¿Qué es la economía azul?

¿Qué es la economía azul?

Estamos hablando del mayor ecosistema del mundo, cubre el 70% de la superficie terrestre, proporciona el 50% del oxígeno que respiramos y es el mayor sumidero natural de carbono; sin embargo, durante décadas se le ha dado la espalda. 

Su importancia radica también en el hecho de que importantes industrias de todo el mundo dependen de la salud de los océanos y repercuten en ella haciendo que la economía oceánica mueva cada año entre 3 y 6 billones de dólares, según datos de las Naciones Unidas.

Esto incluye el empleo y todos los servicios relacionados con el océano y los mares, entre los que se encuentran el transporte marítimo, la pesca, las energías renovables, la construcción de puertos, el turismo costero y las infraestructuras costeras.

«Si calculas la economía oceánica como una economía nacional, sería la séptima mayor economía del mundo», explica Ole Vestergaard, responsable de la Economía Azul Sostenible del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD).

Se estima que la pesca y la acuicultura aportan 100.000 millones de dólares al año y unos 260 millones de puestos de trabajo a la economía mundial.

Eltérmino «economía azul»surgió del economista belga Gunter Pauli, el primero en escribir sobre esta idea en 2009, en su libro titulado «La economía azul», que recoge un informe que realizó para el Club de Roma

En él buscaba fomentar un modelo económico que tuviera como centro el respeto por el ambiente y explicaba 100 innovaciones que introducen formas sostenibles de producción o de aprovechamiento y que generaría más de 100 millones de puestos de trabajo.

Para Pauli, el principal problema al que se enfrentan los proyectos de economía azul es la ignorancia.

El libro se alzó como alternativa a la economía verde que ha creado, en su opinión, un sistema de producción prohibitivo, con unos precios tan elevados que solo la élite puede acceder a lo ecológico.

El 70% de la población vive al lado del mar y no lo está aprovechando. Lo usan como un basurero. La única cosa en la que pensamos hoy en día es en pescar y en la minería a alta profundidad, sin ir más allá», sostienePauli, quien es considerado como «el Steve Jobs de la sostenibilidad».

En su informe presentó propuestas concretas que demostraban que era perfectamente posible regenerar manglares, regenerar los bosques de algas para obtener alimento, para obtener energía, para tener agua potable, etc.

Más del 40% de la población mundial, vive a menos de 100 km del océano o del mar en unas 150 naciones costeras e insulares, según la ONU. En el caso de América Latina, con aproximadamente 240.000 km de costa, un 27% de la población depende directa o indirectamente del océano y su riqueza.

Mediante actividades como la pesca sostenible, la producción de energías renovables o el ecoturismo, los países han podido aumentar las tasas de empleo y el buen saneamiento, reduciendo al mismo tiempo la pobreza, la malnutrición y la contaminación, mientras aumenta su resiliencia.

«Se trata de mejorar la calidad de vida de todas las personas que viven de alguna forma relacionadas o vinculadas al mar, cuya supervivencia depende del océano y de sus recursos», explica Alicia Montalvo, experta en economía azul.

«Por ejemplo, si facilitamos un desarrollo turístico sostenible utilizando las playas adecuadamente, los manglares y todos los arrecifes de coral, etc, esto va a mejorar la vida de todas las personas que viven allí», agrega Montalvo al mismo tiempo que destaca a México, Chile y Costa Rica por su visión oceánica.

«En América Latina existe un grave problema de agua potable. Con estos proyectos de economía azul se trata de tener agua potable, tener energía renovable, gas de algas fácil de producir. Es la oportunidad de responder a necesidades básicas a muy corto plazo. Eso es lo más importante», añade Pauli.

Es importante diferenciar entre economía azul, es decir, todas las actividades relacionadas con los océanos y mares, y la economía azul sostenible, que es de la que se habla actualmente cuando se hace mención simplemente al término de economía azul. 

La mezcla de estos dos conceptos puede resultar confusa, porque si bien la tendencia es ir hacia la sostenibilidad en todas las áreas, hoy por hoy sigue habiendo una gran parte de la pesca, del turismo o de las navieras que no son sostenibles, aunque pueden llegar a serlo.

Actualmente no existe una definición universal de economía azul, reconoce Ole Vestergaard.

El PNUD hace hincapié en el objetivo de sostenibilidad y habla de economía azul sostenible, porque los sectores azules tradicionales y los usuarios marítimos no siempre son sostenibles ni respetuosos con el ambiente. 

El término más corto  de economía azul puede resultar confuso, ya que puede aplicarse a empresas oceánicas que en realidad no son sostenibles. De ahí que el PNUD trabaja para dejar clara esta distinción en el trabajo sobre economía azul sostenible.

Las áreas de economía azul que más interés suscitan son: el manejo de desechos marinos, economía circular, pesca y acuicultura, restauración de corales y energía marina.

La economía azul sostenible busca así fomentar un nuevo sistema económico en el que se reutilicen los recursos que ofrece la naturaleza.

En esta línea se sitúa el Banco Mundial al referirse a la economía azul como «el uso sostenible de los recursos oceánicos para el crecimiento económico, la mejora de los medios de vida y el empleo, al tiempo que se preserva la salud del ecosistema».

Los proyectos de economía azul se financian principalmente a través de inversiones privadas y públicas, fondos verdes y organizaciones como el PNUD, que en los últimos 25 años ha movilizado más de 1.000 millones de dólares para actividades de protección y restauración del océano en más de 100 países.

Asimismo, la ONU lanzó en 2018 la Iniciativa Financiera del Programa de Medio Ambiente de la ONU (UNEP FI) que es una asociación mundial que reúne a la ONU con más de 350 bancos, aseguradoras e inversionistas institucionales para desarrollar la agenda de finanzas sostenibles y que promueven la implementación del Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 (ODS 14) centrado en los océanos y mares.

CAF forma parte de esta alianza con la ONU. La entidad se comprometió a dedicar por lo menos 1.250 millones de dólares entre 2022 y 2026 para apoyar proyectos, por ejemplo, de turismo regenerativo, energía eólica o relacionados con el uso de las algas como fuente de proteína y de la industria farmacéutica.

Fuente: BBC News

Licenciada en Geografía. MgSc en Planificación del Desarrollo Regional y Urbano. Dedicada a la consultoría ambiental. Jefe de la Sección Planeta Azul. beatrizolivo@heydiariodigital.com

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