuerdo con lo que ocurre diariamente en nuestra patria como es el no respeto ni nada ni a nadie para que nuestro peligro de caer preso por acusaciones infundadas o simplemente fabricadas en los laboratorios del gobierno.
En días pasados pudimos conversar con un general, el único que aún inspira nuestro total respeto, a quien le expresamos nuestras reflexiones sobre la crisis institucional y nuestros temores que, si no sucediese en tiempos breves un cambio, no solo de gobierno sino también de mentalidad, la patria caerá en el peor de los precipicios.
Esta patria, si la de Bolívar y Sucre y la de Miranda y la del Capitán Acosta Arévalo y la de los miles de compañeros de armas que deambulan por el mundo haciendo cualquier sacrificio para que sus familias puedan medio comer, en un país que era ejemplo de libertades y de solidaridad con el mundo, no puede seguir siendo conducida por un puñado de hombres sin moral ni principios y dispuestos a todo para mantener ese mal habido poder.
En Venezuela hay que tener clara conciencia de que no se dirimen asuntos de política, temas empresariales, estrategias militares, medios de comunicación y hasta de farándula, que no estén infiltrados en pleno por el régimen y sus artimañas para continuar en el asalto de las arcas del país en detrimento de la población.
Cuando estos que visten de verde en su trajeado de uso común, llaman a defender la independencia, soberanía y libertad de los Venezolanos, se refieren solo a ellos mismos y desde luego a los que forman parte del segmento o cleptocracia político, militar y algunos en el ámbito empresarial que vienen acabando con el país sistemáticamente. Estos de verde, llaman pseudo líderes a María Corina Machado y a líderes políticos que se midieron con ella y que tras su victoria, que hoy la respaldan y reconocen como la única persona que lidera junto a millones de personas que la apoyan e identifican como la auténtica conductora de una nación que languidece entre el hambre y la represión.
El robo y la represión ha generado 8 millones de desplazados, incluidos un sector de anteriores partidarios de Chávez que no los toleran y que no forman parte de su sistema actual. Esperemos que las instancias judiciales supranacionales, léase CPI, se expresen en tiempos breves. Esta cúpula cívico militar está acusada de serios delitos. Son delitos que no prescriben como las violaciones de los sagrados derechos humanos, consagrados no solo en nuestra constitución, sino muchos años antes en la declaración universal de los derechos humanos de París y más recientemente en el Estatuto de Roma.
En consecuencia, es correcto decir que son el Enemigo. La cúpula o como se hacen llamar eufemísticamente fuerza armada nacional bolivariana, ya que ni por el nombre, ni mucho menos por su misión, se asemejan en nada a lo que define la FAN en su artículo 328 de la Constitución la cual recordamos diariamente:
«La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con esta Constitución y con la ley. En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”.
Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación. La Fuerza Armada Nacional está integrada por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional, que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia para el cumplimiento de su misión, con un régimen de seguridad social integral propio, según lo establezca su respectiva ley orgánica».
En tal sentido y basándonos en el 328 Constitucional, esos traidores y capos de organizaciones mafiosas violan con flagrancia plena la carta magna, llaman a defender una patria que destruyeron, la robaron y mantienen secuestrado a un pueblo inocente que creyó en aquel encantador de serpientes.