La directora del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, apostó por el lanzamiento de bonos verdes a nivel comunitario para que Europa no se quede atrás en la transición energética.
“En la medida en que la estabilidad de precios esté asegurada podemos actuar para proteger nuestro balance del riesgo climático y así apoyar la transición verde, algo que ya estamos haciendo”, afirmó Lagarde durante un foro organizado en París por la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Agregó que los bonos verdes tienen un punto de retorno lejano, por lo que son los más interesados en que exista una estabilidad financiera para encontrar rentabilidad.
Durante el foro, tanto Lagarde como otros intervinientes coincidieron en señalar que Europa se está quedando atrás en las inversiones climáticas con respecto a Estados Unidos o China.
La dirigente del BCE, el de la AIE, Fatih Birol, y el del Banco Europeo de Inversiones, Werner Hoyer, señalaron que una inversión masiva y rápida en transición energética es necesaria para que Europa pueda seguir siendo una potencia industrial mundial.
Mientras que Estados Unidos, China u otros países, como India, Japón o Corea del Sur están desplegando amplios programas para reforzar sus capacidades industriales, Europa ve ese esfuerzo frenado por las incertidumbres políticas y la lentitud de los procedimientos, indicaron las tres instituciones.
Birol indicó que Europa fue capaz de frenar el desafío energético al que le sometió Rusia tras la invasión de Ucrania, pero recordó que el precio del gas crece cinco veces más rápido que en Estados Unidos y que la electricidad se encarece tres veces más que en China.
Europa “debe aprender a desarrollarse en esta nueva realidad”, indicó el dirigente de la AIE y para ello es preciso “un plan director industrial que permita mantener el ritmo frente a otras economías”.
Fondos Verdes
Lagarde insistió, por su parte, en la necesidad de desarrollar los fondos verdes y negó que retrasar los objetivos de reducción de emisiones contaminantes, una “tentación fácil para los Gobiernos”, sea una respuesta adecuada porque, dijo, “incrementarán la factura en el futuro”.
Impulsar a los inversores a las finanzas verdes “reducirá las primas de riesgo y contribuirá a bajar los costos de financiación”, afirmó la dirigente del BCE.
Lagarde también insistió en que la transición energética debe ser “justa”, puesto que al acaparar inversiones puede provocar pérdida de bienestar en las clases más vulnerables, por lo que pidió “extraer las conclusiones de las acciones tomadas durante la pandemia y durante la crisis energética”, con medidas fiscales para contener los precios. Afirmó que esas acciones limitaron en un tercio la pérdida de bienestar de los hogares durante esas crisis.
Esa experiencia, dijo, debe conducir a adoptar “medidas temporales, bien orientadas” para que los más vulnerables no sufran más las consecuencias de esa transición.
Lagarde señaló que “la transición verde plantea un desafío político excepcionalmente difícil porque los riesgos de fracaso son muy altos y el camino al éxito es complejo”.
“Pero la respuesta no debe ser diluir la ambición. No se trata de retrasar el momento de actual, hay que continuar afrontando el desafío y garantizando que los costos se compartan de manera justa”, señaló.
De otra parte, la Comisión Europea (CE) destacó este martes la reacción “muy positiva” de los mercados ante la emisión de los bonos verdes de la Unión Europea (UE) para financiar el fondo de recuperación, y aseguró que estos también están “al servicio” de las prioridades políticas del club comunitario.
“La reacción en los mercados de capital sobre la emisión de bonos verdes es muy positiva”, declaró el comisario europeo de Presupuesto, Johannes Hahn, durante la ceremonia organizada en la Bolsa de Luxemburgo para celebrar el inicio de la cotización de los bonos verdes de la UE.
Recientemente, la Unión Europea captó12.000 millones de euros en financiación para su fondo de recuperación pospandemia en una primera emisión de bonos verdes a 15 años que obtuvo una demanda récord de 135.000 millones, más de once veces superior a la oferta.
Hahn puso el acento hoy en la sobresuscripción de once veces, pero también en la contribución de los bonos verdes a la transición ecológica o en “las mejores condiciones que podríamos tener en el mercado”.
Once Estados también emiten bonos verdes
Insistió en el interés del mercado por los bonos verdes y resaltó que no solo la Comisión Europea los está emitiendo, sino que también lo hacen once Estados miembros. Además, según Hahn, otros tres países de la Unión han mostrado interés en emitir sus propios bonos verdes.
“Emitir bonos verdes está al servicio de nuestras prioridades políticas, está en la cima de nuestra agenda abordar el cambio climático, pero también invertir en la digitalización”, comentó.
Lo recaudado en los mercados con los bonos verdes comunitarios se destinará a financiar las reformas e inversiones en materia climática incluidas por los países de la UE en sus planes de recuperación, lo que incluye proyectos de eficiencia energética, energías renovables, movilidad limpia o adaptación al cambio climático.
Los 12.000 millones de euros conseguidos son los primeros dentro de una estrategia que llevará a la UE a captar en el mercado al menos 250.000 millones de euros hasta 2026 y convertirse así en el mayor emisor del mundo de bonos verdes, destinados a invertir en proyectos climáticos o ambientales.
Impulsar la transición ecológica y digital
La Comisión Europea, encargada de acudir al mercado, emitirá en concreto en bonos verdes el 30% de los 800.000 millones en deuda que pondrá en circulación para financiar el fondo de recuperación por la pandemia, cuyo objetivo principal es impulsar la transición ecológica y digital.
El comisario de Presupuesto resaltó la rápida respuesta de la UE ante la crisis económica generada por la pandemia, en contraste con lo sucedido tras la crisis financiera de 2008.
Indicó que los bonos sociales utilizados para financiar el fondo europeo contra el desempleo por la pandemia (SURE), con el que se cubrieron los ERTE, apoyaron a 31 millones de personas y dos millones de empresas.
Señaló que SURE ha sido “uno de los elementos por los que nos recuperamos, aparentemente, tan rápido de esta crisis”.
Una Europa “más verde”
Por su parte, el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, aseguró que el fondo de reconstrucción comunitario “es más que solo un programa de recuperación postcovid”, puesto que “también es una oportunidad de reconstruir mejor tras la crisis y usar los medios que hemos decidido darnos para hacer a Europa más saludable, más verde y más digital”.
Sobre el cambio climático, constató que “incluso hace cinco o seis años” estaba “en el otro lado del mundo” y eran “imágenes que veíamos en la televisión”, pero advirtió de que ya se vive en países como Luxemburgo. Por ese motivo, destacó la importancia de las finanzas verdes.