En una visita a Samoa, António Guterres contrapone la enorme determinación de la población de la isla para luchar contra los efectos del aumento del nivel del mar y los ciclones con la falta de recursos para adaptarse a esos fenómenos y urge a otorgar un financiamiento justo a los pequeños estados insulares en desarrollo.
Las naciones insulares del Pacífico amenazadas por la subida del nivel de los océanos, la deuda y las tensiones geopolíticas sólo pueden contraatacar si los prestamistas internacionales aceptan condiciones más justas para la financiación vital del desarrollo y si los mayores contaminadores del mundo realizan un “aumento masivo” de las contribuciones para abordar el “caos climático”, dijo recientemente el Secretario General de la ONU.
António Guterres se encontraba en Samoa, donde se reunió con residentes desarraigados de sus hogares por el aumento del nivel del mar y la erosión costera.
En ese encuentro, dijo que los isleños del Pacífico se niegan a ser víctimas del cambio climático, pero que sus ambiciosos planes para resistir esta “amenaza existencial para millones” se suspendieron debido a que no les llega el financiamiento prometido.
“Estamos luchando duro por la justicia climática, pero no estamos viendo el dinero que se necesita, es por eso que pedimos la reforma de las instituciones financieras internacionales: para que se satisfagan las necesidades de financiamiento de países como los del Pacífico”, declaró Guterres en Samoa.
Compromisos incumplidos
Los gestos positivos de las economías ricas hacia los países en desarrollo han sido insuficientes para compensar los impactos económicos de los desastres naturales causados por el cambio climático, insistió Guterres, señalando el Fondo de Pérdidas y Daños, acordado en 2022 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), que tuvo lugar en Egipto.
Los países desarrollados también se comprometieron en 2021 a duplicar los 100.000 millones de dólares anuales acordados en 2009 para la adaptación climática; sin embargo, esta fuente de ingresos potencialmente revolucionaria tampoco ha obtenido suficiente apoyo.
“Necesitamos que todos los países cumplan sus promesas sobre financiamiento climático y que haya un sólido resultado financiero en la COP de este año, donde discutiremos los compromisos después de 2025”, recalcó.
Guterres describió cómo los samoanos han respondido repetidamente a los impactos climáticos, incluido el terrible tsunami de 2009 que dejó al menos 192 muertos.
“Hemos visto a gente que trasladó sus casas al interior de la isla. Hemos visto a gente que persistió en volver y reconstruir. Hemos visto una enorme determinación de la gente para luchar no sólo contra el impacto del tsunami, sino también contra los efectos del aumento del nivel del mar y de las tormentas y los ciclones”, subrayó.
“He visto un muro que protege a un pueblo del mar; ese muro se ha construido tres veces en 20 años debido al tsunami, debido al aumento del nivel del mar y debido a las fuertes tormentas”, detalló.
Préstamos desorbitados
Muchos países en desarrollo como Samoa, que también están en la primera línea de la crisis climática, deben depender de préstamos de instituciones internacionales a tasas demasiado altas, lo que les ha impedido acceder a los fondos que necesitan para ayudarse a sí mismos.
Con el fin de corregir esta desigualdad estructural histórica en las finanzas internacionales, la ONU ha trabajado con los pequeños estados insulares en desarrollo en una nueva medición del ingreso nacional –el Índice de Vulnerabilidad Multidimensional (IVM)– que busca facilitarles el acceso a los recursos necesarios para el desarrollo sostenible.
“Pedimos a la comunidad internacional que actúe de tal forma que, cuando las instituciones financieras internacionales traten con países como Samoa, se tenga en cuenta el Índice de Vulnerabilidad Multidimensional para permitir que se otorgue financiamiento en condiciones concesionarias para los proyectos que son necesarios con el propósito de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y proteger a sus poblaciones contra el cambio climático”, enfatizó el titular de la ONU.
El Secretario General también reiteró su deseo de que los pequeños Estados insulares como Samoa tengan acceso a unos 80.000 millones de dólares en fondos para el desarrollo vinculada a los derechos especiales de giro, que pueden ser canalizados por los miembros del Fondo Monetario Internacional (FMI)a los bancos multilaterales de desarrollo y así estar disponibles para créditos.
Nuevas fuentes de ingresos como ésta son cruciales para países como Samoa, que perdieron ingresos turísticos vitales debido a la pandemia de COVID-19 y “no han recibido el apoyo de la comunidad internacional”, continuó Guterres. “Cuando observamos a Samoa, entendemos lo que eso significa y nunca dejaremos de luchar para asegurarnos de que la comunidad internacional lo reconozca”.