El Día Mundial de las Tortugas Marinas se celebra el 16 de junio de cada año. Esta fecha fue establecida con el objetivo de crear conciencia sobre la importancia de la conservación de las tortugas marinas y promover medidas para proteger su hábitat y garantizar su supervivencia.
Las tortugas marinas son reptiles marinos que han existido en la Tierra durante millones de años. Actualmente se enfrentan a numerosas amenazas que han llevado a un declive en sus poblaciones en todo el mundo. Estas amenazas incluyen la pérdida y degradación de su hábitat, la pesca incidental, la caza furtiva, la contaminación marina, el cambio climático y la introducción de especies invasoras.
Las tortugas marinas desempeñan un papel importante en los ecosistemas marinos, ayudando a mantener la salud de los arrecifes de coral y controlando las poblaciones de medusas y otros invertebrados. Su conservación no solo es crucial para su supervivencia, sino también para la biodiversidad marina y la sostenibilidad de los océanos.
Los océanos del planeta son el hogar de, al menos, siete especies de tortugas marinas conocidas. Todas, en mayor o menor grado, están en peligro. La contaminación de los océanos, el cambio climático, el comercio ilegal, la pérdida de hábitat y su captura incidental en las redes de pesca las han puesto en riesgo de desaparecer.
La captura incidental se ha identificado como la mayor amenaza a la sobrevivencia de las tortugas marinas a nivel mundial. Esto se da por el traslape entre áreas de pesca y áreas en donde se encuentran las tortugas, tanto alimentándose como nadando para llegar a sus playas de anidación.
La evaluación global más reciente sobre los efectos de la pesca de escala industrial en las poblaciones de tortugas marinas, publicada en 2010 por expertos como Bryan Wallace, reportó que entre 1980 y 2008, al menos 85.000 tortugas a nivel mundial fueron víctimas de la captura incidental.
Los especialistas apuntan que esta cifra podría subestimar la magnitud del problema, pues el porcentaje de flotas pesqueras observadas y reportadas fue menor al 1%, mientras que existe además una falta mundial de información sobre capturas incidentales de las pesquerías artesanales, por lo que el total real sería al menos del doble.
Existen varios trabajos que muestran que las pesquerías artesanales, a pesar de usar embarcaciones más pequeñas, de no ser tan mecanizadas y tener una menor capacidad de carga de pescado, pueden ser tan dañinas como la industrial, principalmente por el tamaño de las flotillas, el hecho de usar zonas costeras muy productivas y que hay menos vigilancia.
La bióloga Verónica Cáceres, secretaria de la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas (CIT) —tratado internacional que entró en vigor hace 22 años y que hoy cuenta con 16 países parte que han acordado acciones para mitigar los efectos de las pesquerías en estas especies—, señala que la mitigación de la captura incidental requiere la colaboración decidida de una variedad de sectores que incluyen no sólo al gubernamental y ambiental, sino también al pesquero y a la industria pesquera.
“Es un reto porque son sectores bastante grandes y, a veces, con intereses diferentes. Por ello hay necesidad de implementar medidas regionales, no sólo a nivel nacional. El resultado no lo podemos percibir de manera inmediata y es difícil de cuantificar de manera rápida, porque ocurre en el océano. Si uno está en el escritorio, la única forma de saber es mejorar la colecta de datos del sector pesquero”, asevera Cáceres.
La captura incidental afecta, sobre todo, a tortugas adultas. Al ser capturadas en el océano, no tienen oportunidad de volver a sus sitios de anidación, con lo que se corta su ciclo de vida, agrega la experta.
Para evitar que la captura incidental siga afectando a estas especies, se han puesto en marcha numerosas iniciativas que trabajan, sobre todo, con las pesquerías artesanales de Latinoamérica.
Esta información tan importante ha sido reunida, por ejemplo, en un informe publicado en 2020 por la Red Laúd del Océano Pacífico Oriental (Red Laúd OPO), un grupo de científicos y comunidades creado en 2012, para recuperar esta población de tortugas en esa enorme fracción del océano que abarca desde Estados Unidos hasta Chile.
En este documento, se afirma que las tortugas laúd del Pacífico Oriental podrían ser la población de tortugas marinas en mayor peligro de extinción del mundo, de entre las siete especies que habitan los océanos. A pesar de los numerosos esfuerzos, la situación es tan crítica, dice el informe, que de no reforzar las medidas de conservación,la tortuga laúd podría desaparecer del planeta en los próximos 60 años.