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La política como un traje a la medida de AMLO

Por: Fortunato Piña

Hablemos de política, ya hemos repasado y escrito hasta el cansancio de la manera de gobernar de nuestro flamante presidente el Sr. Lopez Obrador, se le recalca una y otra vez la serie de acontecimientos que realizan sus más allegados colaboradores, la sarta de patrañas que realizan y la forma tan elocuente de defenderlos a capa y espada, será que de verdad no tienen sus asesores la más remota idea de que se les está hundiendo el barco, vea usted cómo concebir la lucha contra las opresiones y el sistema actual?

Los defensores de la llamada política pre-figurativa plantean que es necesario “anticipar” la nueva sociedad en nuestras prácticas actuales. Sin embargo, no existe una correlación uno a uno entre los métodos, la estrategia y las tácticas de un movimiento de oposición y aquellas del sistema socioeconómico y político que emerge de él y que debe garantizar nuevas formas de democracia, así como una reorganización radical del poder y, por ende, de la riqueza. Por eso es necesario (re)pensar el problema del poder, el Estado y la economía sin desechar la política estratégica y sin caer en formas utópicas de pensar el cambio social que a menudo postulan comunitarismos incompatibles con la emancipación.

Si al presidente le llegan noticias que otra de sus favoritas está siendo abucheada por la sociedad como le ha ocurrido a  Claudia Sheinbaum, pues investigue usted porque lo están haciendo, quizá no está guiando a la CDMX, como se debe hacer y ahora el pueblo como usted dice la está abucheando y cobrando factura por sus actos, no se quede con las ganas de saber el porqué de las cosas.

Usted vociferó a los cuatro vientos que sería una política democrática, en donde el pueblo siempre tuviera la razón y ¿qué está haciendo? seguir empobreciendo al pueblo, no diga patrañas Señor presidente, aquí se está enriqueciendo usted, su familia y su comitiva.

El movimiento Occupyha enarbolado la bandera de la (política pre-figurativa), proclamando que apuntaba a prefigurar una sociedad futura igualitaria y democrática a través de la práctica de una democracia directa que acabe con las jerarquías y elimine los vicios de la democracia formal y representativa bajo el sistema capitalista. Sin embargo, estas ideas son anteriores al nacimiento de Occupy y continúan una tradición política de más de 50 años. Por desgracia, se desecha el agua de la tina sucia por los vicios de la «difunta» democracia capitalista liberal y de la vieja izquierda burocrática, junto con el bebé: la política estratégica, la representación democrática y la centralización, indispensables para cualquier movimiento democrático, ya sea reformista o revolucionario.

Hasta la fecha, la explicación más minuciosa sobre la política pre-figurativa ha sido la que elaboró Wini Breines, profesora de sociología y ex-activista de la Nueva Izquierda. Para Breines, la política pre-figurativa gira alrededor de la «democracia participativa», entendida como una oposición sostenida a la organización jerárquica y centralizada, y requiere un movimiento que desarrolle y establezca relaciones y formas políticas que «prefiguren» la sociedad igualitaria y democrática que se aspira a crear.

 Para Breines, la política pre-figurativa está conectada de manera integral a la noción de comunidad, entendida como una red de relaciones más directas, más totales y más personales que las relaciones formales, abstractas e instrumentales que caracterizan el Estado y la sociedad contemporáneos. Estas nuevas relaciones mezclan las esferas públicas y privada de la vida y se encarnarán en la contra-institución no capitalista y comunitaria forjada por el movimiento. Algo bastante significativo es que Breines contrapone la (política pre-figurativa) a la (política estratégica), cuyos núcleos son el (pensamiento estratégico) y el compromiso de construir organizaciones formales para lograr grandes cambios estructurales en los órdenes social, económico y político.

Muchas de las ideas y prácticas asociadas con la política pre-figurativa han tenido un impacto positivo en la política de la izquierda de Estados Unidos desde los años 60. Por ejemplo, inspiraron el rechazo de la Nueva Izquierda hacia la rigidez burocrática, el dogmatismo, la política poco democrática y la bancarrota moral del Partido Comunista y de buena parte de la vieja izquierda, lo que aportó una bocanada de aire fresco a la política de protesta. Los partidarios contemporáneos de esta perspectiva ya no reaccionan contra la Vieja Izquierda, sino contra una democracia capitalista cada vez más plutocrática, que mantiene los rituales de una democracia política cada vez más desprovista de contenido. Es entendible su atracción por un experimento de autogestión local y democrática, y esta es bienvenida como un elemento esencial de buena práctica política, tanto para hoy como para una futura sociedad socialista. Las ideas de la política pre-figurativa han ayudado, además, a inspirar y a radicalizar a miles de activistas que han inyectado sangre nueva a los movimientos anticapitalistas como Occupy.

Fortu6311@gmail.com

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